La asociación de Santa Ana, a la espera de reparar su sede
Los vecinos correrán con los gastos de la impermeabilización
Un colectivo a la espera de una nueva reforma. El Ayuntamiento gestionó el arreglo de la sede de la asociación vecinal Santa Ana, con un presupuesto de algo más de 36.000 euros. El problema radicaba en las filtraciones de agua que se producen desde hace varios años, hasta el punto de tener que apuntalar las instalaciones, por estar en peligro la estructura del local donde se ubica.
El Ayuntamiento se hizo cargo de las reformas con la mala suerte de que el agua volvió a filtrarse cuando se produjo un periodo de lluvias. Tras un estudio se averiguó que la filtración se producía porque el patio de arriba, que es el techo del local, no está correctamente impermeabilizado. El Consistorio, entonces, no se hacía responsable de esta reforma, ya que era propiedad de la comunidad, que tampoco quería hacerse cargo de repararlo. Finalmente, el seguro de la asociación exigió a los vecinos de dicha comunidad que pusiesen solución, con el riesgo de poder empezar un proceso judicial si no se instalaba tela asfáltica necesaria en el patio.
Ayer se produjo la visita de Juan Fernández a la sede, junto con otros miembros de la Corporación Municipal como Juana Cruz, Francisco Javier Tortosa o Joaquín Robles. El técnico del Ayuntamiento también fue a valorar los desperfectos, y ha habido algunas visitas anteriores del personal una vez finalizada la obra. La asociación no dudará en pedir responsabilidades a la empresa encargada de la reforma si los desperfectos no se remedian.
El alcalde destacó el trabajo realizado en las cubiertas y recordó que para poder acometer dicha reforma, el Ayuntamiento ha comprado el local, que pertenecía aún a Santana Motor: “Es una de las asociaciones más amplias y con varias estancias que permiten el desarrollo de diferentes actividades deportivas para todas las edades. De hecho ya están activas a pesar de estas salvedades en la reforma”.
Estas intervenciones se han podido llevar a cabo gracias a los fondos Edusi, de procedencia europea, y se han acometido en otros barrios como por ejemplo Las Américas o Los Sauces: “Hay que destacar la labor del voluntariado y el movimiento vecinal. Recordar a esas personas que ya no están, pero comenzaron con este movimiento en la ciudad y que, gracias a ellos, las asociaciones son lo que son hoy día. Ahora tenemos que cuidar que el desarrollo urbano sea sostenible, para una mejora duradera y que a largo plazo se mantenga. Estas obras se han planificado con un carácter comunitario, tanto para las infraestructuras de las sedes de las diferentes asociaciones, como para las zonas comunes de las barriadas”, dijo el regidor linarense.
Se espera que la comunidad vecinal responsable del patio actúe lo antes posible, para así poder evitar nuevos problemas de calado filtraciones de agua en la sede. Esto paralizaría las actividades realizadas y además, volvería a poner en peligro la estructura del lugar.
Alfonso Gea es el presidente de esta asociación, y ha vivido en primera persona todo el problema con el que lleva luchando años. Ahora, la junta directiva vuelve a ponerse en marcha para poder desarrollar la actividad plenamente en la sede. Algo que beneficia a los vecinos de la zona y, sobre todo, a las personas mayores que viven en los edificios aledaños y que acuden allí en su tiempo libre o a realiza algunas de las actividades que se planifican en este versátil instalación.
El Ayuntamiento trabaja también en la reforma y adecuación de las diferentes entradas a la ciudad. Ya se realizaron en los accesos desde Guarromán, Linares-Baeza o Los Jarales. Ahora se le añade la reforma de la Avenida Primero de Mayo, para acceder desde Arquillos o La Garza.
Una reforma importante será la de la urbanización Puerta de Castro, situada en la salida hacia Arquillos. Los vecinos reivindicaban la construcción de un acerado que uniese la urbanización hasta el comienzo de la calle. Un tramo de una longitud de aproximadamente tres metros.
La Junta de Andalucía es la propietaria de la vía, y ha tenido que ceder el uso de la misma al Ayuntamiento para que puedan construir el acerado pertinente. El problema es que tanto los vecinos y vecinas como los niños y niñas, veían complicaciones a la hora de realizar sus tareas diarias como ir a colegio o hacer las compras del hogar, ya que ponían en peligro su integridad física por el paso de vehículos y por el mal estado de la calzada.
Se construirá una zona de seguridad de 220 metros, que va a constar también de un acerado de más de dos metros y una barandilla de seguridad metálica. Las obras se realizarán a la mayor brevedad posible.