Aniversario y cita muy especial

Unos cincuenta antiguos alumnos de la Sagrada Familia vuelven a verse

14 dic 2019 / 12:17 H.
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Gran reencuentro de antiguos alumnos. En estas fechas se cumple el cincuenta aniversario de la última promoción salida de las Escuelas Profesionales Sagrada Familia, que se incorporaron a la factoría Santana en virtud de un convenio de formación que había suscrito. Fue en las ramas de ajuste torno y delineante donde la mayoría cubrieron puestos de responsabilidad. Otros ocuparon puestos en diversos puntos de España como Barcelona, La Coruña, Sevilla, Jerez, Cádiz, Valencia o Granada. Incluso el torero Curro Vázquez formó parte.

Laureano Jiménez se reencontró con unos diez compañeros de promoción, que comenzaron a buscar al resto. Uno de ellos tenía el listado con todos los nombres de alumnos y a partir de ahí empezaron a investigar por medio de redes sociales e internet. De esta forma han conseguido contactar con 68 de ellos, de cursos del año 1967 a 1970. Se decidió organizar entonces un encuentro, que tuvo lugar ayer. Alrededor de 50 ex alumnos vinieron desde ciudades de toda España para volver a ver a sus compañeros. Realizaron una visita por el centro para recordar viejos tiempos y ver de nuevo las instalaciones y formaciones que hoy en día se imparten. Fueron después a degustar unas tapas en la conocida Taberna Montes, a modo de convivencia.

Gran orgullo el vivido por parte de estos componentes, ya que muchos de ellos se vieron después de más de medio siglo. Algunos de ellos, desafortunadamente, ya han fallecido, pero son la gran mayoría los que pudieron verse de nuevo y comentar algunas curiosidades de su trayectoria. Todos coinciden en la exquisita formación y educación que se impartió en el centro. Entre las profesiones desempeñadas después hay variedad. Muchos se jubilaron en Santana, mientras que otros decidieron tomar otra dirección y salir de Linares. Algunos de ellos gestionan empresas, por ejemplo de aire acondicionado o una central nuclear. Juntos pudieron compartir experiencias, contar anécdotas y explicar aspectos de su vida, así como el desarrollo de la misma. De los localizados, algunos no pudieron acudir a la cita, pero mantienen el contacto y planifican ya la próxima cita. Sin duda, una experiencia que merece la pena y que es cuanto menos emocionante para todas estas personas que compartieron tantos momentos de su juventud. El salón de actos de las escuelas fue el lugar de encuentro en el que realizaron la fotografía de familia, en recuerdo a anteriores años. El colectivo conserva otra fotografía de la promoción, en la que se pueden distinguir la mayoría de estudiantes que ahora se vuelven a ver. Una muestra de que la amistad no tiene fronteras, ya que a pesar del tiempo transcurrido, todos han puesto de su parte para volver a encontrarse tras cincuenta años.

Linares