La poesía como terapia para identificar los sentimientos

Emotivo encuentro de amantes de la literatura y la poesía. Y qué mejor escenario que en la Librería Metrópolis, un lugar acogedor donde los asistentes pudieron disfrutar de una perfecta jornada enmarcada en el proyecto Diálogos con Miguel Hernández.

En el acto, los apasionados por la literatura tuvieron la oportunidad de escuchar y debatir con la escritora Rosario Sabariego; la directora de la editorial Eris, Carmen María Sánchez Morilla, y el director de la Fundación Miguel Hernández, José Antonio Martínez Liébana. Asimismo, el encuentro contó con unos preciosos poemas que fueron recitados.

Se trata de la primera actividad de la semana, donde se buscó atraer a los poetas jiennenses a la librería, aunque mañana tendrá lugar un taller de cine y literatura, mientras que el sábado se realizará una exposición de relatos.

Por su parte, Martínez Liébana expresó que, a pesar de llevar cuatro meses en el cargo de director de la Fundación, la intención de la entidad es difundir los conocimientos recopilados en el Instituto de Estudios Giennenses, donde se pueden encontrar todo tipo de formatos para enriquecer el aprendizaje. Además, puso en valor la labor de su antecesor, Marcelino Sánchez, en la apuesta por este programa que reúne a los lectores con los autores en un lugar idóneo: la librería. Así, se busca fomentar la lectura, ampliar el léxico y profundizar en Miguel Hernández.

En otro orden de cosas, Rosario Sabariego intervino para dar a conocer su perspectiva sobre la poesía, lo que representa en su vida y la necesidad de expresar los sentimientos a través de la escritura. “La poesía está viva en tu librería”, aseguró, y posteriormente dio a conocer aspectos y poemas recogidos en Yo no sé de pájaros, donde se expresan diferentes temáticas vinculadas al ámbito social: guerras, niñas que luchan, insomnio ante problemas de la vida, enfermedades como el alzheimer o la vejez. De hecho, recitó el poema Cuando la nieve caiga, el cual dedicó a todas aquellas personas que tienen un padre o madre con un deterioro cognitivo.

También contó que sus inicios en la escritura, la cual consideró una forma de terapia que en muchas ocasiones sirve para evadirse, se remonta al 1986, cuando sufrió el fallecimiento de su hermano. En ese momento tenía 6 años, y dos después escribió “Cementerio culto”, donde expresó el dolor por la difícil etapa que le tocó vivir. Desde entonces, afirmó, no cesó en la escritura, hasta tal punto de considerarla una necesidad: “Cada persona tiene sus épocas, y desde el dolor, los autores también se pueden abrir en canal”.

Cabe destacar que Sánchez Morilla dirige la editorial Eris, que apuesta por el talento local a pesar de abrirse al ámbito internacional: “No podemos creernos incapaces de hacer poesía de alta calidad”.