En lugar de un carrito, mascarilla

El Mercado de Peñamefécit se llena a un día de aprobar el estado de alarma

15 mar 2020 / 11:49 H.

Qué mala está la vida”, le dijo una señora a un tendero mientras llevaba, en una mano, un carrito de la compra (presumiblemente lleno) y, en la otra, a su nieta. No era difícil adivinar a qué se refería en ese momento. Tampoco dio tiempo a pensar mucho, pues el tendero no tardó en decir la “palabra mágica” de la semana: coronavirus. Sin embargo, lo importante de esto no era realmente la conversación, sino, más bien, que tan solo un día después de que se decretara el estado de alarma en España por la pandemia del Covid-19, las tiendas, comercios y el propio Mercado de Peñamefécit se llenaron de personas que, visto lo visto, poco temían a un posible contagio o a aumentar las posibilidades de transmisión de la enfermedad a otras personas.

Es cierto que, cuando no hay comida o productos de primera necesidad en casa, hay que salir “de compras”. Pero tal fue la casualidad que cientos de personas se quedaron, ayer, sin recursos en sus hogares. Una pequeña frutería en la Avenida de Andalucía tenía una cola de cerca de diez personas en el interior. Cerca de esta, una tiendecita tenía en la entrada un cartel que decía “Por precaución, máximo tres personas”, y en otra en el Pilar del Arrabalejo se aglomeraron en la puerta unas cinco personan atendiendo a la recomendación de no abarrotar los negocios (eso sí, estaban todas juntas, para el caso...). Las puertas de los supermercados no paraba de abrirse y cerrarse al paso de decenas de clientes e, incluso, había ajetreo en la parroquia de San Félix de Valois. Y, en el Mercado de Peñamefécit, nada más traspasar las puertas, parecía que no había pandemia. De hecho, si no fuera porque varias mujeres llevaban puesta una mascarilla, poco se habría imaginado nadie de que España está en estado de alarma por el coronavirus. Ciertamente, esto es algo bueno para los comerciantes del mercado, económicamente hablando. Sin embargo, hacía parecer que las recomendaciones, tantas veces repetidas, de quedarse en casa para evitar ayudar a la expansión del virus no calaron en la población jiennense.

De hecho, cabe resaltar que la gran parte de las personas fueron ayer al Mercado de Peñamefécit eran mayores, personas que, realmente, están en una situación de riesgo más alta. Es cierto que se dan casos en los que hay personas mayores que disponen de nadie que les pueda ayudar con la compra de alimentos, fármacos y otros productos. No obstante, cabe recordar que existen servicios a domicilios por parte de algunos supermercados y que Cruz Roja ha habilitado una serie de ayudas para las personas mayores entre las que se encuentra la distribución de comida, kits de higiene y medicamentos en los hogares que lo necesiten.

La verdad es que el mensaje de quedarse en casa no pareció tomarse enserio en la capital hasta que llegó la noche. Fue entonces cuando zonas del centro, como la calle Bernabé Soriano, estaban completamente vacías a las diez de la noche de un sábado. El tráfico de vehículos en las grandes avenidas también se vio reducido y la capital tomó un aire más calmado que el que se podía respirar por la mañana. Hoy, como la inmensa mayoría de comercios no abre, se espera que las aglomeraciones que se causaron en los diferentes negocios y tiendas no se produzca y, a ser posible, que el hashtag #YoMeQuedoEnCasa pase de Twitter a la realidad.