Un hombre “normal” al que no se le conocían enemigos

Miguel Ángel López Restrepo estaba separado y era padre de dos hijos

11 jul 2019 / 08:39 H.

Miguel Ángel López Restrepo llamó a su exmujer en la noche del 13 de octubre de 2018 para decirle que, al día siguiente, quería llevarse a sus dos hijos a la Feria de San Lucas. La mujer no puso ningún impedimento. Sin embargo, el padre nunca acudió a recogerlos. Ella, en principio, no le dio importancia. La pareja se había separado ocho años antes y solo mantenían el contacto esporádico por los niños. Pero fueron pasando los días y Miguel Ángel seguía sin dar señales de vida. La mujer habló con los compañeros de piso —los ahora detenidos—, con sus amigos y con conocidos. Finalmente, contactó con su exsuegra, que vive en el municipio colombiano de Pereira. Fue, entonces, cuando ambas presentaron sendas denuncias por la desaparición que, enseguida, fue calificada como “de alto riesgo” por las autoridades policiales. Además, empapelaron las calles con carteles con el rostro del joven colombiano para pedir la colaboración ciudadana.

Cuando se le perdió el rastro, el 14 de octubre de 2018, Miguel Ángel López Restrepo llevaba un año viviendo en la capital. Compartía un piso de alquiler con otros dos hombres —un colombiano y un dominicano—. En concreto, tenía arrendada una de las habitaciones. Había hecho un curso de peluquería y hacía trabajos esporádicos como barbero. También estuvo empleado como camarero en un bar cercano a la Universidad y dio varios jornales en la campaña de recolección de la aceituna.

Miguel Ángel López llegó a España cuando era un adolescente. Primero estuvo en Canarias, donde estudió la Educación Secundaria Obligatoria. Después, emigró a Jaén, donde conoció a la mujer que se convirtió en su esposa. Se casaron y tuvieron dos hijos. Sin embargo, en 2010, la relación se rompió y él volvió a Colombia. Ella se quedó en la capital jiennense, con los niños. A finales del año 2017, Miguel Ángel regresó a Jaén. Prácticamente, desde el principio vivió en el piso de la calle Málaga. En esta segunda etapa, no tenía la residencia legal en España. De hecho, le constaba una infracción a la Ley de Extranjería. Aparentemente, el joven colombiano era una persona normal, al que no se le conocían problemas graves ni enemigos señalados. De ahí que la investigación se centrase en su círculo más íntimo, sobre todo a raíz de que los agentes de la UDEV descubrieran que habían incurrido en varias contradicciones a la hora de relatar las últimas horas antes de que se le perdiera el rastro a Miguel Ángel López Restrepo en la vivienda de Peñamefécit donde encontró la muerte.