Italia proyecta el aceite como un “gancho” de consumo

Hipermercados y supermercados en España reducen este reclamo debido a la elevada cotización en origen

16 oct 2017 / 10:39 H.

Italia mantiene el aceite de oliva como un importante gancho comercial. Hace unos días acabó otra gran campaña de ofertas en las que el zumo de la aceituna era el producto estrella. Se vendía a 5,59 euros y, además, en la publicidad se insistía en que se trataba de un producto que pertenecía a la cosecha italiana. Mientras tanto, las ofertas de la gran distribución española han pasado de ser un serio problema para los agricultores jiennenses a una simple anécdota. Los altos precios que se registran en las cooperativas y en las almazaras de la provincia hacen que los vendedores se vieran obligados a desterrar la práctica del “gancho” comercial o, al menos, utilizarla mucho menos. De esta manera, el pan y la leche sí que continúan como un género en constante oferta en los lineales, a diferencia de lo que ocurre con el aceite de oliva, que solo aparece en promociones contadas y, a la vez, a una cotización que no es tan atractiva para los consumidores españoles, a diferencia de lo que ocurría hace unos años.

Sin embargo, la situación de Italia es diferente. El aceite de oliva se asocia a un producto de calidad y, además, los precios en los lineales de este país no tienen tantas subidas y bajadas como en España. Por eso, los 5,59 euros por litro se puede considerar hasta una cotización interesante para un consumidor que decida acudir al establecimiento comercial. Una vez más, los precios internacionales del producto han hecho que la presión de las ofertas para captar clientes no empujen hacia abajo los valores en las cooperativas y almazaras de la provincia, lo que tiene un impacto claro en la renta de los productores. No obstante, esto también cuenta con un aspecto negativo, que radica en el consumo interno del producto. Los altos precios en los lineales de los supermercados españoles han retraído las compras entre un público bastante “mal acostumbrado” a las constantes ofertas en el aceite de oliva. Por eso, algunos españoles han optado por alargar un poco más la vida del zumo de la aceituna en las freidoras, mientras que otros, directamente, se han cambiado a otras grasas para los fritos, como el girasol. De hecho, los últimos registros dejan claro que el consumo de los aceites de semillas se han incrementado, por lo que el oro líquido ha quedado para consumidores convencidos de su calidad y para aderezar crudos o platos especiales.

Italianos y griegos venden el “oro líquido” todavía más caro

Los agricultores jiennenses están contentos con la cotización del zumo de la aceituna. De hecho, existe una llamada de las organizaciones agrarias, como lo hizo hace unos días Asaja, para que se animen a reestructurar ahora sus fincas con labores encaminadas a incrementar la competitividad, algo que pasa por elevar la mecanización para reducir costes. No hay que olvidar que se trata de una iniciativa que se prepara para cuando el precio del aceite de oliva no sea tan ventajoso para los productores, ya que tiene muy claro que ese tiempo también llegará. Mientras que en España, el virgen extra se ha movido alrededor de los 3,90 euros durante el pasado mes, en Grecia lo ha hecho a 4,5 —además con tendencia ascendente— y en Italia a 5,5. De ahí que, cuando se publicita el producto a 5,59, los consumidores italianos consideran que se trata de una buena oportunidad. En cambio, los lampantes sí que registran unos parámetros mucho más bajos en Italia y en Grecia.

Mientras que los lampantes salen de las cooperativas y de las almazaras jiennenses a alrededor de 3,64, en Grecia se comercializan a 3,34 y en Italia a 3,12. No obstante, los operadores del mercado saben que el problema radica en que no existen aceites de oliva lampantes. Por eso, las fábricas de la provincia jiennense pueden defenderlos a una buena cotización. Además, durante la campaña de venta, se han visto casos en los que algunos caldos vírgenes se han tenido que refinar porque los compradores buscaban lampantes. Por ello, para no perder la operación comercial, se ha tenido que optar por esta fórmula. De todos modos, los márgenes comerciales sí que lo permitían.