Dorian, dos décadas bailando el desgarro

El grupo se sube a las tablas del Sentir Baeza AOVE Fest el sábado, 28 de junio

26 jun 2025 / 06:00 H.
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LA ENTREVISTA

Con más de dos décadas de trayectoria a sus espaldas, Dorian ha construido un universo sonoro que combina las letras nostálgicas con la música electrónica, la melancolía con el fuego del baile. Sus canciones hablan del amor, del vértigo existencial y de las contradicciones de la vida, pero siempre con una energía capaz de llenar una pista de baile, como bien reflejan en su último disco: Futuros Imposibles. El próximo sábado 28 de junio, la banda barcelonesa actuará en un enclave único de la provincia, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, de la mano del Sentir Baeza AOVE Fest. Marc Gili, voz y letrista del grupo, habla para este periódico de la emoción de subirse al escenario y de la importancia del entorno que lo rodea, reflexiona sobre la poesía y esa magia que solo se produce cuando banda y público laten al unísono.

—Primero de todo, ¿cómo se sienten tocando en un entorno tan especial como Baeza, Ciudad Patrimonio de la Humanidad?

—Con muchas ganas. Estuve con El Chino y con Pope de Supersubmarina en el pasado Sant Jordi y se lo conté, que como amante de la historia me iba a dar un buen paseo por Baeza si teníamos tiempo.

—Influye el entorno en sus conciertos, ¿no?

—Por supuesto, no es lo mismo tocar en un lugar con magia e historia que en un pedregal. Los seres humanos reaccionamos ante la arquitectura, ante el urbanismo. Cuando estás en un entorno hermoso, la energía fluye de una manera más positiva.

—La melancolía y la nostalgia siempre están presentes en las letras de Dorian, pero también invitan al baile y a la catarsis... ¿Qué poder tienen estos temas?

—Muchas de nuestras canciones surgen de un desgarro, del pasmo que a veces nos causa vivir en un mundo que no comprendemos del todo. Hay un punto de melancolía que nos gusta, pero que combinamos con la euforia y el fuego del baile. Esa es una de las claves del sonido de Dorian: puedes sentir profundamente mientras bailas en la pista. Intentamos hacer canciones para explicarnos nuestro mundo interno y también para entender el mundo exterior.

—¿Qué creen que tiene su música para llegar tanto a quienes os siguen desde hace años como a quienes os descubren ahora?

—Las grandes cuestiones filosóficas que nos hacen interrogarnos son comunes a todas las generaciones. No es de extrañar que, si una canción o un disco están hechos con el corazón y con talento, puedan conectar con personas de distintas edades. Muchas de esas temáticas que nos causan desasosiego a todos son universales.

—¿Qué canción sienten que cobra un nuevo sentido en los tiempos actuales?

—Sobre todo En cualquier otra parte. Cuando decimos “vivo en pisos oscuros y tengo dos mil razones para olvidarme de todo”... En Barcelona éramos jóvenes y no podíamos pagarnos un sitio digno. Vivíamos en bajos de edificios oscuros. Y eso no cambió, la clase política no hizo su trabajo.

—¿En qué reside la magia de subirse a un escenario?

—La electricidad que compartimos con la gente cada noche. La música es una forma de arte mágica porque puede hacer que personas de distintas clases sociales, entornos o niveles educativos compartan en el mismo espacio una misma pasión. Es la forma de arte más transversal que existe.

—Y en concreto, ¿qué esperan transmitir ustedes en su concierto en Baeza?

—Paz, amor y empatía. Más que nunca. Este es un país maravilloso. A veces lo estropean los políticos, pero la música puede ser un lenguaje que nos vuelva a unir.

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