La Virgen del Carmen recorre las calles a pesar del bochorno
Petalada y saeta en la calle La Rosa para la protagonista de una noche mágica
Aunque sin mar, Linares también tiene por tradición la procesión de la Virgen del Carmen. Un grupo de fieles decidió, hace unos años, emprender este camino y constituir una hermandad de Gloria que saca en procesión todos los años, con motivo de su onomástica, la imagen, que se encontraba en la basílica de Santa María la Mayor. Así se viene celebrando cada mes de julio, con la Señora ataviada con sus mejores galas y a hombros del cuerpo de costaleros, que se atreve a llevar el paso incluso en los días de más calor. No solo eso, sino que también se realizan una serie de ensayos previos, en plena época estival, a pesar de las altas temperaturas. Es así como los costaleros y todos los participantes del cortejo, se arman de valor para poner en la calle el cortejo y celebrar como se merece su día, en una de las noches más calurosas de todo el año.
Previamente a la procesión, los días 14, 15 y 16 de julio, se celebraron los correspondientes cultos a la Virgen, en la misma sede canónica, para culminar en la noche del sábado con la salida procesional. Aunque estaba prevista para las ocho y media de la tarde, partió con un retraso aproximado de treinta minutos. Poco después de las nueve ya se encontraba la Virgen en la explanada de Santa María para comenzar el itinerario previsto, que discurrió por Don Luis, El Pilar, Campanario, El Castillo, Miguel Cobo, las plazas del Gallo y de Alfonso XII, Cánovas del Castillo —Pontón—, Zambrana, Alonso Poves, Federico Ramírez, La Rosa y Cambroneras, para regresar, de nuevo, por Don Luis, la Plaza del Ayuntamiento, Carnecería, Iglesia y Don Luis para volver al templo.
Entre los momentos más especiales estuvo la petalada que se realizó en la calle La Rosa, un poco pasadas las once de la noche. Aquí la calle se decoró por completo, con la ayuda de los vecinos que quisieron rendir homenaje a la Señora del Carmen. Se comenzó con el canto de saeta de Rocío Cervilla, que culminó con la el lanzamiento floral a su paso por el lugar. Aquí la gente se agolpó para ver el emotivo momento que se vivió en este punto.
También el momento de la recogida y la vuelta de la Virgen del Carmen fue uno de los más especiales. Tristeza y alegría, al ver que hasta dentro de un año no volverían a ver a su Reina en las calles linarenses. En esta ocasión, se compuso una banda de música con miembros del conservatorio, la mayoría de Linares, que se encargaron de la interpretación de las mejores marchas, para dar el protagonismo merecido a la imagen mariana. A pesar de realizar el recorrido procesional unos días más tarde de la festividad de la Virgen del Carmen, esto no impidió que los vecinos y los fieles salieran a la calle, para ver a la bonita estampa que representa en Linares la Señora. Poco después de la media noche, el cortejo retornó al templo de Santa María, entre vítores de “viva la Virgen del Carmen”.