La mirada de un arquitecto en clave de vivencias y felicidad

La exposición de acuarelas de Alfonso Rodríguez Márquez estará abierta en los Baños del Naranjo hasta el 1 de febrero

18 oct 2023 / 08:00 H.
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No es fácil encontrar un arquitecto con la madera de artista que tiene Alfonso Rodríguez Márquez, que domina la acuarela como pocos pintores en la tierra del mar de olivos. Su mirada está siempre puesta en el lenguaje de la felicidad, ese que retrata con una paleta de colores en la que nada falta, nada sobra. Los Baños del Naranjo, los mismos que albergaron ‘Las Bailarinas’ de José María Tamayo, acogen una exposición que merece la pena visitar. Inaugurada el 6 de octubre con éxito y respaldo de público, estará abierta hasta el 1 de febrero, por lo que hay tiempo para detenerse en cada momento de felicidad vivido y expresado por el autor, más al borde de la playa que de la montaña, en unos cuadros con una expresividad suprema.

Familiares, incondicionales amigos y autoridades de todos los signos políticos aplaudieron en la apertura de la muestra al artista en una puesta de largo en la que dijo que la muestra es el “resultado de mirar”. ‘La mirada del arquitecto’ está repleta de vivencias personales, como la suma de pequeños detalles que hacen grande una jornada como aquella que pasó el día que cumplió 59 años, el 5 de agosto, cuando en la playa de Santander dio rienda suelta a la imaginación. “Soy feliz en cada una de las cosas que hago”, dijo entonces Alfonso Rodríguez, quien explica en este vídeo continente y contenido de la muestra a través de una de sus obras.

El alcalde de Jaén, Agustín González, destacó en la inauguración la “faceta más difícil”, la del arte de la parte técnica de un arquitecto como es el autor de esta exposición. María Espejo, concejala de Cultura, subrayó que se siente “orgullosa” de tener un artista en Jaén como es él y agradeció el trabajo de Carmen Pérez Miñano en la organización de la muestra. La mirada del arquitecto es el título de la exposición donde aparece esa mirada limpia y fuerte, en unos momentos tan dulces, provocados, que permiten llevar al lienzo o al papel, improntas difíciles de igualar, que contrastan con la rigidez del encargo. “Quien desee acompañarme, si se me permite, que sepa que debe dejarse fuera del magnífico recinto cargas negativas y que viajemos acompañados, recordemos los momentos inolvidables, los más felices”. Así lo expresa el arquitecto en la invitación a una muestra realizada con la “humildad de mi trazo”, pero con el hilo conductor que representan las bailarinas de Tamayo. Así es el lenguaje de la felicidad de este arquitecto jiennense con una sensibilidad especial que desnuda a través de dibujos y acuarelas que son inconfundibles.

Cultura
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