Humor y descaro a escena

La obra “Los charlatanes” fue representada sobre las tablas del Ideal Cinema a partir del trabajo dramatúrgico de Luis Miguel González, Inmaculada Alvear, Yolanda Dorado y Daniel Martos. Los actores Eugenio Gómez, Nuria Benet y Daniel Martos arrancaron las carcajadas del público los noventa minutos que duró el montaje.

Música, humor y descaro se dieron la mano durante toda la función. “Los charlatanes” es un “retablo de las maravillas” quijotesco, un conjunto de piezas cortas, números musicales, monólogos y proyecciones en el que nadie ve la realidad tal y como es. A través del humor, el teatro del Astillero de Madrid puso en solfa el orden social en el que los artistas estén excluidos de todo discurso político y despojados de toda distinción. Con música, reprobaron a los críticos y buscaron un lugar para el arte, ese que habla de ellos mismos, mientras su lugar hoy está ocupado por chamanes, gimnasios y sexo. Y, con el descaro mostraron un mundo real donde las ideas no valen, donde más vale heredar que estudiar y acumular capital que superarse en el trabajo. En definitiva es una obra que habla sobre las crisis económicas, de escritores, para echar la vista atrás y conseguir una respuesta a la pregunta: “¿qué es un artista?”.

Con esta trama, la compañía debutó en la ciudad de los Cerros. Desde que se constituyó, en 1995, es la única en la geografía española formada solo por autores y se ha convertida en un espacio de reflexión, incitación, ensayo y la búsqueda de nuevos horizontes para la disciplina dramática.

La función estaba ambientada en una colonia de humanos en el planeta Marte, sometida a la cruel dictadura de los gemelos Hynkel y Napolini, que deseaban imponer una nueva religión, denominada “capitalismo”, y obligar a sus hermanos a realizar trabajos en prácticas eternas y convertirse en emprendedores por decreto. Y en cuanto el caos se apoderó de esa sociedad marciana, se desembocó en el colectivismo por pillaje, en la recolección errante y en los siete pecados capitales, que se convierte en una costumbre. Así, dos valientes, el capitán Scarlett y Lady Penélope, escaparon con la única misión de entregar un mensaje de socorro a los habitantes de la Tierra. Para cumplir con éxito su objetivo se disfrazaron de gestores culturales. Y es partir de aquí cuando se sucedieron unas escenas divertidas en las que se puso de manifiesto cómo se trabaja tanto en establecimientos comerciales como en administraciones públicas y las mil y una trabas que se encuentran los ciudadanos a la hora de solicitar algo tan simple como una factura.

Dentro de la “Muestra de Teatro de Otoño”, anoche también se representó la propuesta “Escrito en las estrellas”, escrita por Emilio Gutiérrez Caba y basada en “El amante liberal” de Miguel de Cervantes. Se trataba de una forma de conmemorar el cuatro centenario del fallecimiento del autor de “Don Quijote de la Mancha” y “Novelas ejemplares”.