El Hotel Condestable Iranzo, un hogar para los sanitarios
El alojamiento sirve de hospedaje para los profesionales de la capital

El Hotel Condestable Iranzo de la capital ha dado un gran paso solidario, siendo el único de la capital que acoge a los sanitarios que se emplean en la lucha contra el coronavirus. Para ello, este establecimiento abrió sus puertas el pasado 15 de marzo, en pleno estado de alarma, después de estar diez días cerrado. Y han cambiado muchas cosas en el modo de servir, ya que ahora solo trabajan cuatro personas de las 64 que lo hacen en total, entre ellas el director del hotel, Carlos Guirao.
La entrada al Condestable Iranzo ha cambiado con respecto a hace un mes. Ya no hay el trasiego de personas de forma constante, ahora está en calma y justo al pasar la puerta hay una mesa con productos para desayunar o merendar y tomar un café o un refrigerio. Todo ello de forma gratuita para todos los sanitarios que llegan cansados después del turno en los centros sanitarios y también para los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado que velan por la seguridad en las calles de la capital. “Entendemos que no hay nada abierto de cafeterías ni nadie y estas personas no pueden tomarse algo para reponer fuerzas, por lo que pensamos que teníamos que hacer algo y pensamos en ofrecer este servicio”, declaró Carlos Guirao.
Con esta iniciativa, el hotel pretende ser un refugio para todos los profesionales que vengan a Jaén desde fuera y no tengan dónde dormir o bien, aquellos que no quiera volver a sus casas por miedo de contagiar a sus familiares. Por ello, el Condestable Iranzo ha bajado sus precios a unos mínimos que les hace perder dinero, ya que de los 70 o 75 euros que cuesta una habitación normal en este hotel de cuatro estrellas, los sanitarios pueden hacer uso de ellas por 25 la noche. De esta manera, como confiesa Carlos Guirao, intentan hacer una labor solidaria en estos tiempos difíciles. Cada día se dan cita en el establecimiento entre 5 y 10 profesionales, dos de ellos llevan ya una semana alojados y los demás van cambiando debido a los turnos que les toquen. “Es lo que nos toca ahora mismo, por lo que este hotel representa en la ciudad, teníamos que echar una mano a la sociedad y hacer lo que haga falta”, confesaba el director.
“Estamos muy contentos porque la mayoría de personas nos lo han agradecido mucho y entienden a lo que nos exponemos a la hora de abrir el hotel, no solo en cuanto a pérdida económica, sino a riesgo de estar aquí”, afirmó Guirao, que añade: “Es un riesgo que debíamos de asumir”.
“Actualmente tenemos entre siete y diez habitaciones al día y estamos tres personas en recepción, una en limpieza y otra en mantenimiento, los números no salen, pero no es algo que me preocupe, ya que buscamos echar una mano”, concluyó Guirao, que estaba acompañado por Nacho Villar, el recepcionista en el turno de tarde del Condestable Iranzo.