La edad y el nivel cultural, dos determinantes de adaptabilidad

Las aplicaciones que más suelen usar son las llamadas, Whatsapp o Google

17 sep 2018 / 12:02 H.

La edad, el nivel cultural y las patologías que puedan presentar las personas mayores son las tres variables más determinantes para que estas se adapten con facilidad a las nuevas tecnologías. Así lo expone Alfonso Rojas, especialista en Geriatría y Gerontología del Complejo Hospitalario de Jaén, quien detalla que, en su mayoría, los ancianos suelen usar los dispositivos digitales y aplicaciones para dos cosas fundamentalmente: comunicarse con los suyos y mantenerse informados.

Aunque la relación entre las nuevas tecnologías y las personas mayores aún no ha sido objeto de un estudio en profundidad, el experto jiennense afirma que la adaptación de unos a otros depende, en gran medida, de la edad, “porque no es lo mismo una personas de 70 años, que una de 90, ya que el paso del tiempo limita y afecta a las capacidades”. Sobre esto, detalla que hay que tener en cuenta el deterioro cognitivo que se produce con el paso de los años, así como las pérdidas funcionales que aparecen con la edad. “Todo esto incide, principalmente, en la capacidad de aprender. Es decir, las personas mayores, cuando llegan a cierta edad, mantienen lo que ya conocen. Saben utilizar el móvil y el ordenador. Pero lo tienen muy difícil a la hora de aprender nuevas aplicaciones y tecnologías”, asegura Rojas. Asimismo, otra de las variables que más afecta al aprendizaje de los mayores es el nivel cultural de la persona. “No es lo mismo para una persona que haya trabajado en la Universidad y que esté acostumbrada a manejar el ordenador o las aplicaciones de móviles de última generación, que para aquellas que se llevaron trabajando en el campo toda su vida y que sus principales herramientas fueron las de labranza. De hecho, esto es determinante”, recalca el especialista en Geriatría.

Para este grupo de edad, sobre todo para aquellos que sufren de movilidad reducida, las nuevas tecnologías pueden abrir una “ventana enorme” a su comunicación, a la interrelación personal y la información. Así, Alfonso Rojas insiste en que, mientras que en otros grupos de edad las nuevas tecnologías son, principalmente, un mecanismo de trabajo, en las personas mayores se convierte en un mecanismo de relación y de información. Respecto a este asunto, explica que, a través de las nuevas tecnologías, “pueden tener acceso a todos los medios de comunicación, tanto televisiones como prensa. Además, ya no tiene que desplazarse para estar en contacto con sus amigos o familiares, porque a través de las aplicaciones pueden mantener una relación muy vital y fluida”, y bromea: “De hecho, es normal que los que somos más jóvenes nos quejemos de que los jubilados están todo el día mandando cosas por Whatsapp”. El especialista en Geriatría y Gerontología afirma que los mayores se “agarran” a las nuevas tecnologías “como un clavo ardiendo” para estar en permanente comunicación con sus allegados, amigos, profesionales, familiares... Además, con las apps también les permiten llevar un mayor control de sus cuentas bancarias sin necesidad de acudir a la oficina de la entidad. Las nuevas tecnologías “se convierten en un elemento que redobla la importancia en las personas mayores. Porque pueden seguir utilizándolo como medio de trabajo, pero son fundamentales en la comunicación y en la información”. Rojas señala que, con respecto a los dispositivos móviles, el mayor uso se lo dan a las llamadas, Whatsapp, Google y al correo electrónico. Sin embargo, detalla: “Hay otras múltiples aplicaciones dentro de lo que es el campo de las nuevas tecnologías que a ellos no les sirve, no usan o que, simplemente, exigen un nivel de cualificación y destreza que no tienen. Por lo tanto, manejan las tecnologías que no son necesariamente muy sofisticadas ni que tengan muchas aplicaciones, ya que ellos solo necesitan lo básico”

Otro de los usos que Alfonso Rojas apunta como “muy importante” es el que se da en los centros de día o de personas mayores, donde se estimula a los usuarios neurológicamente las capacidades psíquicas. En ellos sostiene que “nunca faltan ya los ordenadores y las nuevas tecnologías, ya que son un medio para enseñar a las personas mayores. Cualquier centro de día y residencia que se precie debe tener en cuenta las nuevas tecnologías”.