Los peligros del paraíso

H.

En una de las paredes laterales de lo que, en un pasado no muy lejano, fue un “bar de copas”, junto a la antigua piscifactoría en la que terminaba la garganta geológica de Los Cañones, reza una frase pintarrajeada entre desconchones y restos de botellón que no tienen fecha: “Demasiado cielo para tan pocas alas”.

Sus seis palabras suenan a suspiro y a lamento por el estado de abandono en el que se encuentra una de las maravillas naturales de Jaén. Un oasis, a escasos 15 minutos del núcleo urbano, que, además de su riqueza medioambiental, paisajística e histórica, está ligado al recuerdo de varias generaciones de jiennenses que, nevera en mano y con algún sedal en el bolsillo para pescar, de paso, alguna trucha, peregrinaban en verano para escapar del calor sofocante de la ciudad.

Los Cañones del río Eliche eran esa “playa” de la que carece Jaén. “Se llenaba de gente”, evoca, con nostalgia, Sergio Peña. No volvía a este paraje desde hace “8 años” y la imagen que conserva en la memoria contrasta con un deterioro al que la Administración pública no le pone restricciones. Pasados el puente de la piscifactoría y los restos de una vieja “discoteca” en la que se acumulan bolsas de basura y litros vacíos de cerveza, existe una pasarela de hormigón y cemento de poco más de medio metro de ancho que conduce hasta el llamado “Chilanco del guardia civil”. Una poza de aguas tan cristalinas como gélidas a la que llegar, hoy en día, es una aventura llena de riesgos de los que solo advierte el instinto de conservación. Una baranda oxidada y herrumbrosa, derribada o inexistente, incluso, en algunos tramos del trayecto, es el único elemento que aporta seguridad en una pasarela construida a muchos metros sobre el nivel del río que, por ciertas zonas, está desgajada debido al deterioro inherente al paso del tiempo y a la ausencia de un mantenimiento por el que colectivos ecologistas y vecinales no dejan de clamar.

Pero la ruina en la que está sumida esta “joya” de la naturaleza no es resultado en exclusiva del abandono al que lo ha sometido la Administración. La basura que contamina el río y que campa por entre merenderos de piedra que se están cayendo es fruto del incivismo que tantas veces ha denunciado Ecologistas en Acción. La aleación de olvido y falta de concienciación ciudadana son las responsables de una situación que el Ayuntamiento quiere atajar ahora con el proyecto de rehabilitación que el subdelegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, presentó en plena campaña electoral.

Dotada con 300.000 euros, la iniciativa —que ha recibido los parabienes de ecologistas y vecinos de la zona— contempla la recuperación de Los Cañones como destino de ocio y esparcimiento. Para ello, se prevé el establecimiento de rutas senderistas y, una vez pasado el puente, la adecuación de la explanada existente como aparcamiento. El objetivo es “acercar Los Cañones a toda la sociedad”, haciendo el paraje “más accesible”. La pretensión es iniciar las obras —que ejecutará la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir— en el último semestre del año. Pero aún queda un cabo suelto que atar, como advirtió en su día el PSOE: “La zona no es pública”.