Encantos de la bella Torres

El municipio de Sierra Mágina es patrimonio, riqueza, cultura, gastronomía y un lugar cuyas gentes son el mayor tesoro que alberga en sus elevados campos

17 nov 2019 / 14:03 H.

Hoy volvemos a los orígenes de Torres, que pueden ser en asentamientos pastoriles y, con más certeza, de la época visigoda, si bien es verdad que en su término no faltan vestigios de muy diversas culturas de las que aún quedan huella, como es el caso de las pinturas rupestres encontradas en la Cueva del Morrón o los restos de Necrópolis ibéricas en las cercanías de Cerro Alcalá que fue la ciudad romana citada por Tito Livio y a la que se conoció como Ossigi-Latonium en la comarca de Ossigitania. Bajo este cerro se encuentran restos de aquella ciudad que fue una de las más importantes de la demarcación andaluza, junto a la capital jiennense. Allí pueden verse algunos capiteles y figuras entre las que destaca la escultura de un león.

Torres fue nombrada en las famosas Serranilla del marqués de Santillana. En el medievo fue dominio de la Orden Calatrava y en las capitulaciones de Arjonilla en el año 1486. A la población se le concedieron varios privilegios, entre ellos, los de poder elegir alcalde y concejo, así como labrar las tierras para aprovecharlas y cazar osos y jabalíes. Torres y su sierra constituyen un lugar ideal para el descanso, la paz y tener la posibilidad de hallar algo tan puro, dinámico y bello como un pueblo de la comarca de Sierra Mágina. El paso por las calles de Torres invita a la tranquilidad y a encontrarse con rincones donde están presentes el sosiego, la calma, con el parque, la piscina municipal...

Desde la calle mayor se puede llegar a la cuesta “de la Pila”, lugar de nostalgia para la gente de Torres. Avanzamos por la plaza de España donde está el Ayuntamiento, y próxima, la parroquia de Santo Domingo. Referentes destacados del municipio torreño que se alza sobre unos arcos desde los que se puede contemplar una visión panorámica extraordinaria. En el mencionado recinto sagrado, la pila bautismal gótica realizada en cerámica, la venerada imagen del Cristo Crucificado “el de los jornaleros” y la capilla de Jesús Nazareno, entre las devociones más significativas que, en buena medida, recuerdan al refrán “A dios rogando y con el mazo dando”. En la antigua muralla, el reloj público y, desde la lonja, la seguridad de contemplar una magnífica panorámica, un paisaje de sierras, campos... Desde luego que no hay que perderse el Palacio de los Cobos. Hace tiempo que fue restaurado en centro de servicios sociales. La portada es del extraordinario arquitecto Andrés de Vandelvira. Fue construida en el siglo XVI. Ir a Torres es encontrarse con muchas casas blancas que parece como si pasaran por la ladera de la montaña desafiando las leyes de la naturaleza.

Volvemos a los campos de Torres: olivos, primavera, las flores de los cerezos y los almendros. Las cerezas de Torres, de gran exquisitez y calidad, son muy agradecidas en múltiples mercados y otras frutas como melocotones, manzana, peras, higos, entre otros. No es solamente la Fuen-mayor, el encantador lugar ligado a Torres en plena naturaleza, zona ideal para pasar horas agradables. Recordamos, además, otros parajes de ensueño: los Abarejos, la Fuentenita, Pulpite, la fuente del Zar, la Zarzadilla o las fuentes. Montes con nieve durante gran parte del año, flora muy diversa (pinos, encinas, sabinas, tejos, plantas aromáticas), fauna muy apreciada con perdices, tórtolas, palomas, torcales, liebres, conejos, jabalies, águilas, gallos de monte, búhos reales y muchos más. Las altas cumbres de Sierra Mágina bordean el entorno torreño, un pueblo donde la gastronomía es seña de identidad representada pro chorizos, morcillas, morococo, papas al ajillo, gachas, perdiz escabechada, lomo de orza, migas con torreznos. En repostería destacan almendros, ajuelas, hornazos, papaviejos... Torres sabe trabajar y divertirse, sin olvidar sus devociones. San Marcos, 25 de abril, la fiesta de los jornaleros el domingo más próximo al 20 de mayo y, próximos al 21 de septiembre, las fiestas del señor de la Columna. Son fervientes ejemplos de devoción y festividad en Torres.

La colaboración de hoy en relación con este encantador pueblo, la dedicamos, con amistad y afecto de quien esto escribe, a un trabajador sencillo, cordial, hacendoso... y a todos sus seres queridos. Vive en Mancha Real, se llama Jesús Sanjuan Castro y nació en Torres. La bibliografía consultada para la colaboración de esta semana es el libro editado por la Diputación Provincial “Jaén, puerta de Andalucía”. La siguiente entrega versará sobre “Canciones de Torres”. Saludos y hasta el próximo domingo en Diario JAÉN, más que un periódico.