Jordi Évole: Una marca televisiva que se revaloriza con el paso de los años
El presentador es uno de los periodistas más reputados del momento
El nombre es algo importante en televisión. Es como una marca, una etiqueta de consumo que, solo con algunas letras, identifica el producto televisivo. Y el apellido Évole es uno de los más cotizados en la actual parrilla. El “periodista” —en realidad está titulado es comunicación audiovisual— barcelonés empezó sus andanzas en televisiones locales de Cataluña y en la emisora “Cadena Ser”, aunque en el año 2000 dio el salto a la productora de su amigo Andreu Buenafuente “El Terrat”. Allí trabajó como guionista, subdirector y colaborador de varios de los programas del humorista, donde interpretó a uno de los personajes más míticos de la television, el “Follonero”. Con este personaje, Évole interrumpía los programas en directo de Buenafuente interpretando a un espectador del público espontáneo, provocando las carcajadas de los televidentes con salidas de tono y observaciones hilirantes. Tras esto, El Terrat lanzó “Salvados por la campaña”, un especial sobre las elecciones del 2008 con el que, con un estilo muy parecido al del Follonero, abordaba a los candidatos y los partidarios de los políticos. Su éxito provocó el lanzamiento de varios programas más, como “Salvados por la Iglesia” o “Salvados por la Eurocopa”, hasta que La Sexta y El Terrat decidieron convertirlo en un programa diario. Poco a poco, Évole fue cambiando su estilo a algo mucho más periodístico y serio, afianzando a un público muy numeroso. Pese a su éxito televisivo y periodístico, Évole es muy receloso de su vida privada, aunque se sabe que su mujer es de Baena (Córdoba), municipio cercano a Jaén al que suele ir con cierta frecuencia.