Jose Mercé: “Las peñas son lo más importante que hay, ha habido y habrá nunca”
El cantaor acude al 50 aniversario de la Peña Flamenca de Jaén
Es uno de los nombres más conocidos del panorama nacional. José Mercé (Jerez de la Frontera, 67 años) no necesita presentación. El cantaor se ha subido a los más grandes escenarios, pero nunca olvida que los que lo vieron nacer como estrella fueron los pequeños. Aquellos que proporciona en esta tierra la Peña Flamenca de Jaén. Esta institución, que celebra este año su 50 aniversario, tiene preparada una Semana de Estudios Flamencos para el recuerdo. Comenzará el próximo lunes, 5 de septiembre, con un homenaje a este excepcional cantaor.
—Estuvo hace apenas un mes en La Guardia de Jaén. ¿Qué tal fue?
—Fue maravilloso. Estuve en la gloria bendita con el pueblo y con su gente. Lo único malo, que me pusieron una multa y me quitaron dos puntos del carnet (risas).
—El próximo lunes se le dedica una jornada por el 50 aniversario de la Peña Flamenca de Jaén. ¿Qué espera de ella?
—Bueno, primeramente mi gratitud. Estoy muy agradecido de que se acuerden de mí en un acto tan importante como es este 50 aniversario de la Peña Flamenca de Jaén. Para mí s un orgullo y un honor el poder estar allí.
—La conferencia la dará Manolo Martín Martín, Premio Nacional de Flamencología...
—Creo que Manolo Martín es un artífice grandioso. Yo les llamo flamencólicos a los flamencólogos con mucho cariño (risas). Creo que vamos a estar muy a gusto, esperemos a ver lo que se habla. Va a estar además mi sobrina Lela cantando. Creo que pasaremos una noche bonita y hermosa.
—¿Cómo de importantes son las peñas flamencas para este arte?
—Yo te diría que las peñas flamencas son lo más importante que hay, ha habido o habrá para el flamenco. Yo me acuerdo de joven que iba a todas las peñas de España a cantar. Es como con los toreros cuando empiezan con novilladas hasta que se confirman con la alternativa. Primero tienes que pasar por el eslabón de las peñas flamencas para que te reconozcan y confirmen tu valía. Si es que lo vales, claro. Al final, gracias a las peñas estamos donde estamos.
—¿Qué recuerdo tiene de la Peña Flamenca de Jaén?
—Te diría que la Peña Flamenca de Jaén es una muy sobria, muy seria. Sabe escuchar, que es importantísimo, y tiene muy buenos aficionados y muy buena gente. Recuerdo también en Andújar, que he pasado noches maravillosas. Igual cantando en Jaén o en Martos, en toda la provincia. He cantado muchas veces por aquí y nada más que tengo recuerdos muy bonitos, muy flamencos y de mucha valía.
—Después hay un recital de Lela Soto y Antonio de Malena hijo, ¿se animará a subir a las tablas?
—Bueno ya veremos, ya veremos. Vendré de cantar el día 3 en Alcorcón y el 4 estaré en Murcia. De ahí me iré para Jaén. Ya veremos a ver como llego (risas). Pero ya sabes, siempre hay un momentito que te toca el corazón y... algo haré.
—Hablando del tema. ¿Qué tal va la gira de Oripandó?
—La gira afortunadamente está yendo maravillosamente. Últimamente hemos estado en Pamplona y ha sido un gran éxito. Estamos recorriendo toda España y muy a gusto, muy contento. El público de verdad que merece un diez porque está aceptando este nuevo trabajo que, como yo digo no es un disco, es una obra, sin querer ser presuntuoso. La verdad es que está siendo una maravilla y estoy disfrutando muchísimo con este Oripandó.
—Quizá porque es una obra diferente. Tiene mucho de autobiográfica y compartes escena con artistas de registros muy diferentes, ¿no?
—Yo te diría que es algo muy vanguardista. Es algo nuevo, que nunca se ha hecho, y con unas colaboraciones maravillosas. Tiene un colorido musical muy amplio, donde cabe todo. Desde lo más primitivo del mundo del flamenco, pasando por una bulería o un tango, donde luego empieza Mala (Rodríguez) a rapear, con una taranta que toca Pablo López, o con una bulería que toca el mejor pianista del mundo, que es Lang Lang. También hay un tango con el hijo de Tomatito, algo con Dorantes... Tenemos un elenco maravilloso. Además, creo que es una obra muy emotiva, que llega al alma. Sobre todo cuando hago el tema dedicado a mi hijo Curro. Me hace feliz cantarlo, y a la vez me cuesta la misma vida.