Honor, deber y patria por la Guardia Civil

La Comandancia celebra el día de su patrona con un vistoso y solemne acto lleno de homenajes y reconocimientos al mérito

13 oct 2018 / 11:27 H.

Jaén vuelve a demostrar el profundo cariño que profesa a un cuerpo sinónimo de confianza, eficiencia y compromiso con la sociedad. Los aplausos y los vivas que los jiennenses brindaron a la Guardia Civil resonaron con fuerza en el inigualable espacio de la Plaza de Santa María. Los uniformes verdes lucieron delante de la Catedral en el acto castrense en honor a la Virgen del Pilar, la patrona del Instituto Armado. Una ceremonia en la que los agentes reivindicaron con orgullo su pertenencia al benemérito cuerpo y su escala de valores resumida en el llamado “espíritu de Ahumada”. Como recordó el jefe de la Comandancia de Jaén, la “cartilla” del guardia civil tiene hoy “plena vigencia”. “Tenemos que seguir enamorados de su contenido, con la seguridad de que en ella está el cimiento más firme de nuestra profesión, de lo que queríamos ser cuando elegimos”, dijo. El acto tuvo sabor a despedida para Luis Ortega Carmona. Con el ascenso a la vuelta de la esquina, el todavía teniente coronel quiso hacer hincapié en la importancia de mantener el honor como “la principal divisa” del Cuerpo: “Nos regimos por nuestra fuerza moral. Se pide fidelidad en el deber, serenidad ante el peligro, dignidad y prudencia en el desempeño de nuestras misiones, y firmeza sin violencia”.

En este punto, el máximo responsable de la Comandancia felicitó el comportamiento ejemplar de los 1.318 guardias civiles que tiene bajo su mando: “Sois lo más preciado de la institución y, en consecuencia, el pilar fundamental de la seguridad pública en esta provincia. Aún desconociendo dónde yo podré estar en un futuro no muy lejano, tendréis siempre el afecto más profundo de mi corazón”, señaló.

El jefe de la Comandancia hizo de anfitrión en un acto que estuvo presidido por la subdelegada del Gobierno en Jaén, Catalina Madueño. Para ella, era su primera festividad de la Virgen del Pilar. “Sois hombres y mujeres valientes y con valores, os lo digo como representante del Gobierno en Jaén y como ciudadana”. Madueño recordó también la función del cuerpo en la seguridad de la provincia, haciendo hincapié en la creciente lucha contra la violencia de género y el ciberdelito, además de la protección de los menores. Se refirió también a las mujeres que hace treinta años decidieron cambiar una institución que en su día era netamente masculina y apostó por una mayor presencia femenina en la institución. La subdelegada explicó que La imagen de la Guardia Civil es la cercanía: “Sois el cariño de lo conocido, sois auxilio”, dijo. No le falta razón a Catalina Madueño, porque así lo atestiguan las estadísticas. La Guardia Civil de Jaén realizó el año pasado 7.764 rescates y servicios humanitarios, lo que supone una media de una cada hora. No es el único dato para presumir. Y es que los agentes jiennenses realizaron más de 135.000 actuaciones de seguridad ciudadana y mantienen la delincuencia por debajo del 1,37 por ciento.

Frente a las autoridades civiles y militares de la sociedad jiennense estaban ellos, los verdaderos artífices de esos resultados. Oficiales y guardias civiles que recibieron el agradecimiento de toda la ciudadanía a la que sirven con abnegación. Más de 50 agentes recibieron una condecoración para reconocer su profesión. Entre ellos estaban los componentes del Seprona, que han culminado varias operaciones para la protección del medio ambiente y del rico patrimonio arqueológico de la provincia; y también los miembros de la Agrupación de Tráfico, que lucharon a brazo partido para rescatar a los pasajeros que quedaron atrapados en el interior de un autobús que colisionó el pasado mes de junio contra un camión en Bailén. Ellos representan como nadie el dicho de que la Guardia Civil es “pronóstico feliz para el afligido”.

Tras los discursos, llegó la hora de la emoción. Primero, con el tradicional homenaje a los caídos, a aquellos guardias que “no supieron vivir de otra manera” y que se dejaron la vida en acto de servicio. Después, llegó el desfile de las diferentes unidades. El broche de oro se puso con los himnos de la propia Guardia Civil y de España. El acto se cerró con la bajada de la bandera nacional, que presidió la Plaza de Santa María durante toda la celebración castrense.

Más información en las páginas sobre la festividad en las páginas 14 y 15.