Conoce al dedillo el mundo de la asistencia legal y, en los pocos meses que lleva al frente de la Dirección General de Coordinación de Políticas Migratorias, tiene información de primera mano de la situación en la que se encuentra la inmigración en cada una de las ocho provincias andaluzas. María del Mar Ahumada Sánchez (Sevilla, 1976) está convencida de que el nuevo gobierno de la Junta de Andalucía dará continuidad a las políticas que funcionan y pondrá en marcha otras nuevas encaminadas a mejorar el sistema. Alaba la labor del Foro Provincial de la Inmigración, recientemente reunido, pero quiere darle una vuelta para que el trabajo con la población migrante no se ciña solo a la época de recolección de aceituna.

—¿Cómo se ve desde el cargo que usted ocupa la situación de la inmigración en la provincia?

—Yo he tenido dos oportunidades de venir a visitar Jaén para conocer su realidad migratoria y es verdad que hay dos patas de esta silla bastante claras: la ligada a la campaña de aceituna y la realidad del día a día que comparten casi todas las provincias de Andalucía, una realidad migratoria en la que estas personas tienen los mismos problemas, tanto en documentación, como en vivienda como en empleo.

—¿Qué función desempeña el Foro de la Inmigración?

—Es que aquí hay una cuestión importante, cuál es la que ha desempeñado hasta ahora y cuál es la visión que yo tengo para este foro, porque es una herramienta muy potente que yo he visto que no ha estado aprovechada hasta el día de hoy. Por ejemplo, en Jaén, solo se ha empleado para dar los datos de las campañas. Desde mis competencias de coordinación de política migratoria, le veo esa posibilidad, porque qué mejor sitio que el foro para que todos los agentes implicados en la campaña nos pongamos de acuerdo y vayamos de la mano para que sea lo mejor posible, pero hay otra pata de la población migrada de la provincia a la que hay dar respuesta. Los foros, además, son momentos importantes porque en ellos nos vemos todos las caras y ponemos sobre la mesa la realidad de la problemática, lo que hace falta y cómo se puede mejorar.

—¿Cuáles son los principales problemas que plantean los colectivos participantes?

—El último foro, celebrado el jueves, se centró en la campaña de la aceituna, aunque intenté que lo recondujéramos para darle visibilidad a otro problema que ocurre todo el año. En todo caso, el principal problema es el de la vivienda, porque no hay vivienda libre a la que se pueda acceder, ya no solamente por ciertas reticencias de propietarios, sino porque no existe inmobiliario para dar salida a esta realidad.

—¿Cómo se puede atajar?

—En principio, vamos a crear un grupo de trabajo próximamente, guante que lancé en el foro y me lo recogieron gustosamente, para buscar una solución.

—En esa pretensión de dar continuidad al Foro de la Inmigración, ¿se activará más allá de la campaña de recolección de aceituna?

—Efectivamente. Tenemos que darle una segunda visión.

—¿Qué puede hacer la Junta de Andalucía cuando, aunque haya medios, los inmigrantes duermen en la calle en plena campaña?

—Es un tema que estoy conociendo solo en Jaén, y no me dan ese dato cien por cien certero, porque unas entidades dicen que sí hay viviendo personas en la calle y otras no. Si fuera así, aún existiendo recursos, no podemos obligar a una persona a acudir a ellos. En Jaén hay mucho compromiso, tanto municipal como andaluz, para que no duerman personas en la calle.

—¿Cree que se pueden introducir medidas en la red de albergues para aminorar esa realidad?

—Sí, de hecho, una de las novedades es que se va a flexibilizar la estancia en los albergues, que pasa de tres a cuatro días e incluso alguno más dentro de las competencias de cada ayuntamiento. Por otro lado, desde la Junta de Andalucía hay una línea de subvención concreta para que los municipios construyan y mejoran infraestructuras para temporeros. De hecho, la provincia es una de las más beneficiadas. En pocos días publicaremos la lista.

—¿Alguna otra novedad?

—Hay algunos ayuntamientos que, aparte de las plazas de los albergues, están habilitando otros alojamientos alternativos, algo que es de alabar, porque se nota el compromiso. Son, además, pagados por los empresarios, algo fundamental. Hago un llamamiento al sector privado para que sea consciente de la realidad social, porque si todos aunamos esfuerzos, irá todo mucho mejor.

—¿Qué tiene que decir ante quienes piensan que los inmigrantes tienen más beneficios que los españoles a la hora, por ejemplo, de crear una empresa?

—Agradezco esta pregunta, porque es bueno que la ciudadanía sepa que ni en la normativa estatal ni autonómica hay algo que establezca que se den subvenciones por cuestiones ni de raza, ni de etnia de ninguna consideración, porque todo el mundo puede acceder a las subvenciones. Si hay un beneficio para el empleo, será para todo el mundo.

—Sin embargo, da la impresión de que el acceso al trabajo de la población inmigrante está relegado a puestos menos remunerados. ¿Qué opina al respecto?

—Esto no es del todo cierto y, sin embargo, sí es cierto. Lo aclaro. Pongo el ejemplo de Huelva, que es el más reciente. Cada año viene una media de 19.000 mujeres marroquíes a la recogida de la fresa. Antes de que ellas vengan hay una orden ministerial en la que se obliga a publicar la necesidad de trabajo para que pueda acceder a ella cualquier persona. Este año, por ejemplo, se apuntaron 181 personas. El empresario necesita mano de obra. ¿Por qué se recurre a la inmigración circular? Porque de otra forma no habría manera de poder llevar a cabo esa labor de recogida de la fruta y del fruto rojo. Se puede hacer la lectura de que acceden a esos trabajos lo que no quieren otras personas, pero no es exactamente así. Si nos vamos a los datos del alta de la Seguridad Social en el régimen especial agrario, el 41% son nacionales y solo el 14% son extranjeros.

—¿Cuál es el peso de las políticas migratorias en el nuevo Gobierno de la Junta de Andalucía?

—En sí, las competencias de políticas migratorias recaen sobre el Estado, pero nosotros sí tenemos como competencias la integración y la participación de la población migrada. Desde luego, trabajo día a día para favorecer que sea una integración real. Ahora planificamos el IV Plan Integral de la Integración.

—En la práctica, ¿qué hace la Administración autonómica para que funcione la integración?

—En todas las consejerías hay políticas migratorias. La salud, por ejemplo, es universal, por lo que se atiende a todo el mundo.

—Eso es integración...

—Exacto. Lo mismo que en Educación, donde hay, por ejemplo, actuaciones para reforzar el idioma y que los niños se puedan integrar rápidamente en las aulas a través de la interculturalidad.

—¿Y para la población que se encuentra en centros de menores?

—Tampoco es competencia directa de mi cartera, pero sí tengo que decir que estamos impulsando medidas para que, desde los 15 años en adelante, haya un trabajo específico.

—¿Qué opinión le merece el discurso de ocio impulsado por Vox, un partido que, sin embargo, es clave para sacar adelante cuestiones de gestión diaria en Andalucía?

—La opinión que yo puedo expresar es, desde luego, como Gobierno de la Junta de Andalucía, y lo que sí puedo decir abiertamente es que no comparto esos criterios. Mi trabajo es integrar y mejorar la participación de esta población en Andalucía. Es mi único objetivo. Quiero hacer un llamamiento para que se controle ese tipo de mensajes.