El especial reencuentro de una amistad que no tiene caducidad

La última promoción del centro de la SAFA se reúne tras más cincuenta años

15 dic 2019 / 11:43 H.
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Gran reencuentro de antiguos alumnos. En estas fechas se cumple el cincuenta aniversario de la última promoción salida de las Escuelas Profesionales Sagrada Familia, que se incorporaron a la factoría Santana en virtud de un convenio de formación que había suscrito. Fue en las ramas de ajuste torno y delineante donde la mayoría cubrieron puestos de responsabilidad. Otros ocuparon puestos en diversos puntos de España como Barcelona, La Coruña, Sevilla, Jerez, Cádiz, Valencia o Granada. Incluso el torero Curro Vázquez formó parte de la promoción.

Laureano Jiménez se reencontró con unos diez compañeros de promoción que comenzaron a buscar al resto. Uno de ellos tenía el listado con todos los nombres de alumnos y, a partir de ahí, empezaron a investigar por medio de redes sociales e internet. De esta forma, consiguieron contactar con 68 de ellos pertenecientes a cursos de 1967 a 1970. Fue entonces cuando decidieron organizar un encuentro muy especial al que, finalmente, asistieron alrededor de 50 ex alumnos llegados desde ciudades de toda España para volver a ver a sus compañeros. Realizaron una visita por el centro de Linares para recordar viejos tiempos y ver, de nuevo, las instalaciones y formaciones que hoy en día se imparten. Fueron, después, a degustar unas tapas en la conocida Taberna Montes, a modo de convivencia. Esta jornada despertó una gran alegría entre estos antiguos compañeros, ya que muchos no se veían desde hace más de medio siglo.

Algunos de ellos, desafortunadamente, ya fallecieron, pero son una gran mayoría los que se vieron de nuevo y comentar anécdotas de su vida. Todos coinciden en la exquisita formación y educación que se impartió en el centro. Entre las profesiones desempeñadas después de dejar la escuela hay variedad. De hecho, entre ellos hay un gestor de una empresa de aire acondicionado y otro encargado de una central nuclear. Muchos se jubilaron en Santana, y otros decidieron hacer la maleta y salir de Linares. Y, cuando estuvieron juntos, fue el momento de compartir todas esas historias que los han hecho ser quienes son ahora. De los localizados, algunos no pudieron acudir a la cita, pero mantienen el contacto y planifican ya la próxima cita. Sin duda, una experiencia que mereció la pena y que es cuanto menos emocionante para todas estas personas que compartieron tantos momentos de su juventud.

El salón de actos de las escuelas fue el lugar de encuentro en el que realizaron la fotografía de familia, en recuerdo a anteriores años. El colectivo conserva otra fotografía de la promoción en la que se pueden distinguir la mayoría de estudiantes que ahora se vuelven a ver. Una muestra de que la amistad no tiene caducidad, ya que a pesar del tiempo transcurrido, todos han puesto de su parte y viajaron para volver a encontrarse tras cincuenta años.

Linares