“Ya podemos hacer respiradores”

Ángel Llavero López

31 may 2020 / 11:54 H.

El CEO de Meltio analiza la situación del coronavirus y explica cómo lo vivió en primera línea al estar en el hospital esperando a su hijo. Además, cuenta su labor solidaria para conseguir ayudar dentro de esta crisis sanitaria con la creación tanto de viseras para sanitarios o empresas como la fabricación de respiradores por si tuviese lugar otro brote de la enfermedad.

—Un emprendedor jiennense como usted, ¿qué ha hecho durante el confinamiento?

—Tuve la suerte y la experiencia vital de ser padre el tercer día del confinamiento, nació mi segundo hijo, por lo que aproveché para disfrutar mucho de los niños y luego intentar ser lo más eficaz posible con el teletrabajo para mantener todas las empresas.

—Toda una experiencia ser padre durante una pandemia. Debió ser inolvidable.

—Totalmente inolvidable por muchos aspectos. Primero por vivirlo en primera personas en el hospital junto a los sanitarios a los que, desde aquí, darles la enhorabuena y reconocerles todo su esfuerzo y sacrificio. Segundo, porque he podido disfrutar durante estos dos meses de los niños con toda la intensidad del mundo.

—Fue participe de una actividad sin precedentes como fue la creación de un portal para coordinar la creación de viseras protectoras, que es un elemento fundamental que ha faltado durante la pandemia y que, gracias a iniciativas como esta, ha solucionado un grave problema en los hospitales, centros sanitarios y empresas. ¿Cómo ha sido el resultado y la iniciativa?

—Lo enlazo un poco con la experiencia vital que viví cuando fui padre junto a mi mujer. Tuvimos un trato excelente en el hospital, pero había mucha tensión por parte del personal por la carencia en mucho de los medios. De ahí salimos con la idea de decirles a los compañeros de la empresa que teníamos que hacer algo para ayudar. Así surgió y tuvimos la iniciativa para ayudar con una lluvia de ideas a través de videollamadas. Identificábamos que teníamos clientes que querían colaborar y que tenían impresoras 3D. Eso fue lo que hicimos y empezamos a trabajar en ello. La sorpresa fue que en cuestión de unas 48 horas más de 10.000 empresas o personas tenían impresoras 3D y a partir de ahí empezamos a pedir ayuda a otros que respondieron y fuimos enviando material para poder fabricar entorno a unas 110.000 viseras.

—¿A quiénes han repartido esas viseras?

—Nosotros al final como somos comercializadores creamos un portal para que aquellos que demandaban viseras podían ponerse como demandantes y lo han recibido hospitales, centros de salud, fuerzas de seguridad, empresas que no tenían protección, hoteles donde estaban los sanitarios que dormían. Lo han recibido por toda España, no en vano es cierto que la provincia de Jaén fue donde hicimos un mayor esfuerzo con una ayuda de Ayuntamiento de Linares y la Diputación de Jaén.

—¿Se ha paralizado ya esa labor o iniciativa?

—Continuamos, pero no en esta labor. La impresora 3D fueron muy útiles en las primeras semanas, pero cuando la industria se puso al día ya no tiene sentido hacerlo con impresoras. Pero sí es cierto que en paralelo hemos colaborado en el desarrollo de un respirador totalmente comercial y estamos preparando todo para poder fabricar entre 8 y 10 respiradores al día.

—Todo con la empresa Meltio que tiene un año de vida y que ha sabido reinventarse.

—Es una “joint venture” entre una empresa americana y Sicnova y fabricamos impresoras 3D. Hacer estas viseras o los respiradores no es para lucrarnos porque no es posible ni ético, pero es importante que al tener la infraestructura y ante la posibilidad de nuevos contagios podamos ayudar.

—¿Qué ha supuesto la paralización obligada por la crisis del coronavirus?

—Nosotros llevamos sufriendo la paralización desde el mes de enero porque tenemos sede en EE UU y estructura en China y desde ese momento vivíamos las secuelas del virus. Nos ha afectado en varios frente. Por un lado, es cierto que la actividad nunca ha parado del todo aunque en la semana del parón total si lo tuvimos que hacer porque queríamos respetar ese hecho, pero nos ha servido para algo muy importante como es descubrir que algunos de los distribuidores que teníamos eran de Europa o Asia, pero que había otros mucho más cercanos en Linares, La Carolina o Martos que nos ofrecen unos precios muy competitivos y que y que cuentan con una calidad que es magistral. Ha servido para acercar nuestra cadena de distribuidores y volver a lo local.

—Un emprendedor jiennense como usted, ¿qué ha hecho durante el confinamiento?

—Tuve la suerte y la experiencia vital de ser padre el tercer día del confinamiento, nació mi segundo hijo, por lo que aproveché para disfrutar mucho de los niños y luego intentar ser lo más eficaz posible con el teletrabajo para mantener todas las empresas.

—Toda una experiencia ser padre durante una pandemia. Debió ser inolvidable.

—Totalmente inolvidable por muchos aspectos. Primero por vivirlo en primera personas en el hospital junto a los sanitarios a los que, desde aquí, darles la enhorabuena y reconocerles todo su esfuerzo y sacrificio. Segundo, porque he podido disfrutar durante estos dos meses de los niños con toda la intensidad del mundo.

—Fue participe de una actividad sin precedentes como fue la creación de un portal para coordinar la creación de viseras protectoras, que es un elemento fundamental que ha faltado durante la pandemia y que, gracias a iniciativas como esta, ha solucionado un grave problema en los hospitales, centros sanitarios y empresas. ¿Cómo ha sido el resultado y la iniciativa?

—Lo enlazo un poco con la experiencia vital que viví cuando fui padre junto a mi mujer. Tuvimos un trato excelente en el hospital, pero había mucha tensión por parte del personal por la carencia en mucho de los medios. De ahí salimos con la idea de decirles a los compañeros de la empresa que teníamos que hacer algo para ayudar. Así surgió y tuvimos la iniciativa para ayudar con una lluvia de ideas a través de videollamadas. Identificábamos que teníamos clientes que querían colaborar y que tenían impresoras 3D. Eso fue lo que hicimos y empezamos a trabajar en ello. La sorpresa fue que en cuestión de unas 48 horas más de 10.000 empresas o personas tenían impresoras 3D y a partir de ahí empezamos a pedir ayuda a otros que respondieron y fuimos enviando material para poder fabricar entorno a unas 110.000 viseras.

—¿A quiénes han repartido esas viseras?

—Nosotros al final como somos comercializadores creamos un portal para que aquellos que demandaban viseras podían ponerse como demandantes y lo han recibido hospitales, centros de salud, fuerzas de seguridad, empresas que no tenían protección, hoteles donde estaban los sanitarios que dormían. Lo han recibido por toda España, no en vano es cierto que la provincia de Jaén fue donde hicimos un mayor esfuerzo con una ayuda de Ayuntamiento de Linares y la Diputación de Jaén.

—¿Se ha paralizado ya esa labor o iniciativa?

—Continuamos, pero no en esta labor. La impresora 3D fueron muy útiles en las primeras semanas, pero cuando la industria se puso al día ya no tiene sentido hacerlo con impresoras. Pero sí es cierto que en paralelo hemos colaborado en el desarrollo de un respirador totalmente comercial y estamos preparando todo para poder fabricar entre 8 y 10 respiradores al día.

—Todo con la empresa Meltio que tiene un año de vida y que ha sabido reinventarse.

—Es una “joint venture” entre una empresa americana y Sicnova y fabricamos impresoras 3D. Hacer estas viseras o los respiradores no es para lucrarnos porque no es posible ni ético, pero es importante que al tener la infraestructura y ante la posibilidad de nuevos contagios podamos ayudar.

—¿Qué ha supuesto la paralización obligada por la crisis del coronavirus?

—Nosotros llevamos sufriendo la paralización desde el mes de enero porque tenemos sede en EE UU y estructura en China y desde ese momento vivíamos las secuelas del virus. Nos ha afectado en varios frente. Por un lado, es cierto que la actividad nunca ha parado del todo aunque en la semana del parón total si lo tuvimos que hacer porque queríamos respetar ese hecho, pero nos ha servido para algo muy importante como es descubrir que algunos de los distribuidores que teníamos eran de Europa o Asia, pero que había otros mucho más cercanos en Linares, La Carolina o Martos que nos ofrecen unos precios muy competitivos y que y que cuentan con una calidad que es magistral. Ha servido para acercar nuestra cadena de distribuidores y volver a lo local.