Al Almadén por su cara sur

“Sierra Mágina es esquiva, difícil, cruel y despiadada con sus visitantes. Espartana y agria en sus paisajes; hosca y deforme en su insólita belleza.Tan sobria, ácida y desalmada que atrae con inusitada fuerza”

06 may 2018 / 10:43 H.

Sierra Mágina es una de esas sierras que a la sombra de otras de más renombre, permanecen veladas y discretas, pero siempre fascinante y cautivadora, montaraz y bravía. Uno de los mejores ejemplos y descriptiva de la abrupta orografía de esta sierra Magna, es el Almadén. El pico Almadén es una de las montañas más altas de la provincia, con 2.036 metros está por encima de montañas tan representativas como el Banderillas (1.993 metros), Aguilón del Loco (1.956 metros) o el pico Cabañas (2.026 metros) y solo por detrás de la cuerda principal de Mágina y el pico Empandas. La ruta descrita, comienza ya a una altura considerable, 1.651 metros de altitud. Los apenas 400 metros de desnivel pueden llevarnos a la creencia de que es una subida relativamente fácil. Craso error!!!! Los 385 metros de subida son muy duros, muy pendientes, con un sendero pedregoso y resbaladizo. Este se pierde a los pies del macizo, cuando ya lo creemos conseguido, cuando lo tenemos casi a la mano, cuando los motores de las instalaciones braman sobre nuestras cabezas. Sin paliativos, severa y muy exigente.

Esta dificultad se acrecienta exponencialmente cuando las condiciones se vuelven más adversas, al haber presencia de nieve y hielo. En situaciones de niebla no es recomendable caminar, lo mejor es volverse y probar otra ruta. La dureza del terreno se traduce en una vegetación rala y espinosa, como son mancaperros, pendejas y lastones; todas ellas plantas rupícolas típicas de canchales y rastras. Estas especies presentan adaptaciones que les permiten soportar las condiciones extremas, que oscilan desde fortísimas heladas hasta la extrema sequedad.

Estas durísimas condiciones limitan la fotosíntesis, por lo que se traduce en un crecimiento muy lento. Suelen ser especies muy longevas, normalmente perennes con muchas y muy pequeñas hojas endurecidas y con una fuerte protección en forma de cutícula aislante, pilosidad o espinas, evitando la pérdida de agua y protegiéndose del hielo. Estos terrenos tan extremos dan lugar a endemismos tan singulares como el Platicapnos saxicola, la Vicia alba, la Lithodora nítida, la Arenaria alfacarensis y las excepcionales Jurinea fontqueri y Crepis granatensis. Aunque, en esta incipiente primavera, el Almadén nos regala otra hermosísima joya; la floración en masa del narciso, el magnífico Narcisus longispathus. Un espléndido narciso de color gualda y muy robusto, es propio de ambientes húmedos o encharcados. Es endémico de Andalucía oriental y se encuentra repartido por el Parque Natural de Cazorla, Segura, Las Villas y el Pozo, Sierra Mágina y La Pandera. La sola visión de esta soberbia flor compensa, con creces, el esfuerzo de la ruta. Este año tenemos la oportunidad de verlo brotar con fuerza entre la nieve. “Audentis fortuna iuvat” —la fortuna ayuda a los osados—.

Comienza nuestra ruta en la zona habilitada como aparcamiento del puerto de la Mata y avanzamos en sentido norte hasta topar con un vallado de postes de madera. Lo bordeamos por la izquierda y seguimos caminando en sentido norte hasta una valla ganadera, de menor envergadura y que separa un gran llano. Bordeamos, también por la izquierda, este vallado hasta una pequeña mancha de encinar. Por encima de estas encinas, que parte la senda, en sentido oeste. La misma irá remontando para buscar el Puntal de la Noguera (1808 m.), donde hay mojones que delimitan los términos municipales de Torres y Cambil. Desde ese puntal, descendemos unos metros hasta el collado de los tejos, llegando al borde de una vertiginosa pendiente. Sobre esta soberbia caída, una enorme rastra y en su base varios ejemplares de tejos, algunos de gran porte. Se distinguen por su color verde muy oscuro. Tras disfrutar de las vistas hacia Torres, el paraje de Fuenmayor, el majestuoso Aznaitín y los trillizos (Monteagudo, cerro En medio y la Sillita), retomamos la senda, ya en continuo ascenso. Enfrente queda el Morrón de los Acerales e iremos bordeando la cabecera barranco de las Hoyas, hasta una loma que separa éste, del barranco del Morrón de los Acerales y el inicio del Barranco del Infierno. Una vez en la Loma y ya con la vista puesta en las instalaciones de la cumbre, remontamos el último trecho, que se hace aún más pendiente y mucho más fatigoso, pues el sendero se difumina, quedando irregulares veredas de ganado. Alcanzamos el último tramo de pista, dándonos un respiro a esta severa subida. Pasear entre las instalaciones, sus grandes antenas y sus potentes motores, dejará un buen sabor de boca.

En cuanto al origen del nombre del pico Almadén, se ha especulado bastante y se han relatado muchas historias. Sin dudar, la más certera y fidedigna es aquella relatada por los pastores de la comarca. Los Reyes Católicos, previamente a la toma de Granada tenían como mayor escollo los castillos de Cambil y Alhabar. En 1485 toman esos castillos y dejan expedito, el camino a Granada. Para conquistarlos y debido a que los caminos habituales estaban bien controlados por los moros, la Reina Isabel propuso hacer un nuevo camino. Éste, es el actual camino del Puerto de la Mata. Necesitó ayuda de mucho personal y material, que fue aportado por el Ayuntamiento de Jaén. La empresa, casi inalcanzable por el terreno impracticable y la poca disponibilidad de medios, estaba en serio peligro. Sin embargo la Reina, a caballo recorría infatigable las obras, con una tenacidad y perseverancia que admiraba y sobrecogía a los propios soldados. Isabel, en los momentos más duros e incluso de noche, arengaba sin descanso a los soldados. “Hombres, bestias y caballos, deben trabajar día y noche sin descanso; laborar y esforzarse con toda su energía, infatigables hasta que el alma_dén”. Como recuerdo de aquella hazaña, en la cara este del pico, en el Almadén Bajo existe un pequeño llanete, donde se cuenta, que enterraron a los hombres que fallecieron en la adecuación del camino. Este paraje se ha llamado, desde tiempos inmemoriales, la Majá de los Sepulcros.