Los conductores jiennenses, a la cola en uso de “app” para aparcar
Solo unas dos mil personas utilizan la aplicación para móvil en la provincia
Las ciudades tienen en su capacidad de aparcamiento para vehículos uno de sus problemas cotidianos más relevantes, si se atiende a las quejas de los conductores, que en algunos casos pierden más tiempo en encontrar estacionamiento que en desplazarse al lugar de destino. Jaén no es una excepción, y recién comenzada la Feria de San Lucas el problema se agrava con la llegada de personas procedentes de todos los puntos de la provincia e, incluso, de fuera del mar de olivos. Grandes urbes españolas como Madrid, Barcelona, Sevilla y otras sufren también la escasez de espacios para dejar el coche; sin embargo, encabezan un novedoso ranquin en cuanto al uso de aplicaciones informáticas para móvil con vistas a solucionar tan fastidiosa situación.
Varias firmas nacionales han desarrollado “app” destinadas para facilitar a los conductores el hallazgo del tan ansiado aparcamiento, y su uso ha calado entre ellos, en mayor o menor medida. Tanto es así que comunidades autónomas como la madrileña o la catalana cuentan por centenares de miles los “abonados” a este tipo de aplicaciones. Tras ellas, Andalucía ocupa el tercer puesto en la tabla regional de “descargas”, con una cifra que ronda los cien mil usuarios del conocido como “crowdparking”.
Se trata de una suerte de cooperación colectiva entre conductores que se avisan de forma recíproca cuando un espacio queda libre para ser usado por otro para estacionar, de forma que se evita el penoso “viacrucis” hasta encontrar un sitio apropiado.
En el ámbito jiennense, hasta la fecha, la cantidad de personas que utilizan la aplicación para móvil no es muy abultada, precisamente. De hecho, el mar de olivos está situado en el último lugar de las provincias andaluzas en este sentido, con “solamente” alrededor de dos mil usuarios, si bien la tendencia manifiesta que, poco a poco, desarrollos como los de la empresa Wazypark —pionera en el ámbito español en desarrollar la aplicación con carácter mundial, calan entre los conductores.
El sistema, además de un mapa de espacios libres para aparcar, presenta otras opciones de interés para quienes van al volante, entre ellas comparadores de precios de las gasolinas en las estaciones de servicio, de párquines públicos, de seguros de vehículos, así como de asistencia y asesoramiento jurídico, compraventa de automóviles y otras.
Una vez decidido a utilizar la “app”, el usuario en cuestión ha de comenzar por activarla en su teléfono móvil y registrar la matrícula de su coche, para que el GPS pueda localizar el vehículo. Un mapa de huecos, entonces, informa al conductor del tiempo estimado en el que existe la posibilidad de que quede libre un hueco para aparcar, así como su ubicación concreta en la ciudad.
Quienes ya utilizan este innovador servicio lo califican como práctico y útil, aunque no faltan quienes se resisten a sustituir el ojo avizor por una aplicación informática, sobre todo en lugares como Jaén, cuya capital —pese a la congestión de tráfico que, en muchas ocasiones, denuncian los conductores— todavía guarda la sorpresa de algunos espacios sin ocupar. Eso sí, los días “normales”, porque en plenas fiestas es toda una odisea.
La creciente demanda de “app” por parte de los conductores, destinadas para ayudar a aparcar sin que ello suponga dedicarle a encontrar un hueco libre demasiado tiempo, se evidencia en el número de empresas que, de manera paulatina, han surgido en el panorama de las aplicaciones de este tipo. Un paseo por la plataforma “play store”, a través del teléfono móvil, da buena cuenta de ello. La primera de estas firmas fundada en España es Wazypark, que puede presumir de contar con alrededor de un millón de usuarios en todo el país. A ella le han seguido otras que, en mayor o menor medida, acaparan la atención de los conductores. e-park, por su parte, trabaja en colaboración con el sistema de parquímetros instalados en las calles de algunas ciudades —Jaén aún no figura entre ellas—, lo que permite, incluso, pagar el tique a través del celular. Parkopedia ofrece como particularidad la información que sus propios usuarios se cruzan entre sí respecto a zonas de aparcamiento y párquines públicos y privados. Parquo, además, gestiona plazas de aparcamiento privadas para que otros conductores las alquilen mientras sus propietarios no las usan, mientras que we SmarkPark permite que sea el dispositivo GPS el que guía a la persona que está al volante del vehículo hasta el aparcamiento libre localizado; para optimizar su prestación, el vehículo en cuestión porta una “pegatina inteligente” en el parabrisas que es detectada por una serie de sensores que, a su vez, serán los que autoricen el acceso al parquin. Peer to Park es otra de las firmas dedicadas a estos menesteres, y todas conviven con aplicaciones pensadas no solo para encontrar espacios donde dejar el coche en la ciudad, sino también con el objetivo de recomendar a los usuarios de los vehículos los párquines públicos o privados que ofrecen el mejor precio, por ejemplo. Todas estas opciones en “play store” registran las opiniones que las personas que recurren a ellas vierten sobre el servicio ofrecido, sus condiciones y eficacia, así como comentarios que pueden resultar útiles a otros demandantes.
Ángel Manuel Almagro es un jiennense de cuarenta y seis años que, cansado de dar vueltas con el coche en busca de aparcamiento, decidió, recientemente, “visitar” la plataforma de aplicaciones de su teléfono móvil para “descargar” una “app”, Wazypark, de la que había oído hablar. Se puso manos a la obra y optó no solo por esta aplicación, sino también por otras de la cada vez más amplia oferta disponible en el celular. Sin embargo, una vez testadas varias de ellas, fue, definitivamente, Wazypark la que le pareció más útil y práctica, con lo que asegura haber confirmado sus buenos presagios una vez puesta en uso la aplicación.
Almagro, precisamente, desarrolla su vida laboral en un puesto relacionado con el aparcamiento de automóviles, en la empresa Estacionamientos y Servicios S. A., donde ejerce como jefe de equipo; concretamente, su labor consiste en la supervisión del trabajo de los controladores de los que la firma dispone en estos puntos de la ciudad.
Por sus continuos desplazamientos en coche, tanto particular como de empresa, conoce a la perfección los problemas que aparcar genera entre los conductores en la ciudad jiennense. Una vez “en manos” de Wazypark, Almagro López expresa su satisfacción. “Noto que voy a tiro hecho, porque te avisa de que, en cuatro o cinco minutos, un hueco se quedará libre”, asegura, y añade, igualmente: “Cuando me voy, también yo alerto a los conductores de que el sitio donde estaba aparcado mi coche está disponible para ellos”.
Acostumbrado a utilizar tanto el teléfono móvil como las posibilidades tecnológicas que este le ofrece, Ángel Manuel Almagro opina que este tipo de aplicaciones le resultan de lo más útiles y prácticas, pese a que la capital de la provincia no presenta las características de una gran urbe en cuanto a tamaño. “Conforme está Jaén hoy en día, cada vez con más coches circulando en sus calles, resulta de gran ayuda”, apostilla. Sabe bien lo que dice. Y es que, como concluye, en algunas ocasiones, mientras desarrolla su trabajo, aparcar le supone perder una hora o hasta hora y cuarto dando vueltas por la ciudad hasta encontrar un sitio en el que dejar el coche. Por todo ello, Ángel Manuel Almagro no duda en recomendar cualquiera de estos programas para dispositivos móviles a los usuarios de automóviles, en los que, dice, pueden encontrar también información sobre gasolineras, seguros y otros asuntos de interés para los conductores.
Juan Manuel Martínez García tiene cincuenta y un años de edad y es de Jaén. Utiliza habitualmente el coche, tanto el turismo como el de trabajo, por las calles de la capital jiennense. Martínez se dedica a la carpintería metálica, una tarea que requiere constantes desplazamientos dentro y fuera de los límites locales, por lo que conoce muy bien las dificultades que presenta un lugar como Jaén para aparcar, incluso aunque se disponga de zonas oficiales específicas para automóviles profesionales en diferentes vías urbanas. “Lo malo es que no se respetan los puntos de carga y descarga, y así resulta muy complicado estacionar”, expresa.
Al hilo de esta afirmación y pese a la posibilidad de utilizar una aplicación para móviles destinada para ayudar a los conductores a estacionar sin que les ocupe demasiado tiempo, el jiennense se muestra contrario a su uso. “La verdad es que no la probaría, no la veo útil”, dice, tajantemente, Martínez. Justifica su rechazo con diferentes razones, entre ellas no tener demasiado apego a las nuevas tecnologías. “Temo perder más rato buscando y manejando el teléfono que en encontrar un hueco donde dejar el coche, como se ha hecho siempre”, añade. No obstante, sí reconoce haber escuchado hablar de la “app” en cuestión aunque, eso sí, para su uso exclusivamente en grandes urbes, como pueden ser Madrid, Barcelona, Sevilla y lugares de similares características. Juan Manuel Martínez García, que vive en el barrio de la Alcantarilla, al sur de la capital, hace hincapié en lo complejo que resulta estacionar correctamente y con garantías, especialmente durante la celebración de las fiestas locales. Por ejemplo, la Feria de San Lucas, de la que, estos días, disfruta la capital del Santo Reino. Tanto es así, que asegura evitar coger el vehículo, en la medida de lo posible, únicamente por no tener que pasar el mal trago de dedicarle más de lo necesario a dar con un espacio en el que aparcar.
“Ir a cualquier hospital, por ejemplo, supone una verdadera pesadilla, no se ve un sitio libre por ninguna parte y hay que estar dando vueltas hasta que queda uno”.
Definitivamente, ni el teléfono móvil ni sus posibilidades parecen aportar a este trabajador de Jaén las ventajas que, a través de los comentarios vertidos en la sección destinada para ello en cada una de las aplicaciones disponibles, ponen de manifiesto quienes sí encuentran en las “app” a un “ayudante” de primer nivel a la hora de ahorrarles tiempo y malos ratos al volante.