Un pez conserva el más antiguo cerebro vertebrado fosilizado

Los hallazgos arrojan nueva luz sobre la conservación de partes blandas en fósiles de animales con espina dorsal

04 feb 2023 / 18:33 H.
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Un pez fosilizado de 319 millones de años, extraído de una mina de carbón en Inglaterra hace más de un siglo, ha revelado el ejemplo más antiguo de un cerebro vertebrado bien conservado.

La tomografía computarizada realizada al fósil, en la que se utilizan rayos X para revelar las características internas, mostró que el cráneo de la criatura contiene un cerebro y nervios craneales de unos dos centímetros de largo. El hallazgo se publica en Nature.

Los investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y la Universidad de Michigan (Estados Unidos) creen que el descubrimiento abre una ventana a la anatomía Los investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y la Universidad de Michigan (Estados Unidos) creen que el descubrimiento abre una ventana a la anatomía.

Sus hallazgos arrojan nueva luz sobre la conservación de partes blandas en fósiles de animales con espina dorsal. La mayoría de los fósiles de animales de las colecciones de los museos se formaron a partir de partes duras del cuerpo, como huesos, dientes y conchas.

El autor principal, Sam Giles, de la Universidad de Birmingham, destaca que “este inesperado hallazgo de un cerebro de vertebrado conservado tridimensionalmente nos ofrece una sorprendente visión de la anatomía neural de los peces con aletas de raya. Nos habla de un patrón de evolución cerebral más complicado de lo que sugieren las especies vivas por sí solas, lo que nos permite definir mejor cómo y cuándo evolucionaron los peces óseos actuales”, relata.

“Las comparaciones con peces vivos mostraron que el cerebro del ‘Coccocephalus’ es muy similar a los cerebros de esturiones y peces espátula, que a menudo se denominan peces ‘primitivos’ porque divergieron de todos los demás peces con aletas de raya vivos hace más de 300 millones de años”, añade.

El cerebro escaneado por TC que se ha analizado pertenece a un ‘Coccocephalus wildi’, un pez primitivo con aletas de raya del tamaño aproximado de una dorada que nadaba en un estuario y probablemente se alimentaba de pequeños crustáceos, insectos acuáticos y cefalópodos, grupo que hoy incluye calamares, pulpos y sepias. Los peces de aletas rayadas tienen columna vertebral y aletas sostenidas por barras óseas llamadas radios.

Los tejidos blandos, como el cerebro, se descomponen rápidamente y rara vez se fosilizan, pero cuando este pez murió, los tejidos blandos de su cerebro y nervios craneales fueron sustituidos durante el proceso de fosilización por un denso mineral que conservó, con gran detalle, su estructura tridimensional.

El autor principal, Matt Friedman, de la Universidad de Michigan, destaca que “una conclusión importante es que este tipo de partes blandas pueden conservarse, y pueden conservarse en fósiles que tenemos desde hace mucho tiempo: éste es un fósil que se conoce desde hace más de 100 años”.

Este cráneo fósil es el único espécimen conocido de su especie, por lo que durante el estudio dirigido por la U-M sólo se pudieron utilizar técnicas no destructivas.

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