Indios y vaqueros que enseñaron los valores de toda una generación
David Felipe Arranz presenta su libro en la Universidad de Jaén
El cine como un estímulo, una inspiración de generación y, también, como una escuela de valores, de la vida y la educación sentimental. Es la idea que desarrolló el filólogo y periodista David Felipe Arranz, en una actividad dentro del Club de Lectura que organiza el Vicerrectorado de Proyección de la Cultura y Deporte de la Universidad de Jaén. Arranz también habló frente a los alumnos reunidos de su libro, Indios, vaqueros y princesas galácticas, que fue presentado por el director de Uniradio Jaén y del Departamento de Filología Inglesa, Julio Ángel Olivares.
Los estudiantes asistentes a la presentación, que después se transformó en un animado debate, se mostraron sorprendidos por la idea que defendió el escritor sobre el cine como generador de valores. “Es normal, ellos lo han visto casi siempre como un modelo de consumo y, en realidad, el cine es el séptimo arte, es la reunión de las otras seis arte, pues contiene música, artes plásticas, literaturas... El cine es su punto de encuentro y es hora de reivindicarlo”, destacó el autor y periodista.
Arranz explicó cómo el cine configura “una visión del mundo”, con el que se empieza en el mundo y se aprende a través de él. Asimismo, se habló de la función más literaria en la cinematografía y su sentido más narrativo, donde el escritor destacó las películas de Ben Hur y Ciudadano Kane, por su forma de contar la historia de los personajes. Al respecto, también hizo hincapié en los héroes y antihéroes, los mismos sobre los que describe en su novela. “Son los marginales, los desheredados, que están creados con la imagen perfecta del antihéroe y luego son, precisamente, los excluidos de la sociedad los que se convierten en sus salvadores y los auténticos héroes de la historia”, dijo Arranz, y puso como ejemplo La diligencia, de John Ford, donde la pareja de protagonistas, Ringo y Dallas, un criminal y una prostituta, que ya en 1939 y en blanco y negro ayudó al cambio de la forma de narrar.
Tanto esta cinta como otras salieron como ejemplo durante el debate, películas clásicas que se encuentran “fuera del circuito” y son difícil de hallar en lugares físicos más allá de cine forum, universidades o salas alternativas. “Hay poco movimiento para su recuperación, pues la gente puede conseguirlas también por ‘streaming’ desde su casa y con esa comodidad es complicado que una sala comercial se llene”, dijo, además de lo complejo en la profundidad de algunas narraciones, que necesitan de un guía particular. “Como los sherpas en el Nepal, hay que orientar al espectador, a los alumnos universitarios, en el diverso mar del cine clásico, con miles de títulos que se plantean al espectador; por eso saqué mi libro, para ser una guía y disfrutar del cine y la literatura”, concluyó Arranz.