La Sala Capitular custodia el “Apocalipsis” de Luis Berges

Ana Lechuga. Luis Berges Roldán, acompañado del deán de la Catedral de Jaén, Francisco Juan Martínez, fue el protagonista de la exposición El Apocalipsis de San Juan, que enseñará hasta el próximo 11 de enero la Sala Capitular del templo catedralicio. La muestra constituye una donación del arquitecto jiennense a la Catedral coincidiendo con su centenario, y consta de catorce coloridas láminas con acuarelas de técnica mixta, en las que el artista dibuja su particular visión de la Revelación de Jesucristo y que van acompañadas de sus respectivos comentarios de puño y letra del arquitecto y que fueron realizados en el año 2018.

A la presentación, que se llevó a cabo en la Sacristía de la Catedral, asistieron, entre el numeroso público, la Asociación de Amigos de las Catedrales de Jaén y Baeza, patrocinador de una iniciativa que cuenta con la colaboración de Diario JAÉN, recibidos por el deán y el propio arquitecto, donante de la obra.

Tras las palabras de bienvenida y apertura de Francisco Juan Martínez, Luis Berges aseguró sentirse “muy honrado” de exponer sus acuarelas en un espacio sagrado como es la Sala Capitular de la que estuvo encargado de levantar los planos cuando Fernando Chueca Goitia pretendió publicar un libro sobre la obra de Andrés de Vandelvira. “Entonces no había medios modernos para medir las distancias, las alturas, los espesores... Hoy todo eso parece casi de la edad de piedra”, relató. “Recuerdo que Fernando Chueca, para levantar los planos de esta sala, que es la Sacristía, tuvo que recurrir a que el cuerpo de bomberos le prestara una larga escalera, y subido a ella tomó todos estos datos”, narró Berges.

Recurrió después a pedir ayuda a todos los arquitectos de Jaén porque quería completar el libro que había presentado al Premio del Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación, un primer “apunte” de la vida y obra de Andrés de Vandelvira. Aquel primitivo libro, que ganó el premio del organismo, quiso convertirlo más tarde en una obra más completa y recurrió a ellos, que nos pusimos rápidamente a trabajar. “A mí me tocó levantar los planos de la Sala Capitular y también de muchas otras partes de edificios de esta provincia para lo que hubo que hacer muchas fotografías de todo aquello que tenia el más mínimo contacto con Andrés de Vandelvira”, recordaba el arquitecto. “Aún recuerdo que opté por hacer lo mismo que había hecho él: pedir prestada una escalera al cuerpo de bomberos y con una cinta métrica tomé todos los datos y conseguí levantar la planta, el alzado y la sección de otro espacio de Vandelvira como es esta Sala Capitular”. Su curiosidad hizo que su actitud por la acuarela y el dibujo se extendiese a lo que la lectura le producía la necesidad de mostrar, detalló, “y me encontré un día frente a frente con esta tremenda obra del Apocalipsis de San Juan, dibujando y coloreando hasta catorce acuarelas de tamaño A3”. Pasado el tiempo, Luis Berges quiso ceder la colección a la Iglesia, “y se lo pedí a mi amigo el Deán, quien no solamente lo aceptó, sino que organizó esta exposición en uno de los espacios más interesantes que, junto con la Sacristía, la Catedral puede tener. Para mí es el punto final de mi curiosidad como dibujante y como acuarelista y me siento emocionado porque se haya traído a la Catedral, a un espacio en el que trabajé con ilusión para que el arquitecto Chueca completase su libro”. Impresionante.

Nadie duda de que hablar de la arquitectura y la restauración del rico patrimonio de Jaén del siglo XX implica necesariamente hablar de Luis Berges Roldán. Han pasado más de sesenta años desde que Berges colaboró en la tesis doctoral de Fernando Checa Goitia realizando los planos de la sala capitular de la Catedral. Desde entonces, su admiración por Andrés de Vandelvira no ha hecho sino acrecentarse. Una prueba fehaciente de ello es la donación de los dibujos que el arquitecto ha realizado sobre distintos pasajes del Apocalipsis con sus respectivos comentarios.

No se puede olvidar que en el imaginario arquitectónico del siglo XVI, el ideal del templo perfecto se asentaba en la descripción del templo de Jerusalén que hace el profeta Ezequiel en su libro y las notas con que San Juan delinea a la nueva Jerusalén, que baja del cielo, en el último libro de la sagrada Escritura. La Catedral de Jaén no fue ajena a a ese modelo, e intentó plasmarlo en piedra, como lugar donde Dios viene al encuentro del hombre.

El arte expresa la belleza a través de la escultura, la pintura, el color, la materia, que representan el “tú” de la arquitectura.

Fernando Chueca Goitia tuvo que pedir ayuda a todos los arquitectos de Jaén porque quería completar el libro que había presentado al Premio del Instituto de Estudios Giennenses de la Diputación; un primer “apunte” de la vida y obra de Andrés de Vandelvira. Aquel primitivo libro, que ganó el premio del Instituto, quiso después convertirlo en una obra más completa y recurrió a nosotros, que nos pusimos rápidamente a trabajar. A mi me tocó levantar los planos de la sala Capitular y también de muchas otras partes de edificios de la provincia para lo que hubo que hacer muchas fotografías de todo aquello que tenia el más mínimo contacto con Andrés de Vandelvira. Aún recuerdo que opté por hacer lo mismo que había hecho él: pedir prestada una escalera al cuerpo de bomberos y con una cinta métrica tomé todos los datos y conseguí levantar la planta, el alzado y la sección de otro espacio de Vandelvira como es esta sala Capitular. Me siento muy honrado de que mis acuarelas sobre la obra de la Apocalipsis de San Juan queden aquí, en este lugar sagrado, y en uno de sus espacios más interesantes como es su sala Capitular y su Sacristía.