Un auténtico paraíso

Bondades de Jaén. Dice un conocido dicho popular que “a Jaén vienes llorando y te vas llorando”. No puede ser de otra forma porque una vez que conoces Jaén es imposible que no te robe el corazón. De sobra son conocidas las bondades que encierra la capital, las joyas que atesoran las ciudades de Úbeda y Baeza y los muchos yacimientos íberos y romanos. Lo que no es tan conocido es el paraíso natural que esconde.

Jaén es la provincia con más Espacios Naturales Protegidos, con más de medio millón de hectáreas de superficie protegida, distribuida principalmente en cuatro maravillosos Parque Naturales. Entre otras muchas cosas de las que se pueden disfrutar en el segundo Parque Natural más grande de Europa, Cazorla Segura y las Villas, se encuentran los nacimientos de dos grandes ríos para la península, el Guadalquivir y el Segura. La cascada más alta de Andalucía, la Osera. Algunos de los árboles más antiguos del viejo continente como los Tejos Milenarios y los pinos del Pico Cabañas.

Cada parque es único a su manera, contrastan las espectaculares cumbres calizas de Mágina, con varios picos que exceden los 2000 metros de altitud, y las suaves lomas de Despeñaperros, que puede presumir de haber sido escenario histórico de la Batalla de Las Navas de Tolosa. ¿Dónde dejamos Sierra de Andújar? Una preciosa extensión de encinas y pinos piñoneros, poblada por el siempre esquivo lince ibérico y regada por el río Jándula, siempre con ese inconfundible olor a jara y lavanda. Una auténtica delicia.

Si aseguramos que somos ricos en cuanto patrimonio medioambiental se refiere, nos quedamos incluso muy cortos, si antes hablábamos de los parques, ahora nos referimos a otros entornos protegidos como son los monumentos naturales tales como: el anciano Quejigo del Amo, escondido en Sierra sur, el increíble Bosque de la Bañizuela poblado por quejigos, coscojas, durillos y madreselvas. Cómo olvidar la zona minera linarense de “El Piélago”, donde historia y naturaleza se dan la mano recorriendo parte del río Guarrizas y recorriendo el puente y la calzada romana.

¿Seguimos? Atesoramos algunos bosques con un valor ecológico incalculable y únicos por la enorme diversidad que poseen. Hablamos de bosques como las Acebeas en Siles, la mayor agrupación de acebos al sur de Europa, hablamos del abedular de Molino Loreto en Sierra de Segura, hablamos de una de las mayores extensiones de una planta realmente bella y mortalmente tóxica, como es el Adelfal de Cuadros en Bedmar, o hacemos referencia a un maravilloso desfiladero de Despeñaperros que esconde algunos castaños centenarios, el Barranco de Valdeazores.

Todo ello aderezado con cientos y cientos de kilómetros de senderos marcados y un estupendo material de uso público. Áreas recreativas donde hacer barbacoas, solo en la época permitida, refugios donde vivaquear para las travesías, paneles informativos y miles de fuentes de cristalinas aguas. Pero quizá el regalo más desconocido, sean los cielos nocturnos de muchos parajes pertenecientes a algunas localidades como Santiago de Pontones, La Carolina, Marmolejo o Valdepeñas, calificados como “Reservas Starlight” por su calidad como observatorios astronómicos. En definitiva, Jaén es, sin duda, el Paraíso Interior y por ello todo el que lleva “sale llorando”.