Los vinos de Jaén: escasos, pero dignos

27 oct 2019 / 12:40 H.

Bien. “Como decíamos ayer...” La anterior semana hablábamos de vinos... y hoy seguimos hablando de los vinos de nuestra tierra mas cercana, Jaén. Entre las 700.000 hectáreas de olivar y 60 millones de olivos, en la provincia, sobrevivían a principios del siglo XX, unas 3.000 de viñas y una producción media de unos 25.000 hectolitros de vino; que a su vez, se fueron reconvirtiendo en unas 800 hectáreas, a principios del siglo XXI, y en esta ocasión, por mor de las mejores subvenciones europeas al olivar. Jaén ha contado con una larga tradición vinatera, ya desde el siglo XV, en que una “Ordenanza sobre herramientas de viñas” de 1463, de Torreperogil , así lo atestigua; aunque es el siglo XVI, el de consolidación de los vinos jiennenses: vinos blancos de Martos, Torredonjimeno y Andújar y los vinos aloques en Baeza y Alcalá la Real.

En el famoso Diccionario de Pascual Madoz, de la época liberal del siglo XVIII, dibujaba a toda la provincia jaenera dividida entre viñedos y olivos. Y no será hasta el siglo XIX, en 1891, cuando penetra en la provincia la temida “filoxera”, plaga que asoló toda España y parte de Europa, llegando hasta las regiones francesas de Burdeos, la Borgoña, Cognac... y hasta también la Toscana italiana, las islas griegas y el norte de África, y por supuesto Castilla, La Mancha, Andalucía, las comarcas de Jerez, Montilla y Jaén. Superándose aquella enfermedad botánica de las vides con injertos de viñas californianas, resistentes a la gravísima enfermedad, que produjo una grave crisis económica en este sector vinatero; aunque en Jaén, la mayor parte afectada se sustituyó por olivos.

El profesor de Historia Moderna y Contemporánea, Julio Artillo, en sus capítulos de “Jaén, siglos XIX y XX”, de la completa publicación de “Historia de Jaén”, editada en 1982 por la Diputación Provincial de Jaén, decía: “El paisaje de la provincia de Jaén, en la primera mitad del siglo XIX era muy diferente del actual, sobre todo por la diversidad de cultivos que se observaban: el olivar tenía una gran importancia, pero aún no habían llegado los años de su indiscutida hegemonía. Hacia 1820 Jaén tenía una agricultura típicamente mediterránea, en la que los tres cultivos clásicos, cereal, vid y olivo, se repartían y entremezclaban por lomas y comarcas”. Javier Maldonado Rosso, en su publicación “Las rutas del vino en Andalucía” argumenta que los inicios del silo XX fueron de un abandono generalizado del cultivo de la vid. Solamente a finales del siglo XX, y de forma continuada hasta hoy, ha aumentado el cultivo.

Salvador Compán, nuestro genial paisano, profesor en Sevilla y uno de nuestros mejores escritores contemporáneos, en su l libro “Jaén. La frontera insomne” sostiene la tesis de que nuestra provincia soporta históricamente lo que él denomina “el síndrome de Homero”, una falta de autoestima o de una miopía para lo propio, para no ver la belleza de la provincia —la menos bella de las provincias andaluzas— , ciega, como Homero, a la belleza que posee, a su cultura espléndida, a su larga historia, sus civilizaciones... y yo le añadiría también a su propia riqueza agrícola, ninguneada históricamente, y actualmente oculta tras el tapiz espeso de su olivar y aceite de oliva, cerrando el paso a nuevas diversificaciones productivas y económicas como los viñedos, sus vinos... y otros productos y cultivos, de los que seguiremos hablando, si el tiempo... y el mañana, mejor que el ayer, nos lo permiten.

Los vinos de la tierra. En Alcalá la Real, Marcelino Serrano y su hija Blanca María, vinateros auténticos y entrañables, están decididos a crear vinos de calidad, que podríamos calificar de “vinos de autor” desde su bodega en el paraje del Cascante con unos viñedos de unas dos hectáreas de extensión. Se pueden realizar visitas a las bodegas y a la viña, enoturismo familiar. Variedades; cabernet, tempranillo, graciano, garnacha, torrontel... Marcas: Marcelino Serrano ER, Marcelino Serrano EN, Marcelino Serrano 60 años menos, Privilegio de los Reyes Católicos, Blanca María cosecha 2019,

Los caldos de Frailes son los más conocidos. La bodega Campoameno surge como consecuencia de la compra por parte de Aceites Sierra Sur de la antigua cooperativa vinícola La Martina, en Frailes, en la comarca Sierra Sur. La variedad fundamental es tempranillo, aunque también cultivan variedades autóctonas como jaén blanca y jaén negra. El aumento de la producción en los últimos años ha sido espectacular. Marcas: Campoameno (syrab, chadornnay), Marqués de Campoameno, Altos de Campoameno, Matahermosa brut nature (cavas), Matahermosa semiseco.

Torreperogil. La comarca es de las más antiguas en producir vinos y la zona jiennense con mayor plantación de vides —hoy tiene unas 100 hectáreas—. Pertenece a una IGP (Indicación Geográfica Protegida). La cooperativa Nuestra Señora de la Misericordia de Torreperogil, fue fundada en 1956 y trasladada y renovada en 2005; en el año 2006 se le concede la mención de “Vino de la tierra de Torreperogil,“ en 2009 obtiene la marca “Calidad Certificada”. La variedad jaén blanco es la más representativa, junto con pedro ximénez y airen, en blancas. Garnacha y tempranillo en tintos. Marcas: Don Pedro Gil, El Lentiscar Roble, Torre de Handón

Lopera. Lo mejor son sus blancos, tipo amontillado cordobés, aunque hace unos años decidieron injertar en tintos... en vez de hacer un fino propio de Jaén “el pequeño jerez” de los años 70, con una media de docena de cooperativas. Las Bodegas Herruzo es el último bastión de una localidad en la que el viñedo fue un cultivo glorioso. La variedad característica de la zona es la pedro ximénez, desde hace unos años se cultiva tempranillo. La viña está situada en el término municipal de Arjona. Se comercializa fundamentalmente en Bag in box de 5 litros, tanto en tinto como en blanco.

Arbuniel: El proyecto Casería de Alfarjes comenzó en Arbuniel (Sierra Mágina) en 1998. Felipe cuida con mimo las viñas, al estilo ribera del Duero. Las variedad principal es tempranillo, pero también hay cabernet sauvignon y merlot; en plantas cultivadas en estilo de espalderas. La plantación se puede visitar y también la bodega, de diseño moderno, que dispone de todos los elementos para la elaboración de un vino de calidad. Desde el año pasado se comercializa el Tinto Cosecha, y ahora empieza a comercializarse también el envejecido en barricas de roble francés y americano. Marcas: Tinto Viniolis. Tinto cosecha (Casería Los Alfarjes).

Segura de la Sierra. La bodega de Tobar se encuentra situada en la aldea de los Llanos de Arriba, en el término de la Puerta de Segura. El nombre de la bodega alude al tipo de piedra de la zona: la toba. El nombre de “Entredicho” tampoco es casual , porque siempre ha estado en entredicho si esas viñas ( Benatae-Cortijo los Lagartos) darían una uva de calidad. Los vinos parten de un concepto multidinámico: respeto a la tierra, vida y energía, una filosofía del enólogo Pedro Olivares. La plantación se realizó en 2005. Variedades nebbiolo, syrah, petit verdot, monastrel... además de la incorporación de molinera, varietal autóctona de Jaén, y jaén negro. Interesante proyecto vitivinícola y el autor.

Andújar. Un viñedo en la Sierra Morena. “Para mí la enología es un arte que me permite transformar con mis manos un fruto, como es la uva, en algo especial, con vida propia, como es el vino, que intenta llamar tu atención o por lo menos esa es mi intención.” Dice José Luis Navarro , viticultor y enólogo. Sus vinos proceden de viñas que se encuentran en las proximidades del Parque Natural de la Sierra de Andújar y del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, concretamente en la carretera de la Alcaparrosa. La bodega se encuentra en la zona más alta del Pago de Capellanías, El edificio es una construcción de principios del siglo XX. La inauguración de la bodega tuvo lugar en los años 50, con 15 aranzadas de viñas. La uva se procesa diariamente y se introduce en los depósitos de fermentación, donde se desarrollan las levaduras nativas y se hacen remontados diarios. Finalizadas las fermentaciones se procede al prensado tradicional y se deja “dormir” al vino durante el invierno para conseguir una clarificación natural, dando lugar en la primavera al nacimiento del “vino del año”. Andújar, comercializan poco... pero son tintos curiosos, sobre todo el “Alegría”.

Jamilena y su nueva bodega
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La última comarca jiennense en incorporarse al cultivo moderno vitivinícola, aunque su mejores viñas de syrah están en la zona de Frailes. Una nueva bodega en la provincia: “Bodegas Cefrián”, la ilusión de una familia que se embarca en el mundo del vino. La bodega, pequeña pero muy organizada. Las variedades tintas con las que trabajan son syrah y merlot, procedentes de viñedos de mil metros de altura. Sus vinos se elaboran artesanalmente; por ahora tenemos el tinto “Mala Hostia” —el nombre le viene de una expresión muy peculiar de la zona— y también han sacado al mercado un blanco llamado “Blasa”. A destacar la “Bodegas Viña Alcón”, un proyecto personal del que fue alcalde de Pozo Alcón, Manuel Moreno; así como Manuel Almagro lo fue en la Sierra de Cazorla “Viña Cazorla”. La Cooperativa de Bailén cerró... Además de estas bodegas, hay distintas personas que están haciendo vinos para la familia y amigos, aún sin comercializar, “no son vinos con denominación de origen pero sí con emoción en el origen”, pero que son interesantes.

Notas del pintor
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José Rodríguez Gabucio,

pintor y escultor, ceramista. “Me considero un artista temperamental, que finalmente pone orden al análisis previo antes de iniciar la obra teniendo en cuenta mis sentimientos”. Destaca sobre sí mismo que, mientras que sus temáticas siempre se han mantenido a lo largo de los años, en lo que respecta a las técnicas, el artista ha cultivado el óleo, la acuarela, el grabado, la cerámica, etcétera. Trabaja en una serie nueva de paisajes con más colorido. “Es verdad que siempre he tenido una tendencia al mundo de los grises, pero ahora quiero experimentar en este campo, sin cambiar la esencia de las cosas, con un mundo de mayor colorido; siempre eso sí, que ese mundo sea creíble”.