Javier González de Lara ve en la empresa la solución al paro

Un hijo y nieto de alcalaínos, el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Javier González de Lara, ofreció en el teatro Martínez Montañés su visión sobre la salida a la crisis en un acto promovido por el colectivo Amici Culturae. “La empresa es la solución”, afirmó rotundo, a la vez que remarcó el dramatismo que supone el problema, sobre todo entre los jóvenes.

El responsable apostó por cambiar la actitud social y ser más creativos y proactivos. “El empleo lo generan las empresas”, añadió el malagueño, que dejó claro que el sector público nunca podrá igualarse a esa capacidad de generar riqueza. González de Lara subrayó que Andalucía solo tiene 58 firmas por cada millar de habitantes frente a 69 de la media nacional. Igualar el nivel, de acuerdo con sus datos, se traduciría en la creación de 300.000 puesto de trabajo en el conjunto de la región.

Para el presidente de la CEA, la atomización de las compañías de la comunidad no facilita la competitividad. “La política más social es la que facilita la creación de empleos”, manifestó, para añadir que la falta de Gobierno afecta ya al mercado laboral, máxime en una situación en la que la crisis no ha terminado. Aparte de la débil estructura empresarial, Javier González de Lara se refirió a otros problemas. En su opinión, además de la ausencia de crédito, los costes de la Seguridad Social son excesivos. Por ello —siempre desde la premisa de que los recursos humanos son el principal activo de una compañía— es necesario un sistema que conjugue protección y flexibilidad. “Contratar es muy caro”, aseveró el presidente de la CEA. Además, puso el foco en los fiscales. Por ejemplo, comparó que en España el porcentaje supera el 35,6 por ciento de la masa bruta salarial frente a niveles de en torno al 20 por ciento o menos en países como Alemania. Por otra parte, el orador denunció la “inseguridad jurídica” que suponen las múltiples normas estatales, autonómicas y locales que coexisten.

Para el experto, la “hiperregulación” cuesta el uno por ciento del Producto Interior Bruto y hace que España se encuentre fuera de la lista de países con más libertad económica. Para acabar, reivindicó la palabra empresario frente a la de emprendedor, pidió menos trabas y más seguridad jurídica, y llamó la atención sobre la ética, el factor social y la responsabilidad filantrópica. El acto acabó con un coloquio en el que hizo partícipe al público asistente.