Las casas rurales, en alza

Las estancias medias son más largas y hay lugares con el verano ya cubierto

07 jun 2020 / 10:59 H.

Una modalidad de turismo que ha recobrado fuerza este verano han sido las casas rurales. Debido al temor generalizado en la sociedad a causa de la pandemia, la sociedad está apostando este verano por desplazamientos cortos, dentro de una misma provincia, aunque las estancias puede que sean similares a las de cualquier periodo vacacional previo a la eclosión de la covid-19.

Es lo que están detectando las empresas y arrendadores de este tipo de apartamentos, que después de alrededor de tres meses cerrados, tienen ahora una oportunidad para, al menos, recuperar en la mayor medida posible las pérdidas que han podido sufrir durante el invierno, puentes y, sobre todo, la primavera con periodos clave como son la Semana Santa o el puente del 1 de mayo.

Hay quien ve con optimismo esta apertura de la movilidad, pero otros prefieren mantener la prudencia. “Con respecto a la costa, la demanda de turismo de interior ha aumentado, pero sigue siendo inferior a la del año pasado; no nos vamos a hinchar, sino que dentro del desastre, estamos más fortalecidos que la costa aunque muy por debajo de las reservas del año pasado”, asegura José Ayala, presidente de la Asociación de Alojamientos de la Provincia de Jaén, quien ya apunta que la ocupación caerá hasta un 30% en el periodo comprendido entre el 15 de julio y el 31 de agosto.

VERANO ESTRESANTE. Durante estas últimas semanas, a medida que se conocían los requisitos de desplazamiento en las fases de la desescalada, los teléfonos de la empresas no han parado de sonar. Es el caso de Cazorvillas, que regenta casas en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. “Hay una demanda exagerada, perdimos mucho tiempo, pero ahora hay un estrés elevado; el verano se ha llenado y tendremos una afluencia grande, pero lo perdido ya no se puede recuperar”, destaca Francisco Carlos Martínez, gerente de Cazorvillas y Cazorvillas Náutica, una empresas de alquiler de barcos. Martínez reconoce que también le ha ayudado el hecho de que cerca del 90% de su clientela haya aceptado un cambio de fecha en su reserva. Misma situación ocurre en Sierra Mágina. “Todos los veranos solemos llenar, pero la diferencia es que este año se ha cerrado para principios de junio y además, la estancia media es de una semana”, apunta Rocío Fernández, encargada de gestión de reservas de Balcón de Mágina. Otra zona con oferta de turismo rural es la Sierra de Segura. Así, Amparo Olivares, gerente de Cortijo de Ramón, no oculta sus buenas sensaciones de cara a este verano: “Las estancias que se están reservando son más largas y prácticamente tengo turismo nacional, apenas he tenido turismo extranjero”. Olivares también apunta que las llamadas que recibe son para preguntar por los protocolos: “Hay 110 metros cuadrados de piscina; un cliente estará como mínimo a cinco metros del otro”.