Pasión de un pequeño cofrade
Miguel Ángel Esteban, de 12 años, costea su propio Cristo para la procesión


El nombre de su cofradía es La Sagrada Coronación de Espinas. Es un grupo joven y entusiasta que, el próximo 5 de mayo, recorrerá las calles de la capital del Santo Reino junto con otros niños de Jaén. Su fundador es Miguel Ángel Esteban y tiene 12 años. Tanto él como sus compañeros están “ansiosos” por que llegue el gran día. “Estoy muy nervioso, sé que esa noche no podré dormir”, afirma Esteban que, a pesar de participar en la procesión desde 2014, siente la misma emoción que el primer día. “Aquella vez fue impresionante, pero para mal, el paso daba pena, con muñecos y maniquíes”. Pero en esta ocasión será muy diferente, pues llevarán su propio Cristo, hecho por el imaginero Rafael Catalán y traído desde Córdoba. Le ha costado 500 euros que ha pagado de su bolsillo. “Entre los ahorros, el dinero de Navidad y lo que me han ayudado he podido reunir lo suficiente”, comenta, y añade al momento, con un tono emocionado: “Estoy supersatisfecho con el resultado”.
Esteban y sus compañeros lo tienen todo listo, los diez costaleros, el vocero y el paso “con sus flores, su canastilla y su respiradero”. Teresa Casado, su madre, cuenta cómo la pasión le viene desde muy pequeño. “Antes hacía figuras de la Piedad con plastilina y siempre le ha atraído mucho todo lo relacionado con las cofradías”, explica. Esteban pertenece a varias hermandades, entre ellas la de La Estrella. “Él es muy curioso y seguía el paso con los cofrades”, recuerda su madre, que resalta la amabilidad y el cariño que les han mostrado desde la hermandad.
La familia de Miguel Ángel Esteban asegura no haberle inculcado ninguna preferencia. “Ha salido de él, lo ha buscado y ha aprendido por su cuenta, nosotros solo le apoyamos”, dice su madre. En su casa resaltan la creatividad que muestra el joven a través de su pasión por la Semana Santa, las hermandades y las imágenes religiosas. “Es su forma de fomentar la creatividad”, afirma Casado. De hecho, Esteban tiene las ideas “muy claras”, pues está decidido a estudiar Bachiller artístico y, después, matricularse en Bellas Artes en Sevilla. Su sueño es ser imaginero y dedicarse profesionalmente a ello. Mientras tanto, su objetivo actual es sacar adelante su paso para la Cruz de Mayo con éxito. “Es mi ilusión, lo hago por mi tito, que está en el cielo y le gustaba la Semana Santa”, confiesa, y declara que su proyecto es, si puede, crear su propia hermandad. “Poco a poco, todo se consigue”.