Con Jorge Gimeno

27 oct 2019 / 12:40 H.

Autor de los libros de poemas “Espíritu a saltos” (2003), “La tierra nos agobia” (2011), es autor además de las antologías “El amor negro”. “Poesía de Barroco Francés” (2009) y “Noventa y nueve iluminaciones de Nasrudín” (2015). Ha escrito ensayos sobre Fernando Pessoa, E. M. Cioran, Mahmud Darwix y sobre la tradición moralista francesa.

Su poesía se define por sus yuxtaposiciones y elipsis, por un irracionalismo ácimo de sintaxis compleja. Se define por el desencanto y el sarcasmo, con visiones existencialistas, escatológicas y agrias, ácimas e irónicas. Un envoltorio dubitativo lleno de tartamudeos o fraseos entrecortados, basados en la esticomitia y en el juego de silencios, con una perspectiva tímida y agónica, exiliado de la felicidad o asqueado de ella. Un ejercicio de la síncopa y la sinapsis con una perspectiva desconsolada. Se sitúa ante el fin del realismo con el fragmento como respuesta, desde la desazón. En “Espíritu a saltos” las catorce estaciones de "Mise en Abyme" cuestionan la devaluación política, la insuficiencia de la literatura, el desequelibrio de la balanza social, etc.: “/(No es que pasen los años / con su camisa de fuerza / que lacios los miembros / ya no logran romper...)/, con un psiquismo contradictorio o una corriente de conciencia. Con el poema “La toma de faluya" de “La tierra nos agobia” los tintes impresionistas expresan como una palmera desafía a los desiertos ante los dilemas del povenir : /Quieren ponerle un sello/ a la gloria de Dios, / a la palmera que desafía dos desiertos:/ el de éter/ y el de arena./.

Mención aparte merecen los poemas que abren y cierran “La tierra nos agobiA”, “Unión" e "Inhumación". Muerte, vida y amor son una trinidad incuestionable. Mientras “Unión" cuestiona el amor más allá de la muerte, “Inhumanción" cuestiona el tema de la fugacidad, de las cenizas de la amada en la nevera: /Podría esconder tus cenizas en la nevera, /entre los tarros de mostaza y de chutney. /O bebérmelas, como hacían / los antiguos. / Son dos declaraciones / de amor eterno. /. Con “Noventa y nueve iluminaciones de Nasrudín” (2015), el personaje de tintes sapienciales y lúdicos en el ámbito islámico aboga por fábulas sin moraleja, meditaciones irreverentes o diálogos sofistas que oscilan entre el misticismo cínico y el humor negro. Estos proverbios morales abordan los conflictos entre Dios y los hombres, entre el libre albedrío y la esclavitud de los designios de los dogmas. Precisamente “Los cuentos de Nasrudín” los vende ediciones Mandala.

Gimeno diagnostica la etiología del nuevo mal du siècle: un cansancio latente que se extiende por las autopistas de un capitalismo hiperconectado. Como la de Nasrudín, la voz de Gimeno reivindica la desmitificación de todo lo sagrado y proclama la huelga indefinida de todos los pactos sociales. Expresa la atomización del individuo posmoderno y la fragmentariedad de un mundo que finge tener sentido, desvelando el simulacro.