Doce muertes sin respuesta en poco más de una década
Son casos que están en un callejón sin salida o que quedan impunes porque la Justicia no ha podido dictar condena

Fueron muertes violentas o desapariciones inquietantes que conmocionaron a la sociedad y que todavía no han sido resueltas. En unas ocasiones, porque las investigaciones acabaron en un callejón sin salida y permanecen en algún cajón a la espera de respuestas. En otras, porque la Justicia no puede dictar una condena por falta de pruebas. Casos inquietantes rodeados de misterio y de incógnitas, pese a que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se han batido el cobre para dar respuesta. Esta es la lista.
7-4-2004: La tironera de millán de priego
Dolores Quesada, de 82 años, entró por última vez en el portal de su casa en la calle Millán de Priego el 7 de abril de 2004. Justo en ese momento, la abordó por detrás una joven, que le arrebató de un fuerte tirón la cartera que llevaba entre las manos y huyó. La anciana cayó al suelo y sufrió varias lesiones. Su estado fue empeorando hasta que falleció el 18 de abril. Lo único que sabe la Policía sobre la agresora es que era una joven de etnia gitana.
11-10-2004: el crimen del recaudador
Francisco Javier M. R. tenía 34 años cuando lo asesinaron. Dejó viuda y una hija. Fue el 11 de octubre de 2004, cuando unos desconocidos le pegaron un tiro a bocajarro en la furgoneta de la empresa de recreativas para la que trabajaba como recaudador. El día de autos, la víctima estaba de ruta en Andújar. Fue asaltado por tres hombres, que lo condujeron hasta las afueras de la ciudad y la mataron a sangre fría. Nueve meses después, la Guardia Civil detenía a tres vecinos de Olías del Rey (Toledo). Inicialmente, dos testigos los identificaron. Sin embargo, en el juicio, ambos dudaron en los reconocimientos. Los acusados, además, fueron capaces de presentar coartadas que los situaban lejos del lugar del crimen. Fueron absueltos por falta de pruebas.
11-7-2006: El cadáver de la catedral de Jaén
En la noche del 11 de julio de 2006, unos jóvenes encontraron el cadáver de un hombre en la Plaza de Santa María, junto a la Catedral. Estaba desnudo, boca abajo y con la cabeza sobre un montón de excrementos y plumas de ave. Era Francisco de la Higuera Muñoz, un vecino de Peñamefécit de 59 años. La Policía cerró la investigación validando la hipótesis de la muerte accidental. El hombre falleció como consecuencia de una caída debido a su estado de embriaguez. Pero, entonces, ¿quién le echó los excrementos por encima? Es cuando entra en escena el hombre de la camisa a cuadros, una silueta que fue vista por algunos testigos huyendo del lugar y cuya imagen fue captada por las cámaras de seguridad. Sin embargo, fue imposible identificarlo.
15-10-2006: El caso de Antonio “El Tostao”
Antonio Moreno Moreno, “El Tostao”, fue visto por última vez una noche de octubre de 2006 en un club de alterne. Días después, su familia, del clan de los “Pikikis”, denunció su desaparición en la Comisaría de Úbeda, donde se habían afincado meses antes para escapar de la venganza del clan rival de los Mallarines. El desaparecido era hermano y tío carnal de los autores materiales del asesinato de “Antonio el mallarín”, ocurrido en febrero de 2006. La Policía trabajó con la hipótesis de que lo habían quitado de en medio por venganza. No obstante, nada se pudo probar.
8-5-2008: El crimen de José Luis Mendoza
José Luis Mendoza fue asesinado en su propia casa. Literalmente, lo cosieron a puñaladas y, después, prendieron fuego al edificio para borrar huellas. Cuatro personas fueron detenidas en los meses posteriores porque varios testigos las situaron en el lugar del crimen. Sin embargo, esos testimonios eran demasiado endebles. Tampoco los restos de ADN hallados en la uñas de la víctima arrojaron luz sobre el caso. Estaban muy deterioradas por el incendio. Así que el caso fue archivado en abril de 2011 y el crimen está impune.
16-4-2009: el crimen del vertedero de linares
En mayo de 2011, la Audiencia acogió la vista por el conocido como “el crimen del vertedero de Linares”. Los hechos se remontan al 16 de abril de 2009, cuando fue hallado el cadáver de un varón de raza negra en la planta de residuos. El cuerpo estaba destrozado, sin bien los forenses pudieron determinar que el hombre, natural de Malí, murió estrangulado. Su asesino arrojó el cadáver a un contenedor de basura en Úbeda y, desde ahí, llegó al vertedero. Días después, la Guardia Civil detuvo a Tarik S., un argelino que había convivido con la víctima en una chabola. Siempre mantuvo su inocencia. Sin embargo, había varios testimonios de otros inmigrantes que declararon que Tarik se jactó ante ellos “de haber matado a un negro”. La víctima y el acusado ya habían tenido enfrentamientos. No obstante, en el juicio, tan solo compareció uno de esos testigos. Fue la única prueba firme que pudo presentar el fiscal, porque no se hallaron restos biológicos en las ropas del procesado ni tampoco estaban sus huellas en el cuerpo. Demasiado poco como para sostener una condena.
23-7-2010: Tiroteado en la sierra de andújar
El 23 de julio de 2010, un hombre que paseaba a caballo por la Sierra de Andújar encontró a un hombre moribundo. Alguien le había pegado ocho tiros, al parecer con una escopeta. Antonio B. P, de 53 años, falleció poco después. El Grupo de Homicidios de la Guardia Civil mantiene abierta una laboriosa investigación que todavía no ha dado resultados.
20-9-2011: el crimen de José “El Monago”
A José Vizcaíno, miembro de la familia de “Los Monagos”, lo mataron en septiembre de 2012. Su cadáver apareció en el conocido como “carril del butano” de la capital con la cabeza reventada por una piedra. La Policía detuvo a tres personas ocho meses después, entre ellos un hermano de la víctima. Para los investigadores, fue él quien lo mató por una disputa por una casa. Sin embargo, los agentes no presentaron al juez ni una sola prueba sólida. El caso fue archivado en septiembre del año 2012.
8-10-2012: La muerte de la enfermera
La enfermera Antonia González fue hallada muerta en su propia casa. Su marido encontró el cadáver en el dormitorio. Tenía una jeringuilla clavada, por lo que se barajó la hipótesis del suicidio. Pero la autopsia reveló que podría tratarse de una muerte violenta y, tres semanas después, se detuvo al esposo, Jesús A. P. Llegó a pasar ocho meses en prisión preventiva por un informe que aseguraba que su esposa había muerto por asfixia en una franja temporal en la que estaba con el acusado. Sin embargo, su defensa consiguió sembrar la duda en un jurado popular, que lo declaró “no culpable”. La sentencia estableció que la enfermera falleció “posiblemente por los efectos del consumo de ‘Propofol’, que pudo producir un colapso o un estado de inconsciencia”.
13-6-2013: La desaparición de Juan Carrillo
La Policía Nacional continúa buscando a Juan Carrillo, un vecino de Linares que está en paradero desconocido desde el 13 de junio de 2013. La Comisaría, que trabaja con la hipótesis de que el hombre está fallecido, ha llegado a detener a siete personas a lo largo de la investigación. Sin embargo, todas quedaron en libertad. Un Juzgado de Instrucción de Linares dirige un proceso en el que no han trascendido avances significativos en los últimos meses.
17-12-2013: el misterio del caso tidiany
El temporero maliense Tidiany Coulibaly desapareció sin dejar ni rastro hace 26 meses, después de que él y otros compatriotas suyos mantuvieran una acalorada discusión con el patrón que los tenía empleados en las tareas de recolección de la aceituna en Villacarrillo. En mayo de 2014, la Guardia Civil detuvo al jefe de los jornaleros, Ginés V. L., que quedó en libertad con cargos. Para los investigadores de la Policía Judicial, es el principal sospechoso de hacer desaparecer al temporero. Está pendiente de juicio, aunque la Fiscalía no ha presentado cargos contra él por este motivo y el procedimiento está sostenido por la acusación particular, ejercida por familiares de Tidiany. Los investigadores también dan por muerto al temporero.
18-12-2013: la anciana de Peñamefécit
Trinidad P. G., una anciana de 85 años, fue asesinada a golpes en su casa de la calle Jacinto Higueras, de Peñamefécit. Tras tres meses de pesquisas, la Policía detuvo a uno de sus cinco hijos y a uno de sus once nietos, al que los investigadores consideraban el presunto autor material del crimen. Los arrestos se practicaron debido a las “contradicciones” en las que, al parecer, incurrieron padre e hijo. Para el juez del caso, indicios poco consistentes como para seguir adelante contra ellos. Tampoco fueron concluyentes las pruebas de ADN realizadas a varios objetos decomisados a los dos detenidos, por lo que el caso fue archivado. Posteriormente, se reabrió por el sorprendente hallazgo de un monedero de la víctima debajo de su almohada.