¿El ave Fénix de Santana?

Los preparativos de la demolición de la antigua nave de Fasur supone el adiós a una parte de la histórica factoría de Linares

02 may 2022 / 19:15 H.
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Hubo unas décadas doradas en la que Linares desbordaba actividad económica. En la posguerra la ciudad había conseguido reinventarse y resurgió como el ave Fénix después del traumático cierre de las minas. El nombre de aquel milagro era Santana Motor. Cerrada la histórica factoría en 2011, hoy sobre el antaño dinámico parque empresarial se cierne un manto de lento deterioro y de vacío.

La iniciativa que abre la espita de lo que puede ser una nueva etapa es la demolición de lo que fue la factoría Fabricados de Automoción del Sur (Fasur), que liberará alrededor de 20.000 metros cuadrados.

La iniciativa, una vez culminado el derribo de los elementos, dará paso a la edificación de nuevas naves polivalentes dotadas de los requerimientos industriales actuales. En paralelo, en la futura edificación de esta superficie industrial, destaca la construcción de un centro de servicios que irá destinado a nuevas compañías tecnológicas e industriales. La intervención en las instalaciones, que forman parte de los activos cedidos por la Junta de Andalucía al Ayuntamiento, dentro del paquete de medidas del Plan de Reacción Inmediata, supone la de mayor envergadura de las obras públicas previstas por la Administración linarense este año. El consejo de Gobierno, presidido por Juanma Moreno, aprobó una inversión de más de seis millones de euros para intervenir en una superficie superior a los 31.000 metros cuadrados este año y en 2023.

El tiempo dirá si estos planes son un revulsivo de verdad o solo uno de los muchos intentos baldíos de reactivar Linares. Aunque parezca paradójico en la ciudad se respira una sensación es una mezcla de esperanza y desconfianza, después de tantos intentos fallidos. Con más de 4.500 trabajadores la factoría daba ocupación también a numerosas firmas auxiliares. Durante décadas, aparte de miles de linarenses, consiguieron su sustento allí cientos de vecinos de municipios como Canena, Rus, Lupión, Baños de la Encina, Andújar o La Carolina. “Daba mucha vida” recuerda un asalariado que vivió aquel periodo. De hecho, los sueldos eran bastante altos. “Cuando entrabas aquí te hacías a la idea de que tenías un trabajo para toda la vida”, añade otro, quien apunta que en virtud de eso, la gente gastaba en inmuebles, en automóviles y en muchos otros bienes. La hostelería también brillaba y Linares suponía todo un referente. Incluso llegó a haber una delegación de instalación de componentes en la capital de las Nuevas Poblaciones y otra de fabricación de componentes en Manzanares (Ciudad Real).

Sin embargo, la caída fue en picado, aunque precedida de sucesivas crisis en la que salieron jubilados o prejubilados cientos de asalariados. El resultado de ese bajón es la situación actual de declive de Linares, que se plasma en parámetros como los niveles de paro, entre los más altos de España, y la pérdida de población, al no encontrar la gente joven oportunidades laborales interesantes.

Los orígenes de Santana Motor se remonta a 1956, con el nombre de Metalúrgica de Santa Ana, dedicada a la fabricación de maquinaria agrícola. En 1961 empezaron a fabricarse todoterrenos Land Rover y luego cajas de cambio para Citroën en Vigo. En los años 80 Land Rover se despidió de Santana Motor, pero se comercializaban versiones del Land Rover bajo la marca Santana. En 1985 en la marca japonesa Suzuki se implantó con la fabricación de los modelos Samurai, Vitara y Jimny. En 1993 los nipones ya tenían el control de más del 80% de las acciones. La Junta compró la fábrica en 1995 a Suzuki. El avance fue a trompicones y la crisis no mejoró ni con el desarrollo del todoterreno propio Aníbal, en 2003. Luego siguieron los modelos 300 y 350, basados en el Suzuki Vitara, que se dejó de fabricar en las instalaciones de la multinacional jiennense ese mismo año.

En 2006 se alcanzó un acuerdo con Iveco, con una opción de comprar la factoría hasta 2010, algo que no se materializó tras el fiasco del Massif, derivado del antiguo Aníbal. En julio de 2009, la Junta de Andalucía, a través de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) asumió el control de la gestión de la compañía. A partir de ahí, siguió el deterioro. El Jimny dejó de fabricarse en septiembre de ese año y se dio por finiquitada la alianza con Suzuki. El acta de defunción llegó el 16 de febrero de 2011, cuando una votación realizada por los trabajadores de la empresa decidió, con un 83% de los votos, la disolución de Santana Motor. Desde entonces, pese a las promesas no se ha plasmado una alternativa que saque a Linares de su declive y que sea capaz de aborber la cantidad de mano de obra que acabó en el paro.

UNA HOJA DE RUTA CON DINERO

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento están esta legislatura en sintonía política. Dentro de este entendimiento se han producido avances como la cesión de activos a la Administración local. Esa hoja de ruta queda plasmada en el llamado Plan de Reacción Inmediata. Habrá que ver si tiene más éxito que otra iniciativa con un nombre no menos rimbombante el Plan Linares Futuro, puesto en marcha durante la etapa como presidenta de la Junta de la socialista Susana Díaz.

Una medida determinante para el Plan de Reacción Inmediata fue la aprobación, en vísperas de las pasadas navidades, por parte del consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, con el popular Juanma Moreno de presidente, aprobó una transferencia de crédito por importe de 6,4 millones de euros a la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, que sustentará la mejora de las infraestructuras del Parque Empresarial de Santana. Esta decisión permite dar respuesta a las necesidades detectadas por el Ayuntamiento después de la cesión de las mencionadas infraestructuras realizada por la Junta en febrero de 2021, dentro del marco del mencionado Plan de Reacción Inmediata de Linares.

Según se acordó esta intervención debería acometerse los ejercicios 2022 y 2023 para atender un programa de regeneración de las actuales instalaciones, procediéndose a la demolición o desmontaje de elementos de las naves dañados por graves patologías, obsoletos o en desuso. Con estas actuaciones, se revitalizará el parque empresarial, se ampliará la oferta de suelo y de construcciones de uso industrial y se impulsarán otras actividades compatibles con el objetivo de facilitar la implantación de nuevos proyectos empresariales en la ciudad de Linares.

Con dicha transferencia, el Ejecutivo autonómico aseguró que da cumplimiento al acuerdo de cesión del recinto empresarial al consistorio. En ese documento se contemplaba que las funciones relacionadas con la gestión municipal de todos estos activos de la Junta de Andalucía implican, además del mantenimiento ordinario de las instalaciones, la conservación y rehabilitación, la limpieza y la seguridad; las inversiones necesarias para su reactivación. El acuerdo entre ambas administraciones también recoge que la Junta de Andalucía garantizará los medios financieros necesarios cuando los ingresos que genere la gestión de los inmuebles no sean suficientes para abordar las actuaciones previstas para su mantenimiento, conservación y acondicionamiento o para la implantación de proyectos de inversión.

De igual modo, como se explicaba en un comuncado, contempla la promoción del parque como medio de atraer empresas, la realización de obras de urbanización o nueva construcción, previamente aprobadas por la Consejería de Transformación Económica, a través de la Agencia IDEA, o la gestión y cobro de las rentas. Con la cesión, el Ayuntamiento de Linares tiene capacidad para impulsar expedientes patrimoniales para la venta, alquiler, alquiler con derecho a compra o la constitución de derecho de superficie.

El Plan de Reacción Inmediata fue anunciado el pasado mes de enero por Juanma Moreno, en respuesta a una reivindicación planteada durante años por el municipio de Linares. Constituye una apuesta por la industria, la innovación, las nuevas tecnologías y el medio ambiente, a través de proyectos empresariales que generen riqueza y empleo en una comarca especialmente castigada por el desempleo, la deslocalización industrial y una ineficiente gestión de los recursos públicos.

La transformación económica que implica dicho instrumento conlleva, además de finalizar las obras de conexión del ramal ferroviario Vadollano-Linares con la línea Madrid-Cádiz, revitalizar el parque empresarial Santana con el objetivo de facilitar la llegada de inversión y de empresas. En el contexto de este plan y previamente a esta transferencia, la Consejería de Transformación Económica aprobó en julio pasado, a través de IDEA, el pago de 560.033 euros al Ayuntamiento de Linares para el mantenimiento y la gestión del Parque Empresarial Santana y del complejo de viviendas La Colonial de la Ermita, según el acuerdo de cesión.

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