La primera comunión, literalmente
Las celebraciones aplazadas a septiembre se adelantan por un posible rebrote


Afinales de marzo, el obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez, recomendó a los párrocos de la provincia aplazar todas las comuniones y confirmaciones. Y, aunque no precisó ninguna fecha en particular para que se retomaran, sí apuntó que “en el mejor de los casos no se podrán celebrar antes del otoño”. Sin embargo, parece que la buena evolución y respuesta que ha tenido Andalucía ante la crisis sanitaria de la covid-19 ha hecho que llegase antes de lo previsto “el mejor de los casos”. De hecho, algunas comuniones y bodas ya han empezado a celebrase en la provincia jiennense.
Una de estas celebraciones se llevó a cabo en la iglesia de San Pedro Pascual, donde recibieron este santo sacramento Aitor Cruz García y Hernán Curpián García, dos primos que, tras la ceremonia, jugaron un poco con sus familiares en el parque del Seminario. Allí estaban también, como no, sus padres y madres. María García, madre de Aitor, cuenta que fueron los primeros de su grupo en hacer la comunión. La premura de esto vino dada por el miedo de que, en septiembre —mes en el que tenían previsto que hiciera la comunión su hijo—, pudiera aparecer un rebrote del coronavirus y tuvieran que aplazar, de nuevo, esta celebración. Además, con la rapidez a la que crecen los niños de la edad de estos dos chiquillos con total seguridad ya no le quedarían bien sus trajes. Algo que no hizo más que sumar otro motivo a hacer la comunión más pronto que tarde. Eso sí, incluso con tantos cambios en las fechas, María García asegura que tanto su hijo como su sobrino se lo pasaron muy bien. Algo en lo que, por supuesto, coincidió su hermana, María José García, quien dijo: “Ha sido un poco raro, pero a la vez también especial y muy emotivo”.
El banquete, que celebraron de forma conjunta, se hizo en un restaurante en el que, tal y como aseguraron, era lo suficientemente grande como par acoger al resto de familiares y dejar espacio suficiente para mantener las medidas de seguridad propias de esta nueva realidad que marca el día a día de la sociedad.
En esta línea, cabe recalcar que, según detallaron estas dos hermanas, fueron ellas las que pidieron que se celebrase la comunión de los pequeños antes y que, por suerte, les permitieron que esta fuera conjunta entre los dos niños, ya que solo permiten oficiar este sacramento a solo un niño en cada ocasión. Algo que está, obviamente, motivado por mantener la garantía de seguridad sanitaria de todos los feligreses, familiares y de los propios sacerdotes.
Mientras tanto, en la otra punta de la capital, se celebraba también la comunión de José Manuel García, que también festejaba en un restaurante y que disfrutaba de un día de diversión en familia (y con sus amigos y hermanita, sobre todo). “Me lo estoy pasando muy bien y estoy muy ilusionado”, confesó con una sonrisa este jovencito. Dijo que, en su caso, fue el segundo de su grupo en recibir el sacramento y, sobre estos pasados días de confinamiento, declaró que estuvo bastante entretenido, pues tenía una hermana con la que jugar y algunas tareas del cole con las que aprender.