Cáritas ejecuta la segunda fase de la obra del comedor

Con el propósito de mejorar la complicada situación por la que atraviesan aquellas personas sin recursos, la organización de Cáritas Interparroquial de Linares ejecuta la segunda fase de las obras de adecuación en el edificio que alberga el comedor social de San Agustín. Unas intervenciones que permitirán dotar el inmueble de una sala para la realización de talleres y cursos por parte de los diferentes usuarios de este servicio de ayuda alimentaria, el cual es frecuentado, cada día, por numerosos vecinos de la ciudad que hacen su vida prácticamente en la calle.

Así lo confirmó el responsable del comedor social de Cáritas, José Antonio Sánchez, quien destacó que las instalaciones atienden a más de cien personas diarias en el turno de almuerzos, mientras que en torno a cincuenta cenan allí cada noche. “La parte de arriba, que es donde tenemos almacenes para los alimentos y los congeladores, se completaría con aseos y un aula para que nuestros usuarios puedan formarse y leer, de tal manera que permanezcan más tiempo alejados de la calle”, indicó.

Para ello, Cáritas invierte parte de una subvención pública, recibida recientemente, con el fin de rehabilitar las dependencias superiores y habilitar una biblioteca. Las obras se encuentran en avanzado estado de ejecución, al igual que otras mejoras que se realizan en la planta inferior, donde se encuentra el propio comedor. Y es que en este punto se ha procedido a la instalación de aire acondicionado y de un nuevo cerramiento interior que sirva para conservar mejor la temperatura ambiente en la referida estancia.

Hasta la fecha, el comedor social de San Agustín funciona a pleno rendimiento, gracias al intenso trabajo que realiza su nutrido equipo de voluntarios, quienes contribuyen con esta causa en varios turnos al día. “Los voluntarios son fundamentales porque sin ellos no se podría funcionar, ya que no resulta fácil dar unas 3.000 comidas mensuales como lo venimos haciendo. Y desde que se inauguraron estas nuevas instalaciones, en marzo del año pasado, hasta el mes pasado se han dado ya más de 44.000 comidas”, apuntó Sánchez.

Este ritmo de funcionamiento se mantiene gracias a la envergadura de la cocina con que se dispone, ya que está plenamente equipada para ofrecer un voluminoso servicio de comidas y cenas. También resulta muy importante la ayuda que prestan diferentes entidades, colectivos y particulares en forma de recursos o alimentos. “Estamos bastante satisfechos por la labor de ayuda que realizamos con nuestros usuarios, que son buena gente y los más necesitados de la sociedad”, dijo Sánchez.