El traductor de sueños

    23 may 2020 / 10:32 H.

    Sentada sobre una ola

    Llegó una reina a la orilla

    Y al poner sus dulces
    pies sobre la arena

    Su vestido cayó

    Quedando desnuda

    Con el horizonte a su espalda

    La sal en sus labios

    No era del mar

    Cuando el sol ya la besaba

    Era la sal de haber llorado

    En las profundidades del mar

    El mundo creyó

    Que era una sirena

    Y era tan solo una mujer

    Que agotada y sin querer

    Decidió seguir viviendo

    Y soñar fuera del mar.

    Mientras que a mí de mi yo:

    Le gusta sentarse al sol

    e ir contando

    las hojas que mueve el aire

    le gusta quedarse en
    silencio y escuchar

    lo que de sencillo va oyendo

    Me gusta el calor
    de la luz en invierno y

    compartirlo calladito
    en mi alma

    Ver pasar a la gente viviendo

    sus propias historias

    Despedir a los pajarillos
    cuando se van e ir tras ellos como volando

    Acariciar al perro vagabundo

    cuando tímidamente

    se acerca a mi vera

    Vestir con mi presencia

    el banco vacío

    de una plaza, de un
    pueblo remoto y

    contar las palabras

    que la brisa encadena

    Se encerró en su casa

    con la llave de un cerrojo fértil

    batiendo todos los records de soledad que conocía

    Y llegó el primero a la meta
    de su propia colección d
    e desdichas.

    Yo creo, que la verdad está en tus manos

    Que tus dedos como alas vuelan fingiendo que son diestros buscándose así mismos. Cada linea de esas manos es un rasguño del tiempo, que escribe cronológicamente cada gesto de tú voluntad sin ser visto, sin testigos, sin compañía que no sea la de la fuerza de los brazos de tú alma. Fue entonces cuando pasó un dirigente cualquiera mordiendo el polvo...el mismo polvo que tus manos fueron poco a poco recogiendo de la nada donde tantos se reunían para no acabar sabiendo hacer nada con ella. La nada era la estafa, como cualquier mano vacía sin callos que la vistan. Alguien con guantes de latex estrechándose a su piel, fue el mismo que escondía también aquellas uñas que habían estado rascando la corteza terrestre hasta vaciarla de contenido, para tan solo saciar su vacuidad y falta de sentido. No hay mano sobre mano para nadie que utiliza sus manos hacedoras.

    Fake

    EL INSTINTO extinto, que ya no tiene color. El desmayo de un mes de mayo..

    La fuerza de una anestesia o el destierro de las farsas. El origen de otros ritos junto a la fuente de otras verdades y el misterio de las encrucijadas a discernir. Las huellas esporádicas de alguna rebelión inconclusa. Los hombres de trapo y sus palabras de cartón piedra. Las instituciones horribles llenas de árboles secos de papel mojado. El quehacer de los no haceres. Los fragmentos de la prepotencia cayendo por vacíos inhabitables, prolongados, por el mismo camino por el que se fueron construyendo, pero al revés. La cultura de los necios o sus revueltas y consignas. El veterano pensamiento del filósofo con suficientes razones pírricas a su favor pírricamente. La tecnología reclamando auxilio. Los bancos, ¡oh! Los bancos tan llenos de papeletas de tantos artificiales colores y tantos microbios adheridos. Chocolate espeso en horizontes prolongados por el descuido. Ideologías de logia. Campos de fútbol sin columnas de coliseum y mucha cultura escapista reduciendo la intimidad a la anécdota. Helados campos de turismo, antes voraginoso, deglutidor, consumidor y masivamente en feliz estado de despiste.

    Arden las trolas y las troyas bajo el clima de una ecología simplista o todo lo contrario; impotente. Antes te abracé, a partir de ahora...te tendré fe y otro estilo de paciencia en dispersión persuasiva, no sin nostalgia.