“Aulas cerradas hasta septiembre”

Javier imbroda ortiz

30 may 2020 / 11:29 H.

El consejero de la Junta de Andalucía analiza cómo se recompuso la educación andaluza para continuar con las clases de forma telemática, sin dejar a ningún alumno atrás, por lo que hace hincapié en que la brecha digital es una consecuencia de la sociedad y no se puede solventar con tan solo una tablet. Aprovecha para alabar el trabajo de los docentes.

—¿Cómo se encuentra?

—A mí me atacó el coronavirus en la primera quincena de marzo. Empecé a tener unos síntomas raros, estaba muy cansado, perdí el gusto, el olfato, tuve algunas décimas de fiebre. Pero claro, lo que escuchábamos en la televisión sobre los síntomas era que había que tener tos, mucha fiebre... y esos no los tenía por lo que no le presté mucha atención. Estuve raro durante 3-4 días, pero cuando me hicieron el análisis me dijeron que había pasado el coronavirus y, afortunadamente, sin que me haya hecho daño y tengo la inmunidad y anticuerpos.

—¿Cómo ha vivido el confinamiento durante la pandemia?

—Muy preocupado por todas las consecuencias que esta crisis sanitaria nos ha dejado. Fundamentalmente en aquellas personas que se han quedado en el camino y lo más triste es no haber podido despedirlos, que han fallecido en la soledad. Lo demás, al final nos vamos a recuperar, pero una vida no.

—¿Cómo fue la adaptación de las familias a la nueva forma de impartir las clases?

—No hay sistema educativo en el mundo que estuviera preparado para pasar de un día a otro, de una actividad presencial a una en distancia. Yo creo que el siglo XXI ha empezado en 2020 porque se ha producido un punto de inflexión rotundo en la transformación digital, que ha venido para quedarse. Ha cambiado nuestra mentalidad, la metodología, ya no va a consistir esto en que tengas una tablet o no, sino que ese cambio es cultural y mental, va a influir también en el ámbito educativo y utilizarlo para enseñar. Se abre una nueva etapa y lo aprendimos de golpe. Creo que hemos llevado lo mejor posible esta transformación, tratar de aportar al profesorado el soporte estructural que no se tenía y hemos hecho un enorme esfuerzo.

—¿Qué ha hecho la Junta de Andalucía contra la brecha digital?

—La brecha digital que sale a relucir ahora, ojalá se pudiera resolver entregando una tablet, pero no se trata de eso. Esto es una consecuencia de una brecha social, de otras cuestiones mucho más profundas. Son los mismo docentes los que conocen a esos alumnos que han podido disponer o no esos dispositivos digitales y muchas de las causas ha sido por falta de interés.

—¿Ha podido resolver algunas de las incógnitas que quedan por resolver para este curso?

—En esta situación, una de las cuestiones que queríamos transmitir era certeza, en el sentido de que no había vuelta a las aulas en el tercer trimestre, una decisión que no resultó sencillo y fue la primera certeza. La segunda fue rechazar el aprobado general, que esta evaluación tenía que hacerse, que este trimestre sirviera para premiar el esfuerzo de los anteriores y aquellos que no podían acceder a la formación, que no se les perjudicara, ya que los docentes tenían una base que ya se había dado durante el curso.

—¿Por qué se desmarcó Andalucía del aprobado general?

—Fundamental fue por las conversaciones con la comunidad educativa. Quiero referirme a que la conferencia sectorial en donde el Ministerio nos traslada una orden, compartíamos en su globalidad, lo único que no entendíamos era que la promoción y la titulación de los alumnos se hiciera dependiendo de la comunidad autónoma, algo que era desigual. Por eso, desde la Consejería con las comunidades educativas no veíamos procedente que se hiciera así.

—¿Cabe alguna posibilidad
de regresar a las aulas antes de septiembre?

—No. Es muy importante que todas las familias tengan claro que no hay vuelta a las aulas. Seguimos por la vía telemática que está dando un nivel de satisfacción importante y va a seguir siendo así hasta final de curso. A partir de entonces, con esto de la desescalada, la sociedad ya se está abriendo y recuperando la normalidad y el ámbito educativo también. Estamos preparando las pruebas de acceso, previstas para el 8 de julio y se van a hacer de manera presencial. Además, a últimos de junio, los claustros de profesores también se podrán reunir. El mes de julio, aquellos niños que quieran acceder programa de refuerzo estival para recuperar terreno perdido, también lo pueden hacer, pero con las medidas de seguridad aconsejadas.

—¿Ha contemplado algún cambio con vistas al regreso del próximo curso?

—Creo que todavía es pronto. Quiero trasladar a la sociedad que nosotros nos estamos preparando en distintos escenarios, uno de normalidad, mixto y otros de confinamiento. En esas situaciones, trabajamos en una vuelta a la normalidad para septiembre.

—¿Va a pedir pruebas para
los docentes?

—Si el Ministerio de Sanidad así lo estima, se harán los test a todos los profesionales que trabajan en un centro educativo.

—¿Usted no lo va a pedir, va a esperar instrucciones del Gobierno central?

—Soy consejero de Educación y Deporte, quién sería yo para decir que vamos a hacer test o no. Hay un grupo de trabajo inmerso en esto que nos va a marcar una serie de medidas para recuperar la normalidad.

—¿Cómo va el proceso de escolarización en colegios?

—Tengo que dar mi agradecimiento al trabajo que han hecho nuestros docentes para atender a los alumnos. También lo tengo que trasladar a todo el proceso de escolarización al equipo directivo porque hay familias que hacen este proceso de forma presencial, para lo que se le abren los centros, aunque la mayoría lo hacen por vía telemática.

—¿Funciona el plan que garantiza tres comidas diarias a
los estudiantes?

—Está funcionando. Este plan da tres comidas diarias a 18.000 alumnos que viven en riesgo de exclusión social. Cuando se cerraron los centros, teníamos que articular la manera de hacer llegar la comida a los niños y desde la Consejería se trabajó en ello para que en pocos días volvieran a recibir las comidas. Esta cifra se fue ampliando y, actualmente, la Junta atiende a 31.000 alumnos. Hasta ahora, de los más de dos meses que llevamos repartiendo esas comidas, el 16% de las familias no las recogen y estamos analizando el por qué.

—¿Cómo se está llevando la desescalada en el deporte?

—Ha sido una parte fundamental en este confinamiento. Hemos leído la necesidad de hacer actividades físicas dentro de las casas para mantenerse activo. No sé si ha sido muy sensible el Gobierno con los deportistas profesionales. El 21 de marzo, le hicimos saber a Pedro Sánchez que a estos deportistas les dejaran entrenar y no conseguimos esa respuesta. Ahora se está produciendo un paulatino regreso a la normalidad, que confío que va a llegar antes de tiempo.

—¿Cómo se ve la provincia de Jaén desde Sevilla?

—Para alguien que su casa está en Málaga, que trabaja en Sevilla y que se recorre Andalucía, Jaén forma parte de uno y le tengo mucho cariño porque he tenido familia y amigos. Se ve con una ciudad con muchas ganas de salir adelante y emprender. Quisiera destacar dos proyectos, el Olivo Arena, una instalación que hacía falta, y otro desbloquear el Conservatorio Superior de Música, que está en plazo.

—Un mensaje de esperanza...

—De estas situaciones, la historia de la humanidad está plagada y siempre ha salido adelante. Nos vamos a recuperar y no hay que lamentarse y quejarnos.

—¿Cómo se encuentra?

—A mí me atacó el coronavirus en la primera quincena de marzo. Empecé a tener unos síntomas raros, estaba muy cansado, perdí el gusto, el olfato, tuve algunas décimas de fiebre. Pero claro, lo que escuchábamos en la televisión sobre los síntomas era que había que tener tos, mucha fiebre... y esos no los tenía por lo que no le presté mucha atención. Estuve raro durante 3-4 días, pero cuando me hicieron el análisis me dijeron que había pasado el coronavirus y, afortunadamente, sin que me haya hecho daño y tengo la inmunidad y anticuerpos.

—¿Cómo ha vivido el confinamiento durante la pandemia?

—Muy preocupado por todas las consecuencias que esta crisis sanitaria nos ha dejado. Fundamentalmente en aquellas personas que se han quedado en el camino y lo más triste es no haber podido despedirlos, que han fallecido en la soledad. Lo demás, al final nos vamos a recuperar, pero una vida no.

—¿Cómo fue la adaptación de las familias a la nueva forma de impartir las clases?

—No hay sistema educativo en el mundo que estuviera preparado para pasar de un día a otro, de una actividad presencial a una en distancia. Yo creo que el siglo XXI ha empezado en 2020 porque se ha producido un punto de inflexión rotundo en la transformación digital, que ha venido para quedarse. Ha cambiado nuestra mentalidad, la metodología, ya no va a consistir esto en que tengas una tablet o no, sino que ese cambio es cultural y mental, va a influir también en el ámbito educativo y utilizarlo para enseñar. Se abre una nueva etapa y lo aprendimos de golpe. Creo que hemos llevado lo mejor posible esta transformación, tratar de aportar al profesorado el soporte estructural que no se tenía y hemos hecho un enorme esfuerzo.

—¿Qué ha hecho la Junta de Andalucía contra la brecha digital?

—La brecha digital que sale a relucir ahora, ojalá se pudiera resolver entregando una tablet, pero no se trata de eso. Esto es una consecuencia de una brecha social, de otras cuestiones mucho más profundas. Son los mismo docentes los que conocen a esos alumnos que han podido disponer o no esos dispositivos digitales y muchas de las causas ha sido por falta de interés.

—¿Ha podido resolver algunas de las incógnitas que quedan por resolver para este curso?

—En esta situación, una de las cuestiones que queríamos transmitir era certeza, en el sentido de que no había vuelta a las aulas en el tercer trimestre, una decisión que no resultó sencillo y fue la primera certeza. La segunda fue rechazar el aprobado general, que esta evaluación tenía que hacerse, que este trimestre sirviera para premiar el esfuerzo de los anteriores y aquellos que no podían acceder a la formación, que no se les perjudicara, ya que los docentes tenían una base que ya se había dado durante el curso.

—¿Por qué se desmarcó Andalucía del aprobado general?

—Fundamental fue por las conversaciones con la comunidad educativa. Quiero referirme a que la conferencia sectorial en donde el Ministerio nos traslada una orden, compartíamos en su globalidad, lo único que no entendíamos era que la promoción y la titulación de los alumnos se hiciera dependiendo de la comunidad autónoma, algo que era desigual. Por eso, desde la Consejería con las comunidades educativas no veíamos procedente que se hiciera así.

—¿Cabe alguna posibilidad
de regresar a las aulas antes de septiembre?

—No. Es muy importante que todas las familias tengan claro que no hay vuelta a las aulas. Seguimos por la vía telemática que está dando un nivel de satisfacción importante y va a seguir siendo así hasta final de curso. A partir de entonces, con esto de la desescalada, la sociedad ya se está abriendo y recuperando la normalidad y el ámbito educativo también. Estamos preparando las pruebas de acceso, previstas para el 8 de julio y se van a hacer de manera presencial. Además, a últimos de junio, los claustros de profesores también se podrán reunir. El mes de julio, aquellos niños que quieran acceder programa de refuerzo estival para recuperar terreno perdido, también lo pueden hacer, pero con las medidas de seguridad aconsejadas.

—¿Ha contemplado algún cambio con vistas al regreso del próximo curso?

—Creo que todavía es pronto. Quiero trasladar a la sociedad que nosotros nos estamos preparando en distintos escenarios, uno de normalidad, mixto y otros de confinamiento. En esas situaciones, trabajamos en una vuelta a la normalidad para septiembre.

—¿Va a pedir pruebas para
los docentes?

—Si el Ministerio de Sanidad así lo estima, se harán los test a todos los profesionales que trabajan en un centro educativo.

—¿Usted no lo va a pedir, va a esperar instrucciones del Gobierno central?

—Soy consejero de Educación y Deporte, quién sería yo para decir que vamos a hacer test o no. Hay un grupo de trabajo inmerso en esto que nos va a marcar una serie de medidas para recuperar la normalidad.

—¿Cómo va el proceso de escolarización en colegios?

—Tengo que dar mi agradecimiento al trabajo que han hecho nuestros docentes para atender a los alumnos. También lo tengo que trasladar a todo el proceso de escolarización al equipo directivo porque hay familias que hacen este proceso de forma presencial, para lo que se le abren los centros, aunque la mayoría lo hacen por vía telemática.

—¿Funciona el plan que garantiza tres comidas diarias a
los estudiantes?

—Está funcionando. Este plan da tres comidas diarias a 18.000 alumnos que viven en riesgo de exclusión social. Cuando se cerraron los centros, teníamos que articular la manera de hacer llegar la comida a los niños y desde la Consejería se trabajó en ello para que en pocos días volvieran a recibir las comidas. Esta cifra se fue ampliando y, actualmente, la Junta atiende a 31.000 alumnos. Hasta ahora, de los más de dos meses que llevamos repartiendo esas comidas, el 16% de las familias no las recogen y estamos analizando el por qué.

—¿Cómo se está llevando la desescalada en el deporte?

—Ha sido una parte fundamental en este confinamiento. Hemos leído la necesidad de hacer actividades físicas dentro de las casas para mantenerse activo. No sé si ha sido muy sensible el Gobierno con los deportistas profesionales. El 21 de marzo, le hicimos saber a Pedro Sánchez que a estos deportistas les dejaran entrenar y no conseguimos esa respuesta. Ahora se está produciendo un paulatino regreso a la normalidad, que confío que va a llegar antes de tiempo.

—¿Cómo se ve la provincia de Jaén desde Sevilla?

—Para alguien que su casa está en Málaga, que trabaja en Sevilla y que se recorre Andalucía, Jaén forma parte de uno y le tengo mucho cariño porque he tenido familia y amigos. Se ve con una ciudad con muchas ganas de salir adelante y emprender. Quisiera destacar dos proyectos, el Olivo Arena, una instalación que hacía falta, y otro desbloquear el Conservatorio Superior de Música, que está en plazo.

—Un mensaje de esperanza...

—De estas situaciones, la historia de la humanidad está plagada y siempre ha salido adelante. Nos vamos a recuperar y no hay que lamentarse y quejarnos.