Sorpresas a la sombra de la Peña de los Halcones
Cazorla enamora al turista con su laberinto orográfico, su casco urbano pintoresco y su gran riqueza culinaria

Situado al este de la provincia y en el corazón del mayor espacio protegido de España, Cazorla crece imponente a las faldas del Castillo de La Yedra. Su término municipal sorprende porque es un auténtico laberinto orográfico de valles, tajos, montañas y altiplanos de importancia hidrológica, por la gran cantidad de ríos y arroyos que de él emanan.
Su núcleo urbano destaca por ser una tanto pintoresco. Se asienta a la sombra de la Peña de los Halcones, con la sierra a sus espaldas y el mar de olivos de frente. Sobre el conjunto se levanta el Castillo de la Yedra, que domina el enjambre de viviendas tradicionales, casas señoriales y monumentos, entre los que destacan el Castillo de las Cinco Esquinas, el Ayuntamiento, la Plaza de Santa María, las iglesias de San Francisco y San José y la Casa de las Siete Fuentes. El castillo de las Cinco Esquinas, corona el cerro de Salvatierra, cimentado sobre la roca base caliza. Su planta, pentagonal, constituye un complejo plano en el que se distinguen tres espacios claramente definidos. La torre es la que destaque por encima del resto del conjunto. Está desplazada hacia la zona más occidental, como si fuera ese el lugar al que deba su función.
Por su parte, la fortaleza de la Yedra es un antiguo enclave de origen defensivo. Es una construcción que data de la época bereber, aunque fue terminado tal y como lo conocemos hoy en día por los castellanos. Desde su enclave, a 831 metros de altitud sobre el nivel del mar, se divisa la ciudad de Cazorla y sus alrededores. En su arquitectura se observan varios rasgos musulmanes, aunque a lo largo de los siglos los cristianos terminaron de darle su configuración definitiva, por lo que predomina así el estilo gótico.
Entre sus numerosos encantos, ocupa un lugar privilegiado su riqueza gastronómica. La cocina típica de la treintena de municipios que forman esta Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas están influenciados por la gastronomía andaluza y la castellano-manchega, por lo que es sobria. Definida por la propia climatología, se basa en una abundante y rica condimentación de especias, por los productos del entorno: caza, pesca fluvial, harinas, legumbres y frescas hortalizas. Todo ello aderezado con el toque de calidad que aporta el aceite de nuestros olivares, auténtica joya en toda mesa que se precie de arte culinario, no solo de Jaén, sino del mundo.