La casa de la Consolación da cobijo a mujeres “en peligro”

La Junta destina 7.350 euros para los programas de inmigración

10 jul 2018 / 08:05 H.

Las mujeres que se encuentran en riesgo de exclusión social, sea cual sea el motivo, tienen un segundo hogar en la casa de acogida de las Hermanas de la Consolación. Allí, además de techo, cama y comida, las mujeres se topan con formación y apoyo a nivel psicológico. “El fin es que salgan de aquí fuertes, seguras y, a poder ser, con un trabajo”, indicó la delegada del Gobierno en Jaén, Ana Cobo, que visitó las instalaciones para anunciar la subvención de 7.350 euros con la que la Junta de Andalucía “muestra su compromiso” con la integración de las mujeres en riesgo de exclusión.

Las Hermanas de la Consolación acogen, por lo tanto, a mujeres que vienen de familias desestructuradas, jóvenes gestantes o inmigrantes. “Lo primero que obtienen es un sitio donde sentirse seguras, pero se les ofrece formación en ámbitos como los hábitos de vida saludable para que encuentren un trabajo”, señaló la delegada, a la vez que puso como ejemplo empleos como el cuidado de personas mayores. En esta línea, no dudó en poner en valor la labor que desarrolla la casa de acogida, no solo en el barrio de San José, sino en toda la ciudad. “Las hermanas, además, dotan de habilidades domésticas a las madres jóvenes para que puedan encontrar un empleo”, puntualizó. De hecho, hace unos quince días que una de las mujeres que residía en la casa de acogida abandonó el lugar con un trabajo bajo el brazo, algo que llena de satisfacción a Cobo y a todo el equipo que trabaja allí, ya que se ven los frutos del trabajo bien hecho. No obstante, la labor de las Hermanas de la Consolación no tiene límites, ya que, tal y como explicó la delegada, “se dedican al trabajo psicológico”. “Realizan una labor de autoestima que enfocan hacia estas mujeres en riesgo de exclusión, ya que vienen de una situación muy complicada. Por eso, es importante apoyarlas y tejer una red que las haga sentirse más seguras y fuertes”, apuntó Cobo, sobre algo que es, cuanto menos, “indispensable”. ¿Por qué? Porque el fin último de esta labor es que las mujeres que llegan a la casa de acogida salgan con la capacidad de sacar adelante a sus hijos, que estén bien y encuentren un puesto de trabajo. “La labor que desarrollan es conocida, de sobra, por nuestra ciudad, ya que están muy integradas en el trabajo que realizan en esta zona, que es de gente obrera, por lo que también ayudan a las familias del barrio. Están completamente implicadas”, destacó la delegada del Gobierno, que puso de manifiesto el impulso económico que reciben desde la Junta de Andalucía. “Desde 2013 acuden a las distintas convocatorias y nosotros respondemos. Hicimos entrega de 20.000 euros que van para los proyectos que realizan con mujeres y madres, especialmente. Este año, recibirán otra ayuda de 7.350 euros, una cuantía que va a contribuir a todos los programas de inmigración, en los que colaboran estrechamente con el Gobierno de la Junta de Andalucía”, dijo Cobo.

En la actualidad, la casa tiene cinco plazas. Muy pocas para, tal y como aseguran, la gran cantidad de solicitudes que tienen pendientes. Por este motivo, las Hermanas de la Consolación están inmersas en la realización de unas obras que les permitirá la creación de una nueva estancia, así como de un cuarto de baño. “Tenemos uno, pero se hace poco”, aseguró la madre superiora de la congregación y directora del centro, Inmaculada Aguilella.

Ni raza, ni religión, solo entra en juego la labor humanitaria para la igualdad

Nada más entrar en la casa de acogida de las hermanas de la Consolación se respira un aroma que evoca al hogar. Esto es lo que encuentran, a simple vista, las mujeres que están en riesgo de exclusión social. Sin embargo, con el paso de los días, caen en la cuenta de que allí tienen una nueva familia con la que volver a empezar. La madre superiora y directora del centro, Inmaculada Aguilella, relata con pasión y mucho sentimiento todo lo que desarrollan entre los muros de la casa de acogida. Las mujeres que llegan lo hacen, por lo general, en ”malas condiciones”. Allí no solo encuentran cobijo, sino que se les proporciona formación y ayuda psicológica. Así lo explica a hermana superiora, a la vez que personaliza todas y cada una de las historias. “Una de las que tenemos está embarazada y a punto de dar a luz. Hace unos 15 días, otra de las mujeres se fue porque encontró un trabajo”, confiesa Aguilella, acerca de una casa, la de las hermanas de la Consolación, en la que no se hace distinción por motivos de raza o religión. “Hay mujeres musulmanas, y otras que vienen desde Marruecos, Argelia y otras partes de África”, dice, a la vez que pone de manifiesto lo único que es importante, la labor humanitaria para la igualdad.