Preocupación de los envasadores jiennenses por la subida en EE UU
Apeva teme que los italianos acaparen el mercado
El consumidor americano tendrá en las tiendas, a partir del 18 de octubre, un aceite de oliva más caro que otro tan solo por su etiqueta de origen. ¿Qué hará entonces el comprador? Seguramente, buscar al mejor precio, una decisión que no beneficia, en absoluto, a los jiennenses. “El proteccionismo a Donald Trump se le va un poco de las manos, ya que no debería poner aranceles a un producto del que es deficitario”, afirma Francisco García, presidente de Apeva (Asociación Provincial de Envasadores de Aceite de Oliva). Y es que desde el colectivo están preocupados por la “imprevista” decisión del presidente de Estados Unidos de subir un 25% los aranceles a productos españoles, entre ellos, el aceite.
Sin embargo, tal como explican desde Apeva, el mayor problema es que no se han aplicado aranceles a todos los países, sino al Reino Unido, Francia, Alemania y España, es decir, los países colaboradores de Airbus, algo que les ha convertido en centro de sus represalias.
Por ello, el resto de países a los que no afecta la medida se encuentran con un mercado más “despejado”. Ahí están los italianos. “A ellos no se les han impuesto los aranceles, así que nos van a quitar a todos los clientes porque van a ir por precio”, cuenta Francisco García, y añade: “Es triste y duro, habrá operaciones que ya no me convenga hacer porque salgo perdiendo, entonces envasaré menos, contrataré menos y afectará a la economía, es inevitable”. Conclusión, aquí habrá más producto, bajarán los precios del aceite de oliva y el gran afectado será el agricultor, según Apeva.
Insisten en que no quieren crear alarma. Es más, son optimistas y opinan que habrá una solución a medio plazo. Esperan que antes del 18 de octubre la Comunidad Europea llegue a un acuerdo con Estados Unidos. “Estamos pagando porque a los americanos les ha salido mal una jugada con un tema de aviones, nosotros no sabemos de eso, solo queremos sacar el campo adelante para que sea rentable”, concluye.
El presidente de la Diputación Provincial de Jaén, Francisco Reyes, mostró su preocupación por la subida de los aranceles al aceite de oliva en un 25%. “En España, en general, y en Jaén, en particular, es un sector fundamental que necesita de certidumbre en un momento en el que hay demasiados nubarrones económicos en su futuro”, afirmó. Por ello, confirmó que el próximo día 14 de octubre, en el Consejo de Ministros, se abordará el asunto de los aranceles, tanto en Europa como en el territorio nacional. “Estamos preocupados por las consecuencias de esta medida que, de manera unilateral y sin avisar, ha sacado Trump”, apuntó, y añadió: “No tengo dudas de que la Unión Europea se pondrá del lado de los productores agroalimentarios”.
Por otro lado, desde Ciudadanos, la candidata al Congreso, Marián Adán, también opinó al respecto. “Lamentamos profundamente que a la ignorada crisis de precios del aceite de oliva por parte del Gobierno de Sánchez, se le unan noticias así”. Destacó que, desde Cs, “luchan” por poner en valor los productos nacionales, tanto dentro del territorio como fuera de España. “Vamos a trabajar como ya lo venimos haciendo a nivel autonómico, nacional y desde la UE por un precio justo para el aceite de oliva, una lucha que, lamentablemente, no comparten otros”, dijo.
SANCIONADO. A partir del 18 de octubre, todo lo que pase de 18 kilogramos de peso —la botella son unos 900 gramos— estará sancionado con aranceles. El aceite a granel no está penalizado, pero el que no tenga una envasadora en Estados Unidos se quedará fuera del mercado por la subida del 25%.
LOBBY. La entrada del mercado del aceite jiennense no fue fácil. Existe un lobby creado por los productores de California. Desde Apeva subrayan: “Puedes defender tu producción, es lícito, pero es mínima, no logran ni el 5% de lo que necesita el país”. Entonces, acudirán a otro mercado, en este caso el italiano. Por lo que los americanos defenderán que “no les afecta la subida”.
PÉRDIDAS. Actualmente hay mercancía que ya está en el Atlántico, con barcos que al llegar a puerto verán incrementado su contenido en 25%. Con contenedores de 10.000-15.000 euros, los productores dan por hecho que no saldrá rentable y lo dan por perdido.