El separatismo catalán, bajo la óptica de un embajador

José Cuenca presenta “Las mentiras del separatismo (Cataluña y Quebec)”

19 nov 2019 / 11:30 H.
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El conflicto catalán es un tema habitual en la agenda mediática y política, pero ¿podemos hablar con propiedad de la situación? El diplomático torafeño José Cuenca publica una nueva obra con la que busca diseccionar la situación.

La Diputación Provincial acoge esta tarde, desde las 19:00 horas, la presentación de la nueva obra del diplomático español, natural de Iznatoraf, Las mentiras del separatismo (Cataluña y Quebec), donde Cuenca aprovecha su experiencia como diplomático, que le sirvió para vivir en primera persona el caso canadiense mientras era embajador en Ottawa y cuya experiencia utiliza para disertar sobre la realidad que se vive en Cataluña.

Se trata de una obra con la que Cuenca pretende demostrar cómo los mantras separatistas son, según sus palabras, una gran mentira tras otra. El autor asegura que existe una gran cantidad de nexos entre la amenaza secesionista de Quebec en la de Cataluña, tantos como puntos dispares que no permiten, en muchos aspectos, equiparar una situación con la otra como han hecho algunos dirigentes políticos desde el inicio del conflicto.

Los medios afines al separatismo catalán suelen alegar el precedente quebequés en apoyo de sus tesis, olvidando mencionar que la legislación constitucional canadiense, a diferencia de la española, no proscribe la posibilidad de secesión de una provincia. Ese es uno de los pilares básicos de Las mentiras del separatismo (Cataluña y Quebec), por eso el autor dedica prácticamente la mitad del libro para ilustrar la realidad de esta parte del territorio canadiense que para la gran mayoría es una desconocida. En el resto de la obra se centra en lo que él titula “las mentiras del separatismo”, una serie de afirmaciones que rebate a lo largo de un amplio capítulo. Cuenca se centra en seis puntos fundamentales: “Cataluña combatió vigorosamente contra Franco, “Madrid tiene fobia a las urnas”, “España nos roba”, “la recién instaurada República catalana será reconocida por todas las naciones”, “la Cataluña desgajada de España seguirá siendo miembro de la Unión Europea” y “Cataluña será más próspera si se separa de España”. El autor se afana para desmontarlas todas, además de añadir, en el apartado final, sus ideas para resolver el problema actual, para lo que pide rectificar errores del pasado y componer un diseño integrador basado en la concordia.

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