Un pantano que ya es un mar

Aceite tierra de tavara

14 may 2017 / 11:02 H.

Hola! Soy el barco solar del embalse de El Tranco. No llevo demasiado tiempo aquí, pero ya conozco la zona perfectamente y ¡estaré encantado de enseñártela! Tengo capacidad para más de sesenta personas. Como estamos en un Parque Natural, soy el único vehículo a motor que puede navegar por aquí y eso es porque funciono con el sol. Todos estos paneles recogen y almacenan la energía del sol, así que no te preocupes de que se nuble el cielo que no te va a tocar remar. Como lo importante es que puedas disfrutar de los paisajes y las distintas aves que vayamos viendo voy a ir despacio, además, ¡así nadie se marea!”. Con esta “parrafada” se presenta en sociedad la embarcación que, desde el verano pasado, surca las aguas de una de las mayores reservas hídricas de España. A pesar de ser joven, el barco es un habitante más del lugar que tiene los mismos galones que los veteranos y que va camino de convertirse en otro icono, como el quebrantahuesos y el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente.

Este ingenio de los mares de agua dulce “escribe” en la web del Centro de Ocio y Turismo Activo de El Tranco, un complejo construido junto al poblado de los antiguos trabajadores de la presa, a la altura del kilómetro 75 de la carretera autonómica A-319 y, lo más importante, en pleno Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. El barco y todo lo que lo rodea son de los últimos en incorporarse a la oferta que para el visitante proporciona este espacio natural, el mayor de España. Sin embargo, gozan de una popularidad envidiable y un reconocimiento público que muchos ya quisieran.

La puesta en marcha de este recurso turístico es fruto de la iniciativa pública que, además, se materializó ágilmente, algo que no es frecuente en las administraciones, porque ya se sabe que, como dice el refrán, “las cosas de palacio, van despacio”. No hace ni un lustro que la idea se verbalizó. La Junta anunció que, de la mano de la Diputación Provincial, liberaría una inversión millonaria para hacer visitables los pantanos de El Giribaile y El Tranco. Para este último, se reservaba el singular barco, lo que implicaba la construcción de un pantalán. En el primero de los embalses, a tiro de piedra de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y Baeza, también hay planes, pero el proceso va más lento. En 2014, el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes, dijo a los empresarios de la zona que el comienzo de las obras del complejo turístico eran inminentes, un edificio de usos múltiples de tres plantas con una tienda, cafetería, restaurante, zona buffet, terraza y salón de actos, vestuarios y zona de almacén para piraguas, canoas y bicicletas. Con la primera piedra colocada a finales de ese mismo mes, no se cumplió finalmente el objetivo de que El Tranco fuera navegable en 2015 y hubo que esperar hasta el verano siguiente. De lo más emocionante de todo este camino previo, sin duda, el traslado de la nave, adquirida en Mallorca y que tocó por primera vez tierra peninsular en Valencia, a donde llegó por mar. Desde la capital del Turia viajó por carretera hasta la provincia jiennense.

Los transportistas tuvieron que tirar de pericia porque los 4,25 metros de ancho, los 12 de eslora y los 4,20 de altura eran muchos para las carreteras segureñas e, incluso, hubo que cortar olivos para abrir un camino, además de dar rodeos y solventar otros contratiempos. Más sencillo, aunque cortaba el aliento observar la maniobra, fue la botadura, ya que el barco tuvo que ser depositado sobre la superficie líquida con una grúa especial, que lo mantuvo en vilo durante unos interminables minutos. El 23 de diciembre de 2015, por primera vez, el barco solar surcó las aguas y, finalmente, coincidiendo con el Día Nacional de Francia, el 14 de julio de 2016, navegaron los primeros clientes de esta “atracción turística” que, un mes después, ya sumaban 25.000. En paralelo, las cocinas del restaurante y el resto de propuestas del nuevo centro de ocio echaban a andar con unos bríos que generan mucha esperanza, sobre todo, por el entusiasmo de la unión temporal de empresas, todas de la zona, que trabajan juntas en su explotación, tras adjudicarse un reñido concurso público.

tienen bases para trabajar en el futuro ”