Juan Manuel López “Juarma” presenta “Poética de la destrucción” en Úbeda

La publicación cuenta la historia de Miguel, un joven de 21 años que se mete a trabajar en la obra y a quemar las noches de verano junto a sus amigos buscando una salida de este pueblo sin futuro

21 nov 2025 / 10:37 H.
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LA ENTREVISTA

En Villa de la fuente se vive casi por accidente, ¿no? Los protagonistas viven de una forma atropellada.

—Sí, claro, es un poco como la vida, que la vida no es siempre un camino de rosas, sino que a veces pasan cosas buenas, pasan cosas malas y tienes que buscar el equilibrio y eso y tirar para adelante, pase lo que pase y hasta donde aguantes.

—La historia se sitúa en 2002, años de bonanza y de cambio. Miguel tiene 21 años y es un ejemplo de esa generación en tierra de nadie...

—La idea era ambientarlo en 2002 por el tema de coger ese momento de boom en la construcción y también porque había teléfonos pero no se usaban como ahora, me interesaba un poco hacer esa mezcla de cosas, y lo que digo siempre es que muchos de los problemas que pueden tener los protagonistas del libro se hubiesen solucionado con Google.

—¿El pueblo es refugio o cárcel?

—Depende de como pilles a cada uno. Cuando era joven tenía muchas ganas de irme y ahora para mí es un refugio. Me gusta volver, me gusta estar ahí, me gustan mis amistades, me gusta ver a mi familia, me gusta ir a los sitios de siempre, es que depende de cómo te pille eso. En la novela, con 21 años, creen que lo peor del mundo es su pueblo y luego se dan cuenta de que fuera todo es igual o peor. Están en ese contraste, ellos no saben todavía lo que van a encontrar fuera. A veces no puedes elegir con quién te juntas, no puedes elegir quién es tu familia, no puedes elegir ciertas cosas. Pero luego se respetan entre ellos, aguantan y han hecho su vida y al final esta novela va de la amistad y creo que de las muchas cosas que se pueden sacar es la forma cómo se hacen ellos fuertes juntos a través de la amistad.

—Villa de la Fuente ya cuenta con 3 historias. ¿Qué puede ofrecer más?

—Si sale todo bien, estaríamos ahora en la mitad de las entregas. Quedan por ahí cosas que cerrar, tramas que se quedaron abiertas y contar la historia que desde un principio tenía en la cabeza. Cuando empecé a escribir, sabía el final. Pero claro, necesitaba el espacio ese de contarlo en varios libros, porque claro, si no salía un libro demasiado grande.

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