¿Una doble vida para simular que era un musulmán corriente?

El arrestado repudiaba en Facebook la masacre de París, mientras se alegraba de los crímenes por teléfono

22 abr 2016 / 10:00 H.

Si todo lo que se dice de él es cierto, hemos estado muy engañados”, asegura uno de los vecinos de Jabalquinto que lo conocen. Y eso es precisamente lo que sostiene la juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, que ordenó el ingreso en prisión del presunto colaborador del Daesh, empadronado en el Ayuntamiento jabalquinteño y detenido en Palma de Mallorca. Hay ejemplos de esta supuesta doble vida del marroquí. Uno de ellos es muy significativo. Tras la oleada de ataques en París el pasado 13 de noviembre, Mohamed Harrak cambió su foto de perfil de Facebook y colocó una con su rostro y el fondo de la bandera del país vecino. Fue más lejos y compartió una publicación en la que se leía “No en mi nombre”. Esto hicieron millones de musulmanes en todo el mundo para dejar claro su total distancia con los métodos y los fines que persigue el Daesh.

Sin embargo, a tenor de la valoración indiciaria de los hechos de la instructora del caso, era solo una fachada. El 14 de noviembre de 2015, como consta en el auto de la Audiencia Nacional, el marroquí, en una conversación telefónica captada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, aseguró: “Un día excelente, pues hicieron temblar Europa”, en alusión a los terribles ataques. En Jabalquinto, donde se encontraba en esas jornadas, también expresó en público su indignación y pesar por la barbarie. “Esto no es bueno para nosotros, nos perjudica”, aseguran que llegó a comentar en varias ocasiones. Alertados por su proceso de radicalización, que comenzó meses antes de dejar la relación con la jiennense, los policías tenían controlado su móvil y sus cuentas en redes sociales. En una de ellas, el 19 de septiembre de 2015, habló de organizar viajes al “Sha”, el Levante, en alusión a Siria para luchar a favor de la “umma”, su comunidad. Aunque en su Facebook de ciudadano normal y corriente no aparecían mensajes de apoyo al autoproclamado califato, encabezado por Abu al Baghdadi, estos sí eran frecuentes en sus otras tres cuentas. Esta actividad no cuadra con lo que cuentan de él en su entorno. “Iba del trabajo a casa y, de vez en cuando, al gimnasio”, explica otra jiennense que lo trató en Palma de Mallorca. “Tenía una tableta, una ‘Play Station” y su móvil, nada más”, sostienen en el que fue su círculo. “Si se dedicaba a captar gente para ir a combatir a Siria e Irak, ¿de dónde sacaba el tiempo? No nos lo explicamos”, relatan a este periódico. “Solía pasar las tardes con los que eran sus sobrinos, si apenas salía de casa”, dejan claro.

Pero precisamente, esta supuesta manera de obrar, con dos caras, encaja perfectamente con los consejos de los seguidores del Estado Islámico para no ser detectados y poder convertirse en “lobos solitarios” que operen en España y el resto de Europa. En el auto de ingreso en prisión de Harrak se hace constar este hecho y que consultó una de estas guías. Para su círculo de Jabalquinto y otros jiennenses que trabajaron con él, como pudo saber este periódico, apenas viajaba a Marruecos; sin embargo, los investigadores tienen constancia de, al menos, una estancia de dos meses relativamente reciente en el país alauí donde, al parecer, llegó a casarse y dejar embarazada a su nueva esposa. Harrak, tal y como apuntan los policías y algunos amigos de las Baleares, intentó ingresar en la Policía, el Ejército y la Legión Francesa. Su idea, supuestamente, era perfeccionar una formación militar en la que ya tenía práctica gracias al “Paintball”. No pudo por sus antecedentes. Ni una cosa ni otra lo sabían en Jabalquinto.