Elías Bendodo: “La provincia es una prioridad para el gobierno autonómico”

Forma parte del equipo que consiguió dar un giro de ciento ochenta grados en el devenir político de la Junta de Andalucía. Se siente un privilegiado por ser uno de los protagonistas del cambio en una tierra gobernada por el Partido Socialista cerca de cuatro décadas. Elías Bendodo Benasayag (Málaga, 1974) afronta una situación inédita con fuerza, optimismo, esperanza y confianza en los andaluces. Sitúa a Jaén en el epicentro de todo lo bueno que queda por llegar.

—Difícil la etapa que nos ha tocado vivir. ¿Cómo vive la pandemia del coronavirus?

—Como el resto de andaluces, una situación inédita, inesperada, muy preocupante y, ahora, con un poco más de optimismo, porque los datos son mucho mejores que hace dos meses, por lo que esperamos que esta luz al final del túnel sea la salida definitiva.

—Se acabó el estado de alarma y ahora la Junta de Andalucía retoma el control de la crisis. ¿Cómo la afrontan?

—Con prudencia y con mucha responsabilidad. El estado de alarma se ha eliminado, pero no la crisis sanitaria. El virus muere con las personas. Cuando estábamos confinados, la movilidad del virus era menor. Si, ahora, de alguna manera, se abren las fronteras y la movilidad, la covid-19, que sigue entre nosotros, se va a mover también, por lo que no hay que bajar la guardia, hay que continuar las recomendaciones sanitarias de higiene de manos, de uso de mascarilla y, evidentemente, la distancia social.

—¿Cómo vivió aquellos primeros días de confinamiento?

—Mi confinamiento fue activo para responder a la crisis y, sobre todo, anticiparnos, que ha sido clave para que Andalucía haya evolucionado mejor.

—¿Cuál es su evaluación del comportamiento de los andaluces en líneas generales?

—Ha preguntado mucha gente por qué en Andalucía la pandemia ha evolucionado mejor y el virus ha hecho menos daño. Hay varias claves. La primera de ellas yo me atrevería a decir que es la responsabilidad de los andaluces, que han entendido la peligrosidad, se han confinado, han acatado las normas de las autoridades sanitarias a rajatabla y eso ha hecho que la pandemia evolucione mejor. A eso le unimos una alta cualificación entre nuestros profesionales sanitarios, que tenían la información, la formación, los medios... Y, en tercer lugar, un Gobierno, en este caso la Junta de Andalucía, que ha tenido la capacidad de anticiparse. No hemos dado ni un metro al virus, lo que ha hecho que planteáramos los planes 9.000 y 15.000 con bastante margen, que fabricáramos un hospital en una semana en la provincia de Málaga... Es decir, la responsabilidad de los andaluces, la profesionalidad del sistema sanitario y el grado de anticipación del Gobierno de Andalucía han hecho que la pandemia evolucione menos mal que en otras comunidades autónomas, aunque sí hay que lamentar más de 1.400 andaluces fallecidos.

—Dice usted que los profesionales tenían los medios. ¿De verdad que lo considera así?

—Es una pandemia que eclosiona de golpe y, en este sentido, ningún sistema sanitario estaba sobreaviso. Yo puedo decir que, al principio de la crisis, no hubo carencia de medios, pero sí escasez. El Servicio Andaluz de Salud ha invertido 120 millones de euros en aprovisionarnos de material sanitario para los próximos seis meses, a partir de octubre, en el caso de que haya un rebrote. Más del 90% está comprado en empresas andaluzas. Aquí no llegan aviones de China, no, no... Compramos el material en esta tierra, una de las principales empresas proveedoras está, precisamente, en Alcalá la Real.

—¿Cree usted que la sanidad pública andaluza estaba preparada para afrontar una crisis sanitaria de este calibre?

—Sí, el sistema andaluz es fuerte, no se ha producido en ningún hospital el desbordamiento que hemos podido ver en otras comunidades autónomas, aquí hemos aguantado mejor, insisto, por ese nivel y grado de anticipación, por lo que ha estado funcionando a pleno rendimiento sin llegar a colapsar ni las UVI ni las plantas de los hospital.

—¿Y están preparados para los rebrotes que se pronostican?

—Sí, y esperemos que no se produzcan, pero hemos activado un plan de seguimiento de rebrotes, con 8.000 enfermeros activos para hacer seguimiento, día a día, de la evolución, por lo que quiero lanzar un mensaje de tranquilidad a los andaluces. Ahora bien, ni la economía andaluza, ni la española ni la mundial estarían preparadas para un nuevo confinamiento. Sería letal para nuestro modelo productivo, por lo que es muy importante que asumamos esta nueva realidad con sentido de la responsabilidad.

—¿Qué es lo que su Gobierno nunca habría hecho en el caso de haber tenido el mando único en esta grave crisis?

—No tomar decisiones de espaldas a la ciudadanía y a las comunidades autónomas y consensuar y escuchar más, porque escuchando más se hubiera rectificado menos. ¿Qué hemos hecho en Andalucía? Hemos construido la nueva realidad con más de 400 medidas escuchando a todos los sectores, una vuelta a la normalidad que ha sido ampliamente aceptada, algo que es fundamental en todas las facetas de la vida.

—¿Por qué dice usted que el Gobierno central ha tenido un trato desigual con las regiones?

—Porque hay muchas evidencias de que en una crisis como esta, en la que debe primar el criterio sanitario, hubo criterios políticos.

—¿Por ejemplo?

—Cuando a ninguna comunidad autónoma se le permitía pasar a la Fase 1, la movilidad entre provincias se permitió en el País Vasco, con unos niveles de contagio mucho más altos que en Andalucía. Cuando a otras regiones se les aplicó el criterio sanitario para pasar de fase en la desescalada, en Andalucía decidieron dejar atrás a Málaga y Granada... Por lo tanto, el Gobierno no actuó correctamente porque no tuvo un trato igualitario, sino que prefirió contentar a sus actuales socios parlamentarios.

—El coronavirus ha supuesto una revolución en toda regla. ¿Cree que afectará a los proyectos que el nuevo Gobierno autonómico tenía previsto retomar en la provincia?

—No, lo que sí ha supuesto es una demora en todos los plazos, tres meses de parón que tendrán su traducción. Evidentemente, la prioridad absoluta es la sanidad, este Gobierno lleva gastados cerca de 2.000 millones de euros en la Estrategia Covid, pero los proyectos para Jaén siguen más activos que nunca. Ya hay un acuerdo con el Ayuntamiento de Jaén, después de nueve años de parálisis, para poner en funcionamiento el tranvía y yo espero que más bien pronto que tarde sea una realidad e, incluso, nos hemos comprometido a la reparación y mantenimiento de la infraestructura. Muy urgente para nosotros la Ciudad Sanitaria, que espero que en esta legislatura puedan comenzar las obras, y también la Ciudad de la Justicia, que lleva quince años de retraso. A estos tres proyectos importantes se suman otros más en diferentes municipios. Puedo decir alto y claro que para este Gobierno Jaén es una prioridad.

—¿Por qué Jaén?

—Porque este equipo de Gobierno, si tiene algo que hacer, es equilibrar los territorios y que un vecino de Jaén tenga las mismas oportunidades que uno de Sevilla. La Andalucía que construyeron los socialistas en los últimos cuarenta años fue de desigualdades y Jaén ha sido la gran olvidada, por lo que este Gobierno la sitúa como una prioridad. Lo vamos a demostrar. Gobernar es muy difícil, pero escuchando y aplicando el sentido común se pueden poner en marcha proyectos que llevan años parados. La fórmula de este Gobierno no es mágica, es sencilla: menos soberbia y más gestión. Aquí, cuando llegaba un alto cargo de la Junta de Andalucía, se ponían todos firmes, y se iba sin compromisos. Nosotros venimos a arremangarnos, porque sabemos que para eso nos votó la ciudadanía.

—Habla de tranvía, de Ciudad Sanitaria, de Ciudad de la Justicia... Hay un proyecto sobre la mesa, la conexión entre Jaén y Córdoba por autovía, cuya reivindicación lidera, además, un alcalde que está llamado a ser el líder de Ciudadanos en Andalucía. ¿Cómo resolverá la Junta esta papeleta?

—No descartamos ningún proyecto que sea interesante para la provincia de Jaén y, en este sentido, la conexión con Córdoba es importante, pero tenemos prioridades de arreglar carreteras. Ya la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, anunció las medidas planteadas para rehabilitar la A-306 y a la A-311, la solución más óptima que ahora mismo nos plantean, lo que supone una inversión de 58 millones de euros. No obstante, se ha encargado un estudio de viabilidad para un desdoblamiento que supondrán 720 millones de euros. Por lo tanto, no lo descartamos, pero será más a medio y largo plazo.

—¿Cómo está el Gobierno de coalición entre el PP y Cs?

—Goza de buena salud, pasa por sus mejores momentos, la sintonía es plena desde el punto de vista político y personal y hay un Gobierno estable que terminará la legislatura. Somos un equipo de coalición que es el espejo en el que se quieren mirar muchas comunidades autónomas, gracias también —todo hay que decirlo— al apoyo parlamentario de Vox.

—¿Era su sueño pertenecer al Gobierno del cambio o su mirada está más puesta en llegar a la Alcaldía de Málaga?

—He aprendido, en esto de la política, a no tener sueños. Quién nos iba a decir que, después de cuarenta años, íbamos a conseguir el cambio en Andalucía. Por lo tanto, yo ahora estoy muy ilusionado con este trabajo, porque estamos dando una imagen distinta, una Andalucía que cuenta con los andaluces, una tierra magnífica para vivir y visitar y queremos que sea una Andalucía para trabajar e invertir. Andalucía liderará el empleo en España, no lo descartamos... Hay que tener en cuenta que, en las últimas estadísticas, somos de los pocos que hemos creado trabajo en el mes de mayo. Por lo tanto, si salimos bien, Andalucía va a liderar la recuperación económica en nuestro país.

—¿Cuál es su mensaje de esperanza para los jiennenses?

—Que tienen un aliado en el Gobierno de Andalucía, que por fin hay un equipo que los mira cara a cara, que Jaén es referente en el mundo en aceite de oliva, que tiene que dar más alegrías en creación de empleo y riqueza y que estamos con Jaén.

—¿Qué reclama actualmente la Administración autonómica a la nacional?

—Que asuma su responsabilidad. La crisis sanitaria va remitiendo, pero hay que seguir tomando decisiones vinculadas a una situación que va a desembocar en una crisis económica y social. Hay que abordar cuestiones tan importantes para nuestra economía como es el turismo o la vuelta al colegio. Por un lado, para dar una imagen de país serio, no podemos diseñar diecisiete vueltas al “cole” distintas, sino que el Gobierno debe marcar unas normas básicas a partir de septiembre y, en otro orden de cosas, ha dejado abierto un tema fundamental para Andalucía, que supone el 12% de la economía, el turismo. España es el segundo país del mundo que más turistas recibe, por encima de 80 millones, el primero es Francia. Por lo tanto, para nuestro país y para Andalucía, que recibe 33 millones de turistas, el turismo es una industria estratégica. Francia se lo ha tomado en serio, ha activado un plan de rescate valorado en 18.000 millones de euros. España, un mes después, habla de un plan de incentivos turísticos que no superan los 3.000 millones, siete veces menos, cuando somos el segundo destino del mundo.

—¿Qué consecuencias económicas pronostica después de la grave crisis sanitaria?

—Nada volverá a ser como antes y el impacto en nuestra economía será importante, pero me atrevería a decir que las cosas irán mejor de lo que esperábamos. No es la crisis económica de 2008, que estuvo motivada por una crisis hipotecaria, de liquidez y financiera. Aquí tenemos el problema del parón de toda la maquinaria. Ahora se trata de ver con qué velocidad volvemos a arrancar el motor para recuperar la normalidad. Yo creo que las cosas van a ir mejor de lo que pensábamos. De entrada, las reservas no van mal, aunque comparadas con el año pasado sí. El turismo de interior jugará un papel muy importante con Jaén como protagonista.

—¿Cree que con el olivar la recuperación económica de Jaén será diferente a la del resto de las provincias andaluzas?

—Si ha habido un sector que ha tenido pujanza en esta crisis ha sido el agroalimentario. Como dato, más de 2.000 millones de euros han exportado las empresas andaluzas, entre las que se encuentran las relacionadas con el aceite. Por lo tanto, el turismo, el sector agroalimentario, la construcción y lo tecnológico son los cuatro motores que tienen que tirar del carro de la economía.

—Hay un regreso al mundo rural y al contacto con la naturaleza. ¿Considera que es una oportunidad para el turismo de interior?

—Las reservas son altísimas, va a ser el verano del turismo rural y, en este sentido, Jaén se verá muy beneficiada.

—¿Qué lectura tiene el Plan Aire para esta tierra?

—Queremos que llegue a crear 19.000 contratos. Lo que no queremos es que el empleo se hunda y, en este sentido, el Plan Aire es una oportunidad que ofrece la Consejería de Empleo a los ayuntamientos de Andalucía para crear puestos de trabajo.

—¿Qué pasará si los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) terminan en septiembre? ¿Cuál es su postura al respecto?

—Nosotros creemos que el Gobierno de España tiene que hacer un esfuerzo por prorrogar los ERTE hasta final de año, porque será una buena apuesta para que se conviertan en una reincorporación de los ciudadanos a sus puestos de trabajo. Sin embargo, si se abortan en septiembre, va a conseguir que los ERTE se conviertan en ERE y, en muchos casos, los ERE se conviertan en concursos de acreedores. Si la economía se recupera poco a poco, no se pueden cortar los expedientes en el último trimestre del año, que es donde hace falta el empuje del Gobierno.

—¿Por qué hay tantos españoles que todavía no han cobrado su prestación o la han cobrado con errores?

—Sí, es una pena, cerca de 200.000 españoles no han cobrado todavía. Nosotros, en Andalucía, tramitamos medio millón en tiempo récord. Para que la gente lo sepa, las empresas presentan el ERTE ante la autoridad laboral de la comunidad autónoma, que hace el expediente y lo manda al Ministerio, el SEPE, que ese el que paga la prestación. Nosotros hemos estado al día en la tramitación. Sí es cierto que movilizamos a todos los trabajadores públicos para agilizar, pero el que no ha estado a la altura ha sido el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social que, de alguna manera, ha ido mucho más lento. Es inaceptable que haya gente que se haya reincorporado a su puesto de trabajo y todavía no haya cobrado su prestación.