Las Dolorosas de San Juan: la belleza eterna

Juanito el Practicante guardó la Virgen de los Dolores durante la Guerra Civil

12 mar 2018 / 09:57 H.

Nuestra Señora de los Dolores. Esta cofradía remonta sus orígenes al año 1580, siendo fundada en el convento de la coronada de los padres carmelitas calzados como consecuencia del pleito mantenido entre los frailes y la Cofradía de la Soledad. Esta Congregación del Santo Sepulcro lleva a gala el poseer uno de los patrimonios imagineros más valiosos de la escultura procesional española, ya que sus imágenes proceden de la época de la misma fundación.

Entre ellas destaca la impresionante imagen de Nuestra Señora de los Dolores que desde tiempo inmemorial ha arrancado la devoción de todos los jiennenses denominándola “la Dolorosa de Jaén”. Data del año 1580 y aunque es atribuida a Sebastián de Solís, otros historiadores dudan de esta atribución. La Virgen estaba situada en su origen de rodillas, sobre almohadón y las manos cruzadas, como lo atestigua un grabado de Francisco de Guzmán de 1741. Fue la primera Dolorosa de Jaén en procesionar con palio en 1928 debido a la donación de Cándido Medina. Durante la Guerra Civil la Virgen de los Dolores pudo ser salvada de la destrucción gracias a Juan Torres, “Juanito el practicante”, que guardó el busto, entregándoselo a Antonio Delgado. Luego Amparo Berro la guardó en el número 30 de la calle Martínez Molina. Posee un magnífico manto de terciopelo negro bordado en oro de principios de siglo donado por Antonio Aponte.

Santa María del Silencio. Desde el siglo XIX existió la costumbre de completar el paso del Calvario con una imagen de la Virgen. En 1942 se solicitó la imagen de una Dolorosa sedente a los condes de Humanes, una imagen que poseían posiblemente desde la época de la Desamortización, que tenían en su oratorio privado y luego recibió culto en el convento de dominicas de la calle Ancha. El conjunto resultó de lo más completo. Demolido el convento, la imagen pasó definitivamente a la iglesia de San Juan, la familia Sáenz Messía donó esta Dolorosa a la cofradía mediante documento privado.

Durante tiempo atrás se le comenzó a denominar como “la Roldana”, una titularidad ficticia que incomprensiblemente se aceptó durante muchos años. Últimos estudios la encuadran en la imaginería local producida durante el siglo XVIII, acercando su estética más bien al círculo de los Medina o Francisco Calvo. Por decreto episcopal dictaminado por el entonces obispo de Jaén Santiago García Aracil se indicó que en lo sucesivo esta imagen se venerase con la advocación de Santa María del Silencio. Procesiona a los pies del Cristo del Calvario, escoltado por los ladrones, y desde 2001 acompañada de San Juan. Como curiosidad esta Dolorosa posee los pies tallados con sandalias. El vestidor de ambas vírgenes es Javier García Molina.