Un 30% menos de lluvias casi al cierre del año hidrológico

La UJA constata un incremento de las temperaturas, sobre todo las mínimas

14 sep 2019 / 11:07 H.

Un año hidrológico malo, que no pésimo. Así define Antonio David Pozo Vázquez, catedrático de Física Aplicada y responsable de la Estación Meteorológica de la UJA del grupo Matras, este ciclo que está a punto de concluir —en concreto lo hará a finales de septiembre, cuando los datos serán definitivos—. Así, según las cifras que baraja la Universidad, la media de precipitaciones de los últimos 50 o 60 años estaría en la capital cerca de los 500 litros por metro cuadrado, mientras que este año se situaría en unos 300 desde octubre de 2018, a la espera de lo que suceda este mes de septiembre. “El año ha sido seco, y se ha registrado entre un 30 por ciento menos de precipitaciones de lo habitual, pero tampoco se podría considerar muy seco”, explica.

“Hemos tenido años —continúa— en los que se han registrado menos de 300 litros y otros en los que se ha llegado a los 1.100. La media estará en torno a los 500”. Así, por ejemplo recuerda que en 1937 se registraron 1.020; en 1960, 1.065, y en 2010, 938, entre los que más precipitaciones registraron. En el caso contrario, y ya entre los más recientes, los más secos apunta a que fueron el pasado 2005, con 283, y el 2015, con 388. “Aun así, las precipitaciones que hemos registrado este año son perfectamente normales y no tienen nada que ver con el cambio climático. Esta variación interanual es propia del clima mediterráneo”, puntualiza.

Con respecto a las precipitaciones registradas en estos últimos días a consecuencia de la gota fría, apunta a que mejorarán los datos del año hidrológico, pero solo en ciertas comarcas: “Hay que dejar claro que se trata de trata de precipitaciones muy puntuales, y que no afectan de forma generalizada a la provincia como las que ocurren de noviembre a marzo”.

Con respecto a las temperaturas, considera que es más fácil relacionar la subida registrada en los últimos años con el cambio climático. Y es que se ha acentuado ese incremento desde principio del pasado siglo XX, aún más a partir de los años 60 y, sobre todo, con la llegada del siglo XXI. “Este año no hemos tenido récord de calor, pero sí que se quedará cerca”, explicó Antonio David Pozo. Pero más allá de las máximas diarias, consideró fundamental tener en cuenta las medias de las mínimas: “De siempre hemos tenido problemas para conciliar el sueño en la provincia por el calor, porque hemos rondado los 22 y los 23 grados de temperatura mínima en muchas comarcas durante gran parte del verano, pero lo que observamos en los últimos años es que esas mínimas van en ligero aumento”.

Estos y otros datos a tiempo real se pueden consultar en la página de la estación meteorológica (matras.ujaen.es), que es mantenida, junto a Antonio David Pozo y Joaquín Tovar, por Antonio García. “La estación está situada en el Campus de las Lagunillas. Se pueden consultar los datos tal cual se registran, y para este fin Antonio García ha desarrollado una app. Además, mantenemos registros históricos desde el año 2000, y desde 2005 están disponibles para su consulta a través de la web”, indica. Unos datos que, afirma, son consultados por muchos meteorólogos y aficionados, pero también en muchas ocasiones por las compañías aseguradoras.

Un apagón que mantiene “en vilo” a los vecinos de las faldas del Castillo
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El presidente de la asociación de vecinos Torre del Concejo, Francisco Castro, denuncia que toda la zona de las faldas del castillo permaneció “a oscuras” en la madrugada del viernes a causa de la constante lluvia y del “mal estado” de los dos transformadores del barrio, el de las Faldas del Castillo y el de Juanito el Practicante. “De hecho, nos han cortado la luz de las casas”, asegura Castro sobre un problema, el de las viviendas particulares, que no duró toda la noche. “Eso solo fue un momento, el resto del tiempo sí hemos tenido luz en las casas”, afirma, a la vez que pone de relieve que el alumbrado público “sí estuvo toda la noche sin arrojar una gota de luz”. Todo esto, según el responsable de la asociación de vecinos Torre del Concejo, viene del estado en el que se encuentran los dos transformadores del barrio, un problema que no es viejo, pero para el que ya se intentó poner una solución. “Arreglaron el de las Faldas del Castillo, se le hizo una reforma después de que se le cayera el techo. Eso supuso una mejora, pero todavía tiene fallos”, declara Castro. Este problema colea desde hace ya algún tiempo, y es que residentes del barrio de San Juan no saben qué hacer con el transformador que hay en la calle Juanito el Practicante. Las molestias son dobles, los apagones —como el de la madrugada del viernes— y los ruidos. El tema acústico afecta a quienes ven, a diario, el cableado en las fachadas de sus viviendas, ya que los tubos de alta tensión pasan por ahí y son los que suministran de electricidad a otras zonas cercanas.