Un relevo por generaciones

La Escuela de Pastores de Andalucía abre por noveno año consecutivo sus puertas para que los jóvenes reciban una formación correcta en la ganadería extensiva y transhumante en Ronda

21 abr 2019 / 12:31 H.

Las nuevas generaciones pisan fuerte. Personas jóvenes que desean dedicarse a este oficio del pastoreo y la ganadería y que esperan tener la oportunidad para vivir de esto. Para ayudarles, existe la Escuela de Pastores que, anualmente, se celebra para enseñarles a estos chicos los entresijos de la profesión y que conozcan si de verdad desean dedicarse a este trabajo o no.

“La creación de la escuela fue para buscar un relevo generacional a la figura del pastor y del ganadero y dar una posibilidad laboral a los jóvenes que se quieran incorporar. Todo ello teniendo en cuenta el conocimiento tradicional que se tiene de la ganadería extensiva, pero también teniendo en cuenta las nuevas innovaciones que llegan al sector para facilitar el día a día del ganadero”, explica Francisco de Asís Ruiz Morales, director de la Escuela de Pastores Ifapa.

La labor principal de esta iniciativa es enseñar a las nuevas generaciones y ofrecerles un abanico de posibilidades para aprender todo sobre el oficio, saber si es a lo que se quieren dedicar y tener nuevas opciones dentro de las labores diarias que tiene un pastor. “Se tienen en cuenta el conocimiento tradicional que se tiene de la ganadería extensiva, pero también las nuevas innovaciones que llegan al sector para facilitar el día a día del ganadero. El trabajo del pastor es duro, pero tratamos de buscar nuevas innovaciones para facilitar su día a día, organizar las explotaciones para que tengan días de descanso, cambiar el perfil de los ganaderos”, explica.

Nuevas generaciones de pastores y profesionales que no ven el trabajo tal y como era, que esperan que lleguen innovaciones, puesto que tienen muchas ganas de encontrar fórmulas que faciliten el trabajo y que logren que la labor se modernice en consonancia con los nuevos tiempos. “Las nuevas generaciones vienen con nuevas ideas, con ganas de aplicar innovaciones e intentar cambiar el perfil que tienen los pastores tradicionales. Utilizar las mismas técnicas, los mismos usos, pero con otra visión. Las nuevas generaciones vienen con una mentalidad diferente”, añade.

Pero la Escuela de Pastores no se hace sola y cuenta con un arma muy importante para que estos jóvenes progresen: los pastores tutores. Son una figura muy importante porque nadie mejor que ellos para saber los entresijos de el oficio y los que deciden hacerlo es porque quieren enseñar. Además, muchos de ellos se convierten en figuras que los alumnos encuentran para continuar una vez la escuela finaliza su proceso de enseñanza.

Rafael Jiménez es de Huelma, tiene 23 años y aunque gran parte de su vida juvenil ha estado relacionado con la ganadería el año pasado formó parte de la escuela. “La experiencia fue enriquecedora. Muy buena, se aprendieron muchas cosas y se hicieron contactos y los alumnos somos como hermanos. Diría que la escuela de pastores viene bien para saber cómo funciona esto, porque te lo cuentan todo, lo bueno y lo malo y estas a tiempo de saber si es a lo que te quieres dedicar o no”, explica Jiménez.

Sobre el oficio de los pastores señala que es una labor dura, con muchos escollos y sacrificada, pero que lo mejor es estar en constante contacto con la naturaleza y los animales, así como ayudarles a parir. Su objetivo ahora es montar una quesería, aunque lamenta que no es tan fácil como parece. “El futuro lo veo complicado porque desde la administración no ayudan, entorpecen. Solo encontramos trabas, pero las vamos a pasar. No solo es una profesión dura y solitaria, sino que encima no nos ayudan ni nos dejan ir hacia adelante”, afirma. Sin embargo, también añade que van a conseguir montar esa quesería que tanto esperan que pueda echar a andar.

Emilio de la Cruz también formó parte de la Escuela de Pastores, en este caso en el año 2017 en Santiago de la Espada, aunque él no era alumno. “Vino gente de diverso pelaje como digo. Algunos habrán continuado y otros lo habrán dejado porque también se dan cuenta que todo no es guay, ni estar en el campo con las ovejitas. Esto es otra cosa. Es importante la escuela para que así las nuevas generaciones vean como es el trabajo”, explica. Sin embargo, aunque también señala que los problemas burocráticos son preocupantes, asegura que los nuevos pastores vienen fuertes. “Las nuevas generaciones están preparadas porque suelen tener algún conocimiento por otras generaciones que han sido ganaderas y están muy preparados. Sería una pena que se perdiesen”, añade.