La Pasión se deja sentir en Castellar con sones cofrades

Éxito del primer ciclo musical organizado por la agrupación Cristo del Calvario

14 mar 2016 / 09:20 H.

Castellar es un pueblo que siente y vive la Pasión, tierra que acuna el olor a incienso, que mece, paso a paso, sigilosamente, la emoción de la Semana Santa. Poco queda para que llegue. A pocos días para que los tronos salgan a la calle, fueron los sones de las cornetas y tambores los que enmudecieron a los castellariegos con un despliegue de sentimiento pocas veces visto. El primer Ciclo Cofrade Excolegiata de Santiago “Ciudad de Castellar” se celebró con éxito en este pueblo de la comarca del Condado.

Entre idas y venidas, marchas, buena música y colorido, las tres bandas participantes anunciaron la llegada de la Pasión. La Banda de Cornetas Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de Beas de Segura, encabezó el pasacalles, que dio el pistoletazo de salida desde el Parque de la Glorieta. Tras ellos, la Agrupación Musical Nuestra Señora de los Dolores, de Villanueva del Arzobispo, entonaban piezas que sobrecogieron a las decenas de vecinos que les acompañaron en su recorrido. Finalmente, la Agrupación Musical Santísimo Cristo del Calvario, de Castellar —formación encargada de organizar el ciclo—, cerraba el cortejo que confluyó en un lugar privilegiado, el patio de la excolegiata de Santiago.

Primero en la calle, posteriormente en el interior de un edificio del siglo XVII. Rodeados de público, con una patio lleno hasta la bandera, se dejaban oír marchas como Baratillo, entonadas por los componentes del Cristo de la Buena Muerte. Con esta pieza dieron a un concierto protagonizado por la solemnidad de una formación, que ha ido creciendo a pasos agigantados. La banda (formada por casi medio centenar de componentes), que con aires renovados en 2014 estrenó su nuevo banderín y el año pasado se enfrentó “al mayor reto” de su historia, al acompañar a la estación de penitencia del Santo Sepulcro en Toledo, deleitó a los presentes con Cristo del Amor y Tres Caídas.

El ciclo cofrade prosiguió con la actuación de la formación de Villanueva del Arzobispo. Con una vestimenta inspirada en el uniforme de diario del capitán general de la Armada Española, se presentaron ante los castellariegos. Los cincuenta y cinco músicos que componen la agrupación interpretaron La Trabajadera, Redención, Pasión y Amargura y Soleares de Triana. Tres marchas a las que le siguieron uno de los momentos más emotivos del encuentro. La devoción y el amor de los jóvenes se duplicó cuando, la agrupación Cristo del Calvario, con la que se hermanaron el pasado 16 de enero, con motivo del veinte aniversario de su fundación, subió también al escenario. Ambas formaciones encandilaron a los asistentes con piezas como Regina Coeli, marcha compuesta por Luis González Mena y dedicada a la Virgen de los Dolores de Villanueva.

Una iniciativa que nace con el propósito de continuar

Los sones de Cristo del Calvario, caracterizados por un repertorio clásico, pusieron el broche de oro a un ciclo que, como afirma su director, Luis González Mena, nace con el propósito de extenderse en el tiempo. “La idea es volver a repetir el año que viene, ya con un ciclo de actividades más amplio en el que se incluyan homenajes a personas destacadas del mundo cofrade”, recalca, con orgullo, después de vivir con éxito el debut de la iniciativa. “Ha sido emocionante, tanto por la participación como por el lugar donde se ha llevado a cabo”, concluye.