El cerezo gordo

En la Sierra Sur aún queda una enorme extensión de bosque mediterráneo en estado puro, naturaleza salvaje y primigenia en estado totalmente virgen. Su original nombre hace referencia al lugar donde vivió el santo Luisico

    01 mar 2020 / 18:03 H.

    Pocos conocen que en la Sierra Sur aún queda una enorme extensión de bosque mediterráneo en estado puro, naturaleza salvaje y primigenia a la que el apelativo de virgen le viene como anillo al dedo. Es posible que la marca Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas haya conseguido oscurecer toda lo demás riqueza natural provincial, aunque desconocida, existe. Sea como fuere, ese entorno rico en encinas, quejigos, jaras, resulta todo un espectáculo visual, un enorme ecosistema que invita a adentrarse, que resulta un enorme disfrute para los sentidos.

    Dentro de toda esa enorme extensión que discurre por los municipios de Alcalá, Castillo, Valdepeñas, Frailes, Noalejo y Campillo de Arenas, hay un lugar en concreto que llama especial atención, no solo por su riqueza natural, también por su valor etnográfico e incluso histórico. Ese sitio es Cerezo Gordo. Para la gran mayoría solo un nombre, para un puñado, aún hoy, un siglo después de su muerte, el lugar donde vivió el santo Luisico. Entender el fenómeno de la santería en la Sierra Sur requiere partir de este lugar y de la persona de Luis Aceituno Valdivia, el primero, al que trascendieron Custodio, vivió a apenas unos kilómetros, en la Hoya del Salobral y Manuel, ya fuera de este vergel natural, en Los Chopos. Para llegar en vehículo, hay dos alternativas; la primera, y más desaconsejable por el estado de la ruta, parte de Noalejo, la segunda es por Frailes en la carretera de La Hoya del Salobral. Tras coger una desviación, una estrecha carretera serpentea entre encinas centenarias, al margen de uno de los cientos de arroyos que vertebran cada valle. Desde la carretera hasta el cortijo en cuestión. no hay mucha distancia y se puede hacer bien caminando, bien con vehículo sin mayor dificultad. El paraje, coronado por una enorme era empedrada, da idea de haber tenido un esplendor en su tiempo, las eras dedicadas a la trilla y recolección de los cereales no eran de las dimensiones que esta tiene, ni su acabado perfecto de piedra era lo más usual.

    Lo primero que acude a la mente es pensar como tuvo que ser acudir a este recóndito lugar hace cien años, sin más medio que gastar suela de calzado o a lomos de algún tipo de caballería. Mucho debió trascender la fama de Luis, enorme el fervor que tuvo que generar, para que, según las crónicas, el ir y venir de gentes fuese continuo. A la vivienda no se puede acceder de forma libre, una puerta cerrada a cal y canto con un cartel que indica la prohibición de hacer fotos o cualquier otro tipo de grabación, nos indica el lugar exacto donde paso sus días el famoso “santo”. Es curioso un promontorio, al otro lado de la enorme era, de piedra caliza con un hierro clavado, a forma de asidero , donde parece ser que se sentaba el hombre a descansar, observar o simplemente respirar este aire puro.

    Al margen de creencias, de leyendas más o menos ciertas, de curaciones habidas realmente o solo en el imaginario colectivo, al margen de todo ello, el sitio merece una visita. Entre encinas centenarias solo se oye la música que la naturaleza produce, el aleteo intenso de las abejas de flor en flor y el soniquete de algún cencerro en la lejanía, es zona rica en ovejas y cabras y son suculentos sus quesos artesanos.

    Pocos sitios quedan en la geografía provincial que atrapen con la intensidad de estos parajes, un bosque desde cuyas cimas se observa la inmensa Sierra Nevada con su blanco resplandeciente, un suelo por momentos tapizado de miles de bellotas que permiten a multitud de animales encontrar el mejor de los hábitats posibles.

    Aire puro de la Sierra Sur de la provincia
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    La comarca de la Sierra Sur cuenta con una superficie de 784,27 kilómetros cuadrados y una densidad de población de 53,26. Está situada en el extremo suroccidental de la provincia, y limita al oeste con la provincia de Córdoba y al sureste con la de Granada. Es por su excepcional situación geográfica y su belleza, que supone uno de los grandes atractivos dentro de la provincia y merece la pena explorar cualquiera de sus municipios con una historia y gastronomía que la hacen única.